Santiago Galván, un hombre mapuche de 87 años, y su familia se encuentran nuevamente en la mira de la justicia por la tierra que han habitado desde que su abuelo se asentó allí en 1869, huyendo de la Conquista del Desierto. Según informó el Diario de Río Negro, Galván y su hijo Sergio enfrentan cargos por usurpación en una audiencia judicial reciente, a pesar de que fallos anteriores del Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Río Negro y la Corte Suprema de Justicia de la Nación habían reconocido los derechos de propiedad preexistentes de la comunidad.

La historia de la familia Galván-Millapi se remonta a finales del siglo XIX, cuando José Millapi, abuelo de Santiago, se estableció en el paraje Paso de Los Molles, ubicado a 110 kilómetros de Bariloche y a 45 kilómetros de Pilcaniyeu. 

"Soy nieto de Dominga Millapi. En 2011 salió un juicio a favor de nosotros en la Corte Suprema y por algunos años, nos dejaron tranquilos. Pero en 2015, Juan Enrique Saint Antonin compra el campo de al lado y dice haber comprado el campo nuestro que habitamos desde 1869, cuando llegó mi bisabuelo que era kona de Calfucurá", explicó Sergio Galván, longko de la lof Millapi.

Según el relato de Sergio, José Millapi se asentó en Los Molles huyendo de la Conquista del Desierto y tuvo 15 hijos, que fueron dispersándose por la zona. "Cuando murió quedó una parte para su hijo Pedro, otra para mi abuela Dominga y otra para Felisa. El conflicto surge cuando muere mi abuelo porque él tenía tres hijos con distintos matrimonios que llevan a remate el campo. (John Gilbert) Ogilvie trata de desalojar a mi familia porque dice haber comprado. En 2015 vende a Saint Antonin que nos acusa de usurpación", explica.

Foto: Diario Río Negro

A pesar de estos antecedentes, en 2007 el STJ de Río Negro rechazó una demanda de desalojo por parte de Ogilvie, el terrateniente estadounidense, "considerando que los pobladores tienen derechos de propiedad preexistentes a la adquisición" del campo, tal como señala el fallo. Esto se basó en la reforma de la Constitución Nacional de 1994, la ley provincial 2287 y el Convenio de la OIT 169 sobre los derechos de los pueblos originarios. Finalmente, en 2011, la Corte Suprema de Justicia de la Nación reafirmó el fallo del STJ.

Sin embargo, la familia Galván-Millapi se enfrenta ahora a un nuevo proceso judicial por usurpación. "Vivimos con total impotencia. En diciembre del año pasado lo detuvieron a mi padre, la policía nos corre los animales", lamenta Sergio.

El campo en disputa tiene 2.500 hectáreas y en él vive Santiago Galván, su hermana de 90 años y su hijo Sergio, quien se traslada desde Bariloche. Allí, los integrantes de la lof practican la ganadería, en un acceso sumamente complejo por la subida, el barro y las piedras.

"Ese territorio pertenecía a mi abuela Dominga que 'nunca vendió y poco después, fue heredado por su padre'. La justicia no reconoce nuestros derechos aunque somos nacidos y criados en el territorio. Mi abuela nació en 1907 en ese lugar. Se crió ahí así como crió a todos sus hijos en el mismo lugar. Hay ancestralidad aunque la justicia no lo reconoce", reclama Sergio.

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