A pesar de los incidentes que vivió en Chubut, no cambiarán la seguridad del Presidente
"No somos lo mismo que Macri, a nosotros nos gusta estar con la gente", dijo Alberto Fernández. Desde el Gobierno aseguraron que la seguridad presidencial no prevé cambios en la logística. Esto se dio en relación a los incidentes ocurridos en Lago Puelo -en la última visita presidencial, luego de los incendios en la cordillera- donde recibió piedrazos la camioneta que transportaba al presidente.
El pasado lunes, en Almirante Brown, se desarrolló el primer acto público del Presidente después de que sufriera el ataque de aquel sábado 13 de marzo en Lago Puelo, en el que la combi que trasladaba a la comitiva presidencial fue atacada a piedrazos por manifestantes anti-minería.
En ésta ocasión, la presentación fue en el conurbano bonaerense, donde la postura del Presidente fue más "relajada", y el esquema de seguridad que diseñaron el acto estuvo a cargo de la secretaría general de la Presidencia, la Policía Federal (encargada de la custodia personal), y Casa Militar, a cargo de la seguridad presidencial en la Casa Rosada, la quinta de Olivos, a su vez también operan en las salidas del Presidente, tanto dentro como fuera del país.
Los responsables de la seguridad presidencial ya están acostumbrados de que en cualquier provincia, Fernández abre la puerta de la combi, saluda a los vecinos, cumple con el ritual de las selfies. “Estuvo mucho tiempo sin hacerlo por el Covid, pero ahora no se quiere aislar”, afirma un colaborador del Presidente.
Desde Balcarce 50, aseguraron que "nada cambiará" después de los ya mencionados incidentes de Lago Puelo.
“Cuatro idiotas que tiran piedras no me van a alejar de la gente”, dijo el Presidente en la entrevista con Canal 9, cuando anunció que Martín Soria será su próximo ministro de Justicia.
Más allá de sus críticas a la política de seguridad del gobierno de Mariano Arcioni (“no fue lo activa que debió haber sido”) no habrá más vallas, ni refuerzo en la seguridad luego del incidente, aclaran cerca del primer mandatario, decidido a reforzar su diferencia con los estrictos operativos de seguridad que eran moneda corriente durante el gobierno de su antecesor, Mauricio Macri.
Ya no está, como en la era Cambiemos, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en la tarea de coordinación de los eventos, y no por casualidad. “Decidimos que eso sea así”, afirman en el Gobierno, mientras desde la gestión Macri recuerdan que la actividad de la inteligencia era “útil y valiosa” para identificar riesgos y anticipar eventuales incidentes como el de Chubut. “A veces nos podía salir mal, como en Mar del Plata en 2016 (también apedrearon al auto de la comitiva) pero en general no tuvimos problemas”, cuenta un ex funcionario macrista.
Además de la ausencia de la AFI, y según funcionarios que vienen de gestiones anteriores, la Policía Federal también abandonó algunos movimientos, como la denominada formación diamante, un hexagonal con personal uniformado alrededor del vehículo del Presidente, vigente en el gobierno anterior.
“Cuanto menos policía tenga cerca, mejor”, corroboran cerca del Presidente, quien quedó enojado con Arcioni por haber desoído el consejo de no ir al acto pero no prevé modificaciones en su rutina.
En relación al incidente en Lago Puelo, desde Presidencia le quitan dramatismo.
“Eran 3 o 4 que un rato antes nos pedían fotos. Se pensaron que Arcioni estaba dentro de la combi”, relató uno de los acompañantes del Presidente. Y adjudicó las críticas a la Casa Militar del ministro de seguridad de Chubut, Federico Massoni, a la “interna” con el intendente de Lago Puelo, Augusto Sánchez.
Asentados en el despacho, los integrantes de Casa Militar prefirieron no hacer comentarios “ni juicios de valor” a La Nación sobre el incidente. Tal como ocurrió en el multitudinario velatorio de Diego Maradona, donde un centenar de barrabravas irrumpió en el patio de las Palmeras sin que nadie pudiera detenerlos, las críticas se orientaron hacia ese grupo, aunque desde el Gobierno redoblaron el respaldo hacia Guglielmi y Darío Gomar, jefe de Seguridad de Casa Militar.
Desde dentro de la Casa Rosada, en cambio, aseguran que el operativo en Chubut no fue planteado con la antelación suficiente.
“Casa Militar llegó el mismo día, y eran 3, mucho no podían hacer”, relata un participante de la “cocina” de los actos, y lo atribuye a la “improvisación” con la que “muchas veces” se organizan las apariciones públicas del Presidente.
Desde la policía chubutense, que dijo haber destinado 160 hombres a la custodia del Presidente, afirmaron que desconocían la visita de Fernández a un centro cultural, y que cuando llegaron Fernández ya se estaba retirando, entre forcejeos y pedradas, una de las cuales impacto en el brazo del vocero Biondi.
“No somos lo mismo que Macri, a nosotros nos gusta estar con la gente”, retruca un colaborador del Presidente que suele acompañarlo en cada acto. Entiende que la entrada y salida de los actos “pueden ser más desprolijos” pero “es preferible eso a estar encerrado”, reiteran.
Ya acostumbrado al uso permanente de barbijo (al principio no lo tenía tan incorporado), el Presidente planea redoblar sus apariciones públicas. A pedido de los intendentes del PJ, piensa ir “al menos” dos veces por semana a algún distrito del conurbano bonaerense. Y el viernes estará, como estaba previsto, en Catamarca, para una nueva reunión con los gobernadores del Norte grande. A pesar de los riesgos y las criticas, sus salidas se multiplicarán.
Con información de La Nación