CHUBUT (ADNSUR) - Ocho casas, un bosque autóctono, árboles frutales y una vida vivida respetando la naturaleza hoy son un recuerdo que solo puede dimensionarse en fotos. La “Chacra de Tato” está ubicada en la ladera norte del Paraje Las Golondrinas, camino a “La Cascada”- un paseo turístico que quien haya viajado la cordillera seguramente visitó-.

Allí, Tato un hombre de 81 años vivió y crió a sus hijos, subdividió la tierra para que cada uno construyera su propia casa; y así fue. Tres generaciones vivían allí. A un mes del incendio más trágico que vivió la Comarca, la historia de Paz Álvarez y su familia que se propusieron renacer de las cenizas.

Un predio en desnivel con un par de paredes en pie; cenizas, escombros, silencio y olor a quemado penetrante. Con total hospitalidad, Paz Alvarez me invita “a pasar a su casa” como si algo allí quedara. Todo se reduce a escombros y solo algunas paredes de lo que fue una casa de tres plantas están en pie. Vestigios de vitrofusion y una exquisita decoración puede adivinarse en tan oscuro escenario.

“Era hermosa”, dice. “Ya voy a volver a levantarla”. Como la de Paz unas 500 casas fueron alcanzadas por el fuego en la Comarca -392 fueron pérdidas totales y 102 parciales-. En la zona del desastre unas 1.055 personas fueron afectadas, entre ellas alrededor de 60 productores que perdieron plantaciones, herramientas y maquinarias, según un informe elaborado por la Municipalidad de Lago Puelo.

“La pérdida fue total, alambrados, el sistema de riego, electricidad, gas, 8 casas de toda la familia. Mi papá a sus 81 años no tiene mas casa ni nada”, resume Paz. Pero no solo es lo material, “perdimos un bosque maravilloso autóctono, cipreses de 150 años, todos los frutales que papá fue cultivando que nos daban frutas dulces y conservas para el invierno”.

Un “voraz infierno”

La tarde del siniestro Paz y su familia estaban en la chacra mirando el fuego que “se había prendido” cerca de allí y  guiado por los fuertes vientos se dirigía hacia la Cascada de El Hoyo. Casi en forma inmediata un nuevo foco que venía de la zona de Radal los sorprendió y fue imparable. “Lo único que atinamos a hacer es agarrar las mascotas, subir a los autos y salir de ahí. Hice que mi papa se suba al auto a la fuerza porque no quería dejar la chacra y nos fuimos camino a El Hoyo con el fuego al costado del camino”. Al día siguiente, cuando pudieron retornar a la chacra familiar el panorama era desbastador. Había que comenzar de cero. “Las pérdidas económicas son incalculables; millonarias” dice.

Después de un mes, como el primer día

A un mes de la catástrofe el panorama continúa siendo desolador, similar a un campo de batalla. En el pueblo de El Hoyo hace 30 días están sin energía eléctrica, sin agua y sin respuestas. El fuego destruyó el sistema de bombeo desde las fuentes de abastecimiento pero además se suma un conflicto sindical de los trabajadores de Luz y Fuerza por demoras en el pago de haberes. Vecinos autoconvocados organizaron este sábado un #ruidazo frente a las municipalidades de Lago Puelo y El Hoyo exigiendo la restitución inmediata de los servicios y presentaron un recurso de amparo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

Semanas atrás el Estado Nacional anunció el compromiso de la construcción de 280 módulos habitacionales de emergencia que llevarán una inversión de 266 millones de pesos para los afectados de la zona. El invierno apremia y los lugareños saben, mejor que nadie, que hay que ganarle a su llegada. La realidad es que aún no tienen ningún indicio de que los trabajos vayan a comenzar en lo inmediato. Con lo cual, muchos con la ayuda solidaria de la gente, instituciones y donaciones que no pararon de llegar desde diferentes ciudades pusieron manos a la obra.

“Hasta la fecha concreto del Estado no hemos recibido ayuda. El ofrecimiento es un módulo habitacional de 3.50 x 7 m. Estamos haciendo una propuesta con un grupo de bioconstructores autoconvocados para que se construyan unas mini cabañitas con un mismo valor en bioconstruccion pero con mucha más eficiencia, mas metros cuadrados, mas térmicas y autoconstruidas”, cuenta.

La propuesta es que la contratación de la mano de obra sean las mismas personas que quedaron sin casas y sin trabajo. Paz Alvarez forma parte de este grupo que ya presentó los planos en la municipalidad de Lago Puelo y que a ojos vista se presenta como una propuesta superadora “es confortable y que cierra por todos lados desde la eficiencia, lo económico, lo ecológico, hecho con materiales de la zona y con mano de obra de la zona. El diseño sale del mismo grupo autogestivo, firmado por profesionales de acá. Se está haciendo el prototipo con donaciones y trabajo voluntario”.

Por otro lado, el estado ofrecerá créditos para los afectados “a los que personas como yo que somos independientes, sin recibo de sueldo no podremos acceder”, explica.

La suma de voluntades

“La chacra de Tato” está destruida pero llena de manos dispuestas que no esperaron para comenzar con la reconstrucción. “Comenzamos con los alambrados perimetrales de la chacra, hicimos un obrador y ahora estamos abocados a hacer una obra para proteger el suelo porque al ser ladera y haber quedado la tierra totalmente desnuda corremos riesgo de que se desprenda y se vaya por el barranco por las lluvias. Estamos sembrando cereales por todos lados”, explica Paz quien se encuentra abocada junto a voluntarios a levantar nuevamente las casas de la familia y recuperar las plantaciones.

Necesitan ayuda. Mucha. Especialmente materiales de construcción y herramientas. Por colaboraciones y contacto 294 4631647/ en Facebook: Paz Alvarez

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