BUENOS AIRES - “No, gracias, no hace falta”. Cada vez más gente da esa respuesta cuando le ofrecen un sorbete plástico con la lata o la botella de gaseosa o de agua. Pero desde este viernes, esa frase debería dejar de escucharse: se implementará la resolución del Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño que prohíbe el uso, la entrega y el expendio de sorbetes plásticos de un solo uso en restaurantes, bares, shoppings, boliches, hoteles y quioscos. 

Es la segunda etapa de una medida que arrancó hace seis meses, cuando se prohibió que esos mismos comercios ofrecieran los sorbetes plásticos o los colocaran a la vista de los clientes. En cambio, sí podían darlos si eran requeridos. Desde este viernes no podrán entregarlos incluso aunque los consumidores los pidan.

La medida alcanza a hoteles de 4 y 5 estrellas, shoppings, boliches, quioscos, galerías comerciales, centros comerciales a cielo abierto, locales con más de 300 personas por evento y establecimientos de cadenas. También deberá adaptarse todo negocio donde se sirvan o expendan bebidas; o se elaboren, expendan o fraccionen productos alimenticios.

¿Qué harán las cadenas de comidas rápidas? Arcos Dorados, la franquicia que opera McDonald’s en la Argentina, confirmó que desde este viernes dejará de entregar sorbetes en todos los locales del país. Además, como parte de su campaña para reducir el uso del plástico, tampoco seguirá dando tapas con las bebidas y el café, excepto en AutoMac y McDelivery. Y reemplazará otros envases de plástico por polipapel y cartulina certificados por el Consejo de Administración Forestal (FSC).

Desde Burger King también anunciaron que -igual que su competidor- se alinearán con la nueva normativa no sólo en Buenos Aires sino en todos los locales del país. "Para quienes pidan la cajita mágica y para aquellos invitados que realicen su pedido por AutoKing, la marca ofrece la opción de sorbetes de papel para disfrutar de todas las bebidas de forma responsable", detallaron en un comunicado.

Por su parte, Starbucks informó que ya hace dos años la compañía se comprometió a eliminar todos los sorbetes de plástico a nivel mundial para finales del 2020. El plan es ir reemplazándolos con una tapa sin sorbete o con sorbetes hechos de materiales alternativos. "A nivel local, estamos alineados con la nueva normativa y todas las tiendas han dejado de ofrecer sorbetes plásticos que han sido reemplazados en su totalidad por sorbetes de papel. Además, y como parte de los proyectos que promovemos para tener un impacto positivo, invitamos a nuestros clientes a disfrutar de sus bebidas favoritas en el formato de taza de loza dentro de las tiendas o en los vasos reutilizables y 100% reciclables si prefieren hacerlo on the go", contaron.

“Hace seis meses impulsamos esta resolución con el objetivo de lograr el abandono del uso de sorbetes. Hemos tenido una buena experiencia con las bolsas. Creemos que debemos limitar el uso de plásticos de un solo uso, que muchas veces, no son necesarios”, destaca el ministro Eduardo Macchiavelli.

Según estimaciones de la Agencia de Protección Ambiental (APrA), sólo en patios de comidas de shoppings porteños se consumen dos millones de sorbetes plásticos de un solo uso por mes. Con todo, estos siguen representando una fracción pequeña de toda la basura plástica que se genera en la Ciudad. Es por eso que desde Espacio Público aseguran que irán avanzando sobre el empleo de otros plásticos.

Los sorbetes prohibidos forman parte de los plásticos denominados "de un solo uso" porque, después de apenas segundos o minutos de utilización, se tiran al cesto y así comienzan a engrosar la masa de casi dos toneladas de desperdicio por mes. Si no se reciclan, pueden tardar entre 150 y 400 años en descomponerse.

Para vigilar el cumplimiento de la norma, se prevé un esquema de sanciones, desde el pago de entre 250 y 8.200 Unidades Fijas de multa (equivalentes a entre $ 5.350 y $ 175.480) hasta la suspensión de actividad de un mes a un año y, en casos extremos, la clausura de las instalaciones. A su vez, los vecinos podrán denunciar el incumplimiento de esta norma personalmente en la Comuna correspondiente o llamando al 147.

“De cualquier forma, no creemos que haga falta llegar a eso. Acá no queremos generar ningún conflicto en la industria, sólo poner un nuevo estándar, porque entendemos que necesitamos dejar de dañar el ambiente con este uso indiscriminado”, había enfatizado Macchiavelli en mayo, cuando se lanzó la medida en su primera etapa.

La nueva resolución, tomada a través de la APrA, se desprende de la Ley N° 1.854, de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos. Y se suma a otras iniciativas similares, como las llevadas adelante en Pinamar, Mar del Plata, Villa Gesell y Ushuaia.

En el mercado hay varios tipos de sorbetes reutilizables, para llevar en la cartera o la mochila y usarlo cuando se necesite. Hay de acero, vidrio, bambú y hasta de tallos de plantas de papaya. También hay de cartón, que no pueden reusarse pero al menos se reciclan más fácilmente.

Según datos oficiales, el 62% del plástico que se fabrica se destina a productos de packaging y de un solo uso. Al desintegrarse, se forman partículas conocidas como microplásticos que, resalta el Gobierno porteño, son ingeridas por los animales acuáticos, que las acumulan en su cuerpo y así llevan estos materiales a toda la cadena alimentaria. Así es como desde Espacio Público porteño registraron en las zonas costeras del Río de la Plata casos de peces como surubíes, sábalos y pejerreyes con diminutas partículas de material sintético en su sistema digestivo.

Desde Ecoplas, una organización civil dedicada al plástico, cuestionan la resolución: “La prohibición no representa una solución sustentable -aseveró Verónica Ramos, directora ejecutiva de la entidad-. Los sorbetes son productos reciclables, recursos para la economía circular que tras su reciclado se transforman en otros productos. El prejuicio radica en el desconocimiento: el sorbete es del mismo material que las tapas plásticas, las cuales se separan y reciclan habitualmente. Debemos concientizar a los consumidores para separarlos junto con los otros reciclables y no abandonarlos en el ambiente".

Según detalló Ramos, se están reciclando 241.000 toneladas de plástico por año, lo que equivale a 24 Torres Eiffel." La industria recicladora tiene un 60% de capacidad ociosa. Hace falta política pública, infraestructura y una eficiente gestión de los residuos , eliminación de basurales a cielo abierto y una ley nacional de responsabilidad del productor”, agregó.

Por su parte, el ingeniero Mario Tonelli, gerente técnico de Ecoplas, afirmó que el sorbete “es sumamente importante para prevenir enfermedades. Además, es de vital importancia para personas con discapacidades, por ejemplo. Estas son solo alguna de las comunidades que, desde este momento, se encontrarán en peligro debido a esta medida”.

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