Advierten graves riesgos de derrumbes en la Escuela 7.717 de barrio Stella Maris
Así lo denunció Damián Simoes Da'Eira, uno de los delegados de la escuela secundaria que funciona en el establecimiento al que asisten unos 300 estudiantes. Aunque el edificio nuevo está en construcción, no hay precisiones de cuándo terminará la obra.
“El hundimiento del piso era de 10 cm en 2021, por lo que se tuvo que clausurar la sala de la biblioteca; ahora hicimos otra medición los propios docentes y bajó otros 5 centímetros más”, detalló el delegado, al describir que las fallas estructurales provocaron la ruptura de columnas y temen por derrumbes.
Ante la situación, el martes último la comunidad educativa realizó un abrazo simbólico a la escuela, que funciona desde hace 11 años en la antigua sede de la asociación vecinal, para advertir los riesgos que atraviesan y para reclamar precisiones sobre el avance de obra de la construcción del nuevo edificio.
“El problema se ha agravado -afirmó el delegado, en diálogo con Actualidad 2.0-. Hoy nos ha convocado nuevamente el hundimiento que está sufriendo el edificio, porque hemos presentado informes a Supervisión y al Ministerio de Educación, pero no sabemos si se han leído, porque nadie nos da respuesta de nada”.
Descarga de camión atmosférico frente a la escuela
Como consecuencia del hundimiento del suelo, Simoes explicó que se provocaron roturas en las columnas, pero cuestionó que “en lugar de arreglarla, le pusieron una chapa de durlock”. Y si bien reconoció que cuando se descubrió el problema del suelo, desde áreas oficiales les dijeron que no hay riesgos de tipo estructural, el docente puso en duda esa aseveración, ante el agravamiento de la grieta.
“El hundimiento se está agravando y ya en las aulas que están cerca de la biblioteca el piso suena hueco, no sabemos qué va a pasar. Está corriendo riesgo la vida de los estudiantes como de quienes trabajamos acá, no podemos dar clases en estas condiciones”, advirtió.
Además describió que enfrente de la escuela se descargan los camiones atmosféricos, que vuelcan efluentes recogidos de pozos ciegos, mientras que al ingreso hay un cauce de agua de origen desconocido, que esta mañana estaba congelada. “El ingreso a la escuela es un riesgo, pero también es un riesgo permanecer en su interior”, advirtió.
El delegado reiteró el reclamo para que personal técnico visite el establecimiento para inspeccionar las condiciones en que asisten diariamente los estudiantes. “A la entrada hay un río de agua que corre con no sabemos qué cosas, los chicos tienen que saltar y esta mañana estaba congelado”, describió, para reflejar las condiciones precarias en las que funciona la escuela.
“Hace pocos días tuvimos que suspender las clases porque las cloacas habían colapsado, los baños están saturados y son muy chicos para la cantidad de chicos que concurren”, enfatizó.