Alarma por la aparición de alacranes en Comodoro y Rada Tilly: ¿son peligrosos?
Habitantes de la zona norte de Comodoro Rivadavia y de la villa balnearia Rada Tilly denuncian que este verano hay una “plaga” de alacranes. El entomólogo Germán Cheli, en diálogo con ADNSUR, derribó algunos mitos sobre estos arácnidos y despejó la gran duda: ¿son peligrosos o inofensivos?
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – La imagen impresiona a quien no está acostumbrado a verlos: el alacrán está en el piso con su aguijón y sus pinzas levantadas. La primera reacción es tratar de matarlo, sacarlo de la casa y no tocarlo…por las dudas.
En la imagen que encabeza está nota (captada en una casa de Rada Tilly), el escorpión, tal como también se lo llama, está cubierto de insecticida. Ante la consulta , el especialista dispara un reto directo: “¿Qué le tiraron? ¿Plasticola? Pobre bicho!...es inofensivo”.
Quien habla del otro lado es el entomólogo Germán Cheli, biólogo graduado de la Universidad Nacional de la Plata con una especialización en entomología, que hace 17 años vive en Puerto Madryn. Él estudia la vida de los insecticos y arácnidos de la zona a través del Centro Nacional Patagónico (CENPAT); un centro de investigación y desarrollo de CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
Cheli dialogó este miércoles con ADNSUR y derribó algunos mitos sobre estos arácnidos y despejó la gran duda: ¿son peligrosos o inofensivos?
“Hay muchos mitos sobre estos bichos. Los alacranes y los escorpiones son lo mismo. Hay una falsa creencia que los alacranes son ponzoñosos y los escorpiones no lo son. Tampoco son insectos como dice mucha gente. Los insectos son bichos de seis patas y que tienen antenas. Las arañas no tienen antenas y tienen ocho patas. Tienen una distribución del cuerpo diferente. Y es mentira que siempre andan de a dos, son depredadores e incluso se hace difícil su reproducción”, explicó a modo de introducción.
Respecto a su peligrosidad, Cheli fue contundente. “En Madryn hay 40 especies de arañas pero solo 2 son peligrosas, y de escorpiones, en Chubut, tenemos cuatro especies y no hay ninguna que sea peligrosa. Lo que tienen los insectos es que el 99 por ciento pican porque no tienen mandíbula y los aracnidos sí. Pero eso no quiere decir que son ponzoñosos”.
Cheli trabaja con los artrópodos terrestres y se especializa principalmente en aquellos que caminan, es decir que se pueden encontrar al ras del suelo. “Estudio la biodiversidad pero desde un punto de vista aplicado. Desde el primer momento en que empecé a trabajar allá en La Plata, nosotros los usábamos como controladores de plagas, y cuando me vine acá, empecé a estudiar a los artrópodos terrestres como indicadores de degradación ambiental”, explicó.
Con respecto al arácnido protagonista de esta crónica, el investigador indica que “en Argentina hay dos familias”.
“Un gran grupo, que se llama Bothriurus, son el 80 por ciento de las especies que hay en argentina y el resto es Buthidae, que hay nada más que seis especies. De esas seis tres son peligrosas para la salud pero ninguna llega a la Patagonia. Solo una fue introducida y ha llegado a Bahía Blanca, pero acá en Madryn nunca recolecte ninguna, ni en zonas urbanas ni rurales, y en La Plata, donde trabaje 8 años, hemos recolectado varias veces en zonas urbanas”, detalló.
QUÉ ASPECTOS TENER EN CUENTA
En los últimos meses en las redes sociales comenzó a circular una imagen que diferencia los alacranes venenosos de los que no lo son. Cheli asegura que esa foto no es del todo certera y explica que es más complejo el análisis del arácnido, ya que se debe tener en cuenta sus uñas y pelos de las patas, entre otros aspecto.
Aunque en ese sentido si admite que “hay una relación inversa entre el poder del veneno y el grosor de las pinzas”, como muestra la imagen.
“Por ejemplo, el alacrán de la foto tienen unas pinzas anchas por lo tanto no tiene un veneno muy potente. Otra cosa que se le puede mirar, pero es medio confuso, es algo que tiene debajo del aguijón, pero hay algunas especies que lo tienen. Entonces lo que hay que ver es la combinación de las tres cosas”, agrega.
El investigador asegura que estos bichos entran a las casas buscando refugio o atraídos por la luz. Sin embargo, la limpieza del patio y burletes en la puerta pueden ayudar a que no haya tanta cantidad, ya que que no pueden trepar.
La buena noticia es que desde hace tres años, Cheli está colaborando con el Ministerio de Salud para detectar qué tipo de picaduras sufren las personas que han llegado a los hospitales provinciales. De esa forma, a través de una foto del bicho puede saber de qué tipo se trata y detectar qué tipo de picadura produce y así medicar al paciente.