RAWSON (ADNSUR / Informe Exclusivo) - El debate que se viene dando desde hace tiempo dentro del gabinete sobre la estrategia para enfrentar a los gremios estatales parece haber llegado a un punto de inflexión. Hasta aquí, venía ganando la postura de los “blandos”, que intentaban llegar a un acuerdo con la dirigencia gremial a partir de ir flexibilizando las posturas de ambas partes, sin aplicar medidas drásticas, tratando de llagar a un entendimiento pacífico. Pero al parecer, las próximas horas serán decisivas para el futuro del conflicto, ya que la evaluación que hace en estos momentos el gobernador Mariano Arcioni es que ante los magros resultados obtenidos por las buenas, a las que los estatales respondieron con un endurecimiento de las medidas de fuerza, quizás no quede alternativa que la postura del ala “dura” del gabinete, que no es otra que aplicar en la próxima liquidación de haberes el descuento de los días no trabajados.

El gobierno no piensa hacer un anuncio con esta decisión, y las fuentes consultadas tampoco hablan de amenazas, e incluso es probable que públicamente no quieran confirmar esta información. Pero la estrategia que se expresa por lo bajo, es que simplemente se van a aplicar de manera directa los descuentos a partir del próximo 20 de septiembre, cuando comiencen a hacerse las cargas para las liquidaciones del próximo mes, y los trabajadores lo van a ver reflejado en sus recibos de sueldo. “Hay gente que va a quedar debiendo plata al Estado”, aseguran en los despachos más importantes del Ejecutivo, en alusión a que los descuentos en algunos casos serían tan altos que el número final del sueldo neto sería de 0 pesos.

¿Se animará el gobierno a tomar una decisión tan drástica? Hasta aquí se liquidaron los sueldos completos de julio y agosto, con la carga total de los días como si hubieran sido trabajados, cuando hay áreas paralizadas, especialmente en salud y educación. Esto fue motivo de discusión interna en el equipo de gobierno, ya que hay quienes aseguran que se comete una injusticia con los muchos que sí están yendo a trabajar, y porque además se podría caer en la malversación de fondos, al estar pagando por un servicio que no se está prestando, según el asesoramiento que prestan algunos abogados laboralistas.

Pero el no descuento había sido un compromiso asumido por Arcioni ante los gremios, y se los dijo cara a cara en la última reunión del viernes 31 de agosto, en la que también les había prometido que el 11 de septiembre iba a depositar 30 mil pesos en las cajas de ahorros de todos los empleados, algo que no pudo cumplir.

Pero el mismo mandatario provincial advirtió en su discurso en Casa de Gobierno del martes 3 de septiembre, que su compromiso era hasta ese viernes, dando a entender que de aquí en adelante no garantizaba nada.

En el Ejecutivo saben que si en los primeros días de octubre empiezan a llegar recibos con descuentos en miles de pesos, y que muchos empleados directamente vean que no van a cobrar casi nada, el conflicto escalará de una manera escandalosa. Y aseguran que están dispuestos a que la respuesta inmediata es que se vengan por lo menos dos semanas completas de cortes de ruta. Pero muchos entienden que el panorama no será mucho peor que el actual, en el que por ejemplo, los alumnos de las escuelas públicas enfrentan la novena semana sin clases.

¿Cuál sería la idea que hoy prima en la cabeza del entorno más influyente del gobernador? Aplicar un descuento masivo, “a cara de perro” como se dice en la jerga de la calle, y después aflojar la postura con los que regresen a trabajar, a quienes se podría pagar al mes siguiente por planilla complementaria los días que se les habían descontado. Es decir, una medida lisa y llana de “disciplinamiento”.

Quienes rodean al gobernador creen que este endurecimiento será aplaudido por la “mayoría silenciosa”, por los trabajadores privados que no cuentan con los servicios esenciales y que están hartos de tener que afrontar las consecuencias de las medidas de sus pares estatales, quienes están cobrando con demora pero sin ver afectados los ingresos en sus bolsillos.

“En el ámbito privado se está cobrando muchos menos, y si no trabajás te echan; y en muchos rubros, si no producís, no generás tu ganancia. Pero acá no trabajan y les pagamos igual, parece que nosotros mismos estuviésemos subsidiando la medida en nuestra contra”, comentó a esta columna una altísima fuente del gabinete.

En el entorno del gobernador aseguran que ya reconoció a sus más cercanos que la decisión está tomada y no hay vuelta atrás. De llevarse adelante sería una apuesta fuerte, que recién sobre la marcha se verá si fue acertada. ¿Tendrá espalda este devaluado gobierno al que le quedan tres meses antes del recambio de mandato, para afrontar la escalada del conflicto que significará este endurecimiento de medidas?

Todo parece indicar que el pago escalonado durará al menos hasta enero, por lo que otra fuente importante del gabinete admitió “estamos esperando a que llegue Alberto y nos envíe un salvavidas”. La cuestión es que para el 10 de diciembre falta mucho aún, y el panorama en el horizonte cercano es que se aproximan días muy malos, en los que Chubut se tornaría aún más insufrible de lo que viene siendo hasta aquí.

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