Así lucen los cajeros en los súper chino de Buenos Aires para evitar el contagio de coronavirus
Los locales chinos recurrieron a un curioso método para protegerse del coronavirus en barrios porteños y algunos puntos del conurbano.
BUENOS AIRES - Si bien desde Cámara Empresarial de Desarrollo Argentino y Países del Sudeste Asiático (CEDEAPSA) confirmaron que no hay ningún tipo de pedidos del uso de materiales de aislamiento en los locales, los dueños de los súper chinos compraron plástico y crearon mamparas para evitar el contacto directo con los clientes.
Las góndolas de los supermercados asiáticos están llenas, no hay desabastecimiento de productos, el único faltante es el alcohol en gel. Tampoco hay largas colas como se ven en las grandes cadenas.
Según informó Infobae, sobre la calle Juramento al 4800, en el barrio de Villa Urquiza, está el local “Fineza” que pertenece a la familia de Sofía (tal es su nombre occidental). Hace más de quince años que emigraron a la Argentina con su marido y sus dos hijos. Esta semana tomó la decisión de armar su barrera protectora. “Estoy preocupada por toda la gente que entra y sale sin tener los cuidados necesarios. Nadie se quiere quedar en casa. Vienen, me estornudan y tosen en la cara, por eso puse este plástico transparente”, le cuenta a Infobae.
En la suerte de cabina sostenida por tubos hizo dos agujeros, por el más chico toma la plata y da el cambio, por el otro se retiran la mercadería. No faltan los guantes y tampoco el uso continuo de barbijo para reforzar la medida. “Fui al barrio de Once y compré este plástico largo, el mismo que se usa para recubrir la Pelopincho”, explica.
Los vecinos de la zona coinciden que este no es el único local del barrio que recubrió la caja como medida preventiva. “Sobre Alvarez Thomas al 4800 el dueño hizo lo mismo, sobre la calle Mendoza también. Es común verlos trabajando ahí adentro y evitando todo tipo de acercamiento”, cuenta Romina.
Algunos curiosos pasan y sacan fotos, por eso las imágenes no tardaron en viralizarse en las redes. Otros pasan entran, compran y desestiman la efectividad de la medida extrema. “Esto no sirve para nada”, le dicen a la inmutable cajera.
La situación da cuenta del temor de la comunidad por entrar en contacto con otros. Durante el recorrido que realizó Infobae no sólo se pudo corroborar el uso del plástico rígido, también usan papel film y hasta nylon para montar estas cabinas.
Hay 100 mil chinos viviendo en Argentina. Para las fiestas estuvieron de visita en su país de origen y la propagación del virus les impidió volvieron a tiempo. Lo están haciendo ahora. La hija de la comerciante es uno de esos casos. “Volvió y desde entonces está aislada en su cuarto haciendo la cuarentena”, contó su hermano que también trabaja en negocio familiar.