TRELEW - Luis Brandoni, uno de los actores con mayor trayectoria y prestigio en la Argentina, estuvo este viernes en Trelew y en Gaiman en su doble rol: el de referente artístico y dirigente político de la Unión Cívica Radical. Habló a solas con Sur Actual de la actualidad social y política. Y, así como a mediados de 2017 anticipó que Cambiemos ganaría las elecciones legislativas, ahora dice estar seguro de que también lo hará en las presidenciales de 2019.

Luis Brandoni tiene 78 años, una larguísima trayectoria poco comparable con otros actores de la Argentina y una carrera también dilatada como dirigente político. Pero parece conservar la curiosidad de un principiante: la entrevista con Sur Actual está precedida por sus preguntas sobre la colonización galesa en Chubut, y acompaña a las respuestas con la mirada fija y con permanentes gestos de admiración y sorpresa.

Brandoni llegó ayer viernes a Trelew para realizar actividades culturales y políticas en esta ciudad y en Gaiman, invitado por las autoridades locales de la UCR, partido con el que se identificó siempre -incluso lo representó como diputado nacional durante ocho años- y del que habla con pasión.

Aunque estuvo antes en la región, reconoce que, en las veces anteriores, la fugacidad de una gira artística le impidió recorrer, y por eso parece que fuera la primera vez que llega.

No es la primera vez que viene a la zona, ¿qué representa Chubut para usted?

Chubut forma parte de una región atractiva, ineludible de la Argentina que es el sur, que es todavía una zona que nos puede deparar satisfacciones enormes como país. Creo que tiene una potencialidad extraordinaria. Vine con la expectativa de conversar con la gente del lugar, sobre todo en Gaiman. Yo he estado trabajando en Trelew, en Puerto Madryn. Vine con un cierto grado de curiosidad, sobre todo por la colectividad galesa que me parece muy admirable.

Las veces que estuvo antes, ¿tuvo oportunidad de recorrer?

No, muy poco. Porque hicimos una gira con una obra que se llamó “Justo en lo mejor de mi vida”, en la que estuvimos en 142 ciudades del país en ómnibus, con los técnicos, la escenografía, el elenco, todo junto. A menudo, entre la llegada, el armado del espectáculo, hacer alguna entrevista, nos quedaba poco tiempo para hacer turismo, salvo en otros lugares donde estábamos más de un día, y ahí sí había posibilidad. Pero uno se lleva una impresión un tanto superficial de cada lugar. Lo que no cambia es el público, que tiene características muy similares en la Argentina. No hay un público de Buenos Aires y uno del interior, para nada. En ese sentido, uno se siente como en su casa. Cuando estamos en el teatro somos parientes todos, con códigos culturales que tiene el país.

Usted dijo recién que Chubut tiene mucho para aportar todavía, ¿en qué sentido?

Tiene una riqueza extraordinaria. Empezando por la potencialidad turística. Y creo que nos queda mucho por hacer todavía, por explotar, por mejorar la infraestructura turística. La potencialidad es enorme, más allá de lo que la naturaleza nos regaló, que lo aprovechamos tan poco y a veces mal. Y no la cuidamos, sino que a veces nos valemos de ella para malos usos.

En su doble rol de actor y dirigente político, ¿actualmente cuál es el que lleva mayor porcentaje?

No, yo soy actor. Un actor que es ciudadano de este país y al que le interesa la política desde hace muchos años. Pero mi profesión es la de actor. No tengo ningún cargo ni partidario ni oficial, ni lo pretendo para nada. Pero me interesa mucho la política, me preocupa mucho. Y es en virtud de ello que estoy en la zona, con mucho gusto.

¿Qué expectativas le genera aún el gobierno nacional?

Muchas expectativas. Con todas las dificultades que se presentan, algunas que se inventan y otras que se gestionan, creo que si nos empeñamos en mejorar y en consolidar la república estamos en vísperas de un cambio cultural. Pero hay que modificar muchas cosas. Y no solo desde lo político. Una de las cosas que tenemos que entender es que en la democracia hay dos factores de poder enormes: uno es el gobierno y el otro es la sociedad. Si la sociedad no ayuda, no hay manera. Si la sociedad no se empeña en modificar las cosas que les exige a los políticos con toda justicia, no es posible. Pero creo que estamos en un momento importante.

¿Y cree que la sociedad está acompañando ahora?

Sí. Si no, no estaríamos donde estamos. La sociedad en 2015 acompañó. ¿No hubo fraude, no? Y después se volvió a votar y se ratificó. De modo que no hay ninguna duda. El temor del peronismo de estar alejado del poder es un tema que no me corresponde tratar. Es un tema del peronismo, que tiene que aprender a perder.

A mediados de 2017 usted ya decía con seguridad que Cambiemos iba a ganar la elección legislativa, ¿por qué estaba tan seguro?

Porque me parecía que había cosas que habían ocurrido que merecían esa lectura. Para algunos parecía un hecho casi mágico, pero no es mágico. Haber ganado la provincia de Buenos Aires después de 28 años consecutivos de peronismo no es un hecho casual. No fue por sorteo ni porque tiraron la moneda. Fue porque la sociedad dijo ‘hasta acá llegamos’. Y ahora también afirmo que, por supuesto, en 2019 Cambiemos va a ser ratificado para el próximo gobierno, sin ninguna duda. Y si están apurados los muchachos, quiere adelantar las elecciones, mejor todavía.

¿Qué opinión tiene del clima que se generó, de las críticas, del nerviosismo, la suba del dólar en la semana en que se gestionó el crédito ante el FMI?

Son cosas que ocurren porque hay factores de poder que están con mucho temor. Hay un sector importantísimo del empresariado y de la política que tiene miedo de ir preso, espero que vayan; y que están fomentando este clima. Y porque además a río revuelto, ganancia de pescadores. Y porque lo que nos falta para afirmar la república es tener confianza en nosotros mismos. Si no, no es posible. Hoy tomé un taxi frente a mi casa. Había bajado una familia, un matrimonio joven con tres chiquitos. El taxista me dijo que eran de Mendoza, que era la primera vez que venían a Buenos Aires y estaban sorprendidos por lo bien que estaba la ciudad. Y estaban creídos que iban a ver una ciudad en llamas. ¿Cómo puede ser que un país esté con buenas expectativas y en 48 horas se derrumbe? Y en las siguientes 48 horas está todo bien. Hay una patología, me parece. Pero el gobierno de Cambiemos es muy sólido, contrariamente a lo que piensan muchos y a lo que desean otros. Hay cosas que se van a enderezar. Hay mucho que arreglar todavía. Acá hubo mucha deformación de las cosas: los valores se trastocaron, la sociedad clama justicia, pero después no se comporta modélicamente. Por eso hay un trecho muy importante para la república que hay que recorrer y va a llevar tiempo, porque no hay ni gradualismo ni nada. Hay una realidad que se llama educación: hay que recuperarla y va a llevar tiempo.

¿Cuál le parece que van a ser el principal contrincante de Cambiemos en 2019?

No me imagino quién podrá ser y en qué formación estará. Pero el justicialismo tendría que ser un opositor. Ahora, cómo se va a reorganizar, no lo puedo decir. Difícil que alguien pueda imaginar cómo se va a reagrupar.

Fuente: Sur Actual

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