El Colegio Argentino de Cardiólogos Intervencionistas (CACI) ha convocado a un paro de 48 horas a nivel nacional, instando a sus miembros a detener la realización de angioplastias y la colocación de stents durante este miércoles y jueves.

En diálogo con ADNSUR, Gabriel Manos, cardiólogo de la ciudad, explicó que “la cardiología intervencionista es la que hace angioplastia y repara las arterias del corazón o coloca válvulas por cateterismo”. Es una especialidad que, tiene una sala de rayos, especialmente montada para ello y “trata de reparar cosas del corazón sin cirugía, es decir, mínimamente invasivo”.

El problema que se generó en los últimos años -señaló- es que “ha habido un desbalance entre lo que significa el costo de los insumos y el costo de la práctica”.“Los insumos aumentaron aproximadamente en lo que va de un año y medio un 1.200 % y la práctica -que se factura como el módulo de angioplastia e incluye el material específico e inespecífico más los honorarios médicos- solamente aumentó en un 350 %”.

Esto fue creando un desbalance. Tal es así que, “estamos al borde de no poder hacer más la práctica, porque si la tuviésemos que hacer tenemos que poner plata en nuestro bolsillo”, alertó.

“Los insumos aumentaron aproximadamente en lo que va de un año y medio un 1.200 % y la práctica solamente un 350%".

Y remarcó que, el Colegio Argentino de Cardiología Intervencionista, “estableció una alerta hace aproximadamente dos meses” dando aviso de que esto estaba pasando, y no obtuvieron ninguna respuesta. “Lo que se exigía a la autoridad es mediar un poco entre las obras sociales y tratar de balancear esta situación para no llegar a la situación de que tengamos que cerrar los servicios de cateterismo”, señaló.

LA FUNCIÓN DE LOS CARDIÓLOGOS INTERVENCIONISTAS

Sobre su labor médica, Manos indicó que “o”, para el que existen dos procedimientos. Y aclaró que, “un infarto se produce porque se tapa una arteria”. Entonces, cuando llega un paciente con un infarto tiene dos posibilidades:

O ir a que le coloquen una droga que sale carísima y que tiene un 50% de chances de abrir la arteria que está provocando el infarto -que se llama fibrinolítico- o ir a una angioplastia, que tiene un 99% de chances de abrir la arteria con un costo similar”. 

"Con la cantidad de angioplastias que hacemos en infarto agudo, aproximadamente salvamos 200.000 vidas por año en el país".

“Se está dejando de lado a una práctica que resuelve el problema en forma mucho más efectiva con el mismo costo que darle una droga que tiene el 50% de chances”.

Y comparó, “no es lo mismo dar una droga que necesita de un enfermero y un médico que hacer una angioplastia, que necesitas de toda una infraestructura que es mucho más costosa”.

FALTA DE RESPUESTA AL RECLAMO

“No hemos obtenido ninguna respuesta de ninguna autoridad. Esto es un llamado de atención para todo el mundo, para la gente, para las autoridades, para las obras sociales, para todos”, expresó Manos. Y destacó que, “el reclamo está hecho para todo lo que es programado, no así para las urgencias que seguimos atendiendo”.

En ese marco, agregó, “todos los insumos que usamos en cardiología intervencionista, son importados. Entonces, el contraste que se utiliza para teñir las arterias, los catéteres, los stends, las válvulas, nada se fabrica en la Argentina. Los costos en dólares se fueron modificando, ha habido aumentos siderales y nosotros no tuvimos la misma respuesta en cuanto al valor de la práctica y, dentro de la práctica están incluidos todo estos materiales y el honorario médico”, especificó.

Tal es así que, “muchos médicos se están yendo del país, porque una angioplastia en Chile o en Uruguay sale aproximadamente 5.000 dólares y acá no sé si llega a los mil dólares, eso es insostenible. No es una decisión que tengamos que tomar, sino que se va a dar”, advirtió.

“Se tendría que resolver en una mesa de reunión entre las autoridades sanitarias y los prestadores de salud, porque la enfermedad cardiovascular sigue siendo la primera causa de mortalidad. Nosotros con la cantidad de angioplastias que hacemos en infarto agudo, aproximadamente salvamos 200.000 vidas por año en el país, entonces esto es un tema serio”, mencionó.

“Hay que renovar y reevaluar los contratos vigentes y establecer un monto que sirva para para todos”, exclamó Manos.

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