Cómo se preparan médicos y enfermeros del Hospital Regional para hacer frente al coronavirus
Si bien el país mantiene una curva aplanada de contagios de COVID 19, un indicador preocupante se confirmó en los últimos días: el 14 por ciento de los infectados pertenece al sector sanitario.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Aunque Argentina mantiene una curva aplanada de contagios de COVID 19, un indicador preocupante se confirmó en los últimos días. El 14 por ciento de los infectados pertenece al sector sanitario, ubicándose entre las más altas del mundo, según planteó una Federación sindical de profesionales de la salud.
El dato del orden nacional lleva a revisar la situación en el ámbito sanitario local: un informe de Farmacia del hospital Regional reclamó el urgente aprovisionamiento de Elementos de Protección Personal (EPP) a la Dirección, aunque autoridades del área sostienen que la situación, si bien no es holgada, tampoco es de carencia absoluta. Entre ambos extremos, la clara necesidad de extremar todos los recursos de forma urgente.
“Con el stock existente, se pueden armar 881 kits”, lo que de acuerdo a los lineamientos de la OMS “podría alcanzar para la atención de: 2 pacientes internados en terapia, 14 días cada uno; o 4 pacientes internados en sala, 14 días cada uno; o la atención de 146 pacientes sospechosos”.
La nota, firmada por la jefa de Farmacia del Hospital Regional, concluye con la solicitud a la Dirección del hospital Regional para que “arbitren los medios necesarios para la gestión de vías de adquisición alternativas de los EPP, necesarios para la adecuada protección del equipo de salud avocado a la contención del evento COVID-19”.
“Actualmente hay en curso dos expedientes de farmacia de compra de dos de los EPP más críticos –expresa la nota ingresada esta semana-, el 652/2020 (barbijos quirúrgicos tricapa 4 tiras) y el 650/2020 (camisolines hidrorrepelentes). Ambos vinieron para adjudicar a principios de la semana pasada, pero sin ofertas de proveedores (desiertos). Se los envió a segundo llamado, ya que aún no se logra brindar la cobertura adecuada a la demanda del personal de salud”.
CÓMO ESTÁ EL HOSPITAL
El hospital tiene 1.300 personas que se desempeñan en distintos ámbitos y la situación comenzó a generar preocupación en el grupo de profesionales que coordina el almacenamiento y recepción de las distintas líneas de donación de elementos, que resultan un complemento indispensable al escaso presupuesto oficial.
Hay que recordar el contexto previo a la pandemia: hace poco más de un mes, sin coronavirus ni cuarentena, la salud pública atravesaba (y sigue atravesando) una crisis severa, con pago de salarios cada 45 días y falta de insumos. Desde ese punto de partida, la situación no puede ser ideal, pero se percibe de distintas maneras, según el servicio en el que se consulte:
“Te diría que la protección en este momento es de media a alta, al menos en UTI”, reconoció un profesional vinculado al área de Terapia Intensiva. Sin embargo, la alta exigencia del COVID en materia de Protección relativiza cualquier tipo de seguridad: “¿Si tuviéramos 5 pacientes positivos? El stock alcanza para poco tiempo –reconoce la fuente, ante la hipótesis planteada-. No sé si llega a 20 días”.
Entre 18 y 30 equipos descartables por día
“Se habían recibido en una primera etapa 3.000 camisolines para las terapias y guardias, de los que quedaban alrededor de 600 –indicó una fuente del ámbito de la conducción sanitaria local, aunque la nota de Farmacia presentada el miércoles actualizó ese número a sólo 231 unidades-. Cada servicio tiene distintas necesidades. Además, los camisolines que llegaron en la primera etapa no eran aptos para médicos, por lo que se recomendó para personal de limpieza y otros sectores operativos que no tienen contacto estrecho con el paciente. Incluso un mucamo no debería usar camisolines, para esa tarea se recomienda sólo guantes y barbijos, pero ellos están asustados y se pide el uso. Pero el tipo de protección está normado por el Ministerio de Salud de Nación y Provincia”.
En esa prescripción sobre la protección específica para cada efector de salud, por ejemplo, se estipula que el barbijo N95 es específico para quien trabaja entubando el paciente, es decir el médico, o bien el bioquímico que debe realizar el hisopado (toma de muestra) para confirmar un caso sospechoso.
Sobre el N95 se debe colocar el barbijo quirúrgico, descartable tras la práctica, mientras el primero puede utilizarse, según la Asociación de Infectología a nivel nacional, 15 días durante 7 horas: un total de 101 horas, tras lo cual debe descartarse. Por ese motivo, estos instrumentos son entregados con identificación del profesional que lo recibe. Lo mismo ocurre con las antiparras, que pueden lavarse y ser reutilizadas, al igual que las máscaras confeccionadas por los voluntarios con impresoras 3D, para proteger barbijos y área facial. Por otra parte, el barbijo quirúrgico, camisolín hidrorrepelente, botas y cofia deben descartarse cada vez que se sale de un área de riesgo, por lo que deben reponerse tantas veces en el día como sea necesario volver a ingresar. “A veces, hasta 2 ó 3 veces por hora”, explica un médico terapista.
El siguiente cálculo da una magnitud adicional de la ilimitada necesidad de reponer los EPP en forma permanente: ¿cuántos equipos se necesitan por cada paciente confirmado? Entre 15 y 18 por día en sala, mientras que en terapia se eleva hasta un rango de 25 a 30, dependiendo de la cantidad de profesionales que deba ingresar. Fue la referencia numérica que permitió establecer el primer caso positivo en Comodoro Rivadavia, atendido en clínica La Española.
Obviamente, si hay más de un paciente, los profesionales que utilizan el equipo no reemplazan los descartables por cada uno, pero hay un incremento con una tasa de reposición que aún no está estimada, ya que se confirmará con la evolución en la cantidad de pacientes.
Sin embargo, hoy en una guardia, según explican quienes trabajan a diario en el ámbito hospitalario, deben extremarse las precauciones: “si llega un paciente con problema respiratorio, se utiliza todo el equipo de seguridad, porque no hay forma de saber si puede ser un caso sospechoso hasta evaluarlo –explicaron ante ADNSUR-. A todos nos ha pasa y se entiende el temor de que nada va a alcanzar, la gente quiere tener los elementos y esconderlos por las dudas. Nos ha pasado que en el hospital Alvear desaparecieron camisolines de un depósito y también en una base de 107 y una ambulancia, donde desaparecieron todos los equipos de seguridad: no es gente que vino de afuera a robarlo, sino que el personal los esconde por miedo a quedarse sin elementos. Por eso hubo que tomar medidas de seguridad y ocultarlos bajo llave”.
“¿Si tuviéramos 5 casos positivos en terapia? Tenemos equipos para 20 días, pero además hay que tener en cuenta que se van reponiendo de forma permanente”, completan la descripción del área directiva.
El viernes, desde uno de los talleres municipales textiles que derivó en la conformación de la cooperativa Jointex se entregaron 200 camisolines de tela de alta calidad, entre 45 y 50 miligramos, mientras que la semana próxima llegarán otros 400. “Son muy buenos equipos”, reconocen en el hospital, por lo que valoraron esa línea de ayuda desde el ámbito municipal, desde donde se comunicó la compra por 25.000 barbijos, entre otros EPP.
Está claro y vale insistir: nada es suficiente. El costo de los barbijos N95, que se ubicaba en 85 pesos previo a la pandemia, ha registrado cotizaciones de hasta 800 pesos por unidad.
Además de los EPP, se trabaja contra reloj en la capacitación: la experiencia reciente refleja que hubo dejar en cuarentena una guardia médica completa, junto a enfermeros y radiólogos, por haber tratado un caso sospechoso (luego no confirmado) sin el protocolo adecuado. El tiempo transcurrido hasta el primer caso positivo en la ciudad ha dado un tiempo de preparación. Hoy ese límite está superado.
El temor de médicos y otros profesionales
“Estamos por debajo de lo mínimo en lo que hace al sistema de protección: Argentina tiene la mayor prevalencia de contagio en el sector de salud, eso nos está indicando algo”, respondió un médico hospitalario con tono de honda preocupación, tras conocer la nota presentada desde Farmacia. El grupo de profesionales que coordina las donaciones tiene previsto salir a denunciar la situación en los próximos días, si las autoridades provinciales no disponen la compra de los EPP de forma urgente.
“Aunque hasta ahora no hay transmisión en la provincia y en Comodoro Rivadavia hubo un solo caso, no tenemos que perder de vista lo que pasó en otras ciudades: Bariloche hace una semana tuvo su primer caso y hoy está en 49 –advirtió el profesional-, con 10 agentes de salud contagiados. Creo que no estamos preparados o nuestras protecciones no sirven. Seguramente la parte de Terapia está más protegida, pero todos necesitamos de estos elementos, no sólo los médicos, sino todo el personal operativo. La necesidad es ilimitada”.
La explicación se repite, pero no está demás escucharla de otro protagonista, para entender que toda ayuda puede resultar insuficiente si no se cuenta con el presupuesto adecuado para garantizar la cobertura: “Solamente para hisopar a un paciente se necesita la protección más alta, con dos pares de guantes, un camisolín hidrorrepelente, dos barbijos, antiparras, protector facial, cofia, botas… al terminar la toma de muestra, se debe tirar todo a la basura. Si los elementos le faltaron a China, Italia y Estados Unidos, que son potencia, ¿qué queda para nosotros, que hace un mes estábamos cortando la ruta por falta de pago de salarios, frente al hospital?”.
La reflexión concluye con un mensaje que podría amplificarse desde el lunes. Así ocurrirá en el hospital de Trelew, donde el titular del SISAP, Caito Sepúlveda, convocó a una manifestación para reclamar por los EPP, ya que según aseguró el viernes, “se le están negando los elementos de protección a los trabajadores, pese a todas las donaciones que hay”.
La medida podría replicarse en el hospital Regional de Comodoro: “No es nuestra intención asustar a la población –concluyó uno de los profesionales-, pero si las autoridades no dan las respuestas que se esperan, vamos a salir a denunciarlo porque la gente tiene que saber que si llega enferma y no contamos con protección, no los vamos a poder atender, aun en contra de nuestro juramento. Ojalá que estos reclamos que hizo la jefa de Farmacia sean escuchados”.