Todos tenemos una historia con un alfajor. Lo hemos regalado a amigos para confortarlos, fue cómplice de sonrisas entre dos enamorados, es el infaltable regalo de los viajeros ya sea que viajen dentro del Argentina o lo lleven al exterior como una muestra de la más dulce identidad de nuestro país. 

Cualquier kiosko de barrio es testigo de la enorme variedad de alfajores que se venden. El fanatismo nacional queda demostrado cuando los números dicen que en la Argentina se consumen 70 alfajores por segundo, lo que da un total de más de seis millones de alfajores por día.

Es la golosina más famosa del país. Y claro, esos números llevaron a que por primera vez en la Argentina, la golosina más famosa del país tenga su campeonato mundial.

El alfajor está definido en el artículo 132 del Código Alimentario Argentino como “el producto constituido por dos o más galletitas, galletas o masa horneada, separadas entre sí por rellenos como mermeladas, jaleas, u otros dulces, pudiendo tener un baño o cobertura exterior.”

Es así que con más de 130 años de saber hacer, las distintas regiones lo elaboran de diferentes maneras, tantos los industriales como los caseros. Cada provincia tienen su especialidad. Rellenos de dulce de leche, frutas o mousses, pueden tener dos o hasta tres capas de galletas de distintas composiciones y harinas, que estarán bañadas en chocolate negro o blanco, con una capa de azúcar impalpable, un baño de merengue italiano o glaseadas en su exterior.

SABOREADOS EN TODO EL PAIS

En Trelew, un alfajor fue elegido el año pasado como el mejor artesanal con rellenos de frambuesa, frutos del bosque, frutilla o sauco, entre otros sabores patagónicos.

Al Norte, los tucumanos lo preparan con miel de azúcar de caña, un ingrediente típico de la provincia que le brinda un sabor inigualable. En el centro, los santafesinos tienen el suyo, el de galletas de masa tostada rellenas con dulce de leche y bañadas en azúcar glasé, que se parece a un pequeño rogel. Y el famoso cordobés, con rellenos frutales regionales y una masa un poco más blanda.

El del Oeste, el mendocino, lleva nuez en la masa de la galleta, lo que combina perfecto con su relleno de dulce de leche.

En el Este, en Buenos Aires, son famosos los de las decenas de empresas, grandes y chicas, y los de la costa marplatense, que ofrecen el clásico bañado de chocolate y relleno de dulce de leche, el otro invento nacional. Cada pueblo del país tiene una fábrica de alfajores que es el orgullo de sus vecinos.

CÓMO SER JURADO DEL MEJOR ALFAJOR

Todas las versiones alfajoreras entran en las categorías que se votarán en el Primer Campeonato Mundial del Alfajor, que se realizará los primeros días de agosto en la ciudad de Buenos Aires.

Juan Soria, uno de los organizadores del campeonato y apasionado por el alfajor, explica que se convocó a un jurado especialista que analizará sensorialmente los sabores y aromas de cada uno de los productos participantes. “La variedad de recetas que existen es tan grande que sorprende”, dijo, y agregó que “para hacer mas interesante la convocatoria, se va a dar la posibilidad de que alguna persona, a la que simplemente le guste el producto, pueda dejar reflejada su pasión por el alfajor siendo jurado”

Durante la competencia se presentarán versiones de todo el país, así como del exterior, que serán catadas por un jurado especialista en donde el amante del alfajor puede también ser parte de la decisión final.

Como comentó Soria, la organización del campeonato, brindará la posibilidad que una persona del público sea parte del jurado y para ello, los interesados deben postularse en su página web (mundialdelalfajor.com).

La elección del participante se realizará eligiendo la respuesta más creativa a la pregunta: ¿por qué deberíamos elegirte como jurado?. “Esto ha despertado la curiosidad de muchas personas que nos están enviando sus respuestas vía Web con historias muy curiosas, creativas y hasta cómicas. Porque el alfajor debería ser una fiesta y es así como lo tomamos, porque el alfajor le alegra el día a millones de argentinos”, agregó Soria.

Entre el jurado del @mundialdelalfajor.ar se encuentra el influencer Hernán Montes, que creó @probandoalfajores, una cuenta dedicada a probarlos, reseñarlos, contar sus historias y dar una opinión sobre cada uno. Hernán, probó más de 400 alfajores de todo el país. “dentro del mundo de esta golosina clásica argentina hay verdaderos hinchas: como pasa con la pizza, la gente tiene su alfajor predilecto y genera una especie de sermón para convencer al resto de por qué es el más rico”, cuenta Hernán, quien el año pasado organizó una competencia virtual del mejor alfajor artesanal; donde ganó el de Trelew.

Este campeonato será el primer evento destinado a premiar a los fabricantes de esta dulce golosina que vuelve locos a los argentinos. “Además de elegir al Mejor Alfajor del Mundo, se entregarán medallas de oro, plata y bronce en 15 categorías y una mención especial al Mejor Alfajor PYME. La participación de alfajores de todas las provincias argentinas asegura una diversidad de tipos de alfajores fabricados por empresas Pymes, medianas y grandes manufactureras”, explican sus organizadores, y aclaran que la selección se realizará bajo un estricto procedimiento de cata a ciegas en el cual el jurado asigna un puntaje a las características sensoriales previamente establecidas.

El campeonato se realizará en el marco de la Feria del Alfajor, en donde las empresas productoras de todo el país podrán exponer sus productos para los fanáticos.

EL ALFAJOR NO NACIÓ REDONDO

Quienes pensaron que el alfajor siempre fue redondo, ahora pueden conocer la verdadera historia.

El término alfajor proviene del árabe Al-Hasú, cuyo significado es “el relleno”, y tradicionalmente consistía en una base de pasta de almendras, nueces y miel. Luego fue introducido en España cuando los árabes invadieron la península Ibérica y por cientos de años de influencia árabe, la cultura española los adoptó junto con otras preparaciones y recetas típicas.

Con las inmigraciones españolas al país, el Al-Hasú comenzó a encontrarse en algunas confiterías pero sin mucha demanda más que aquellos españoles que estaban acostumbrados a esa dulzura.

Hasta ese momento el alfajor, también llamado tableta, era rectangular. La forma redonda que lo llevó a la fama fue creada por el químico francés Augusto Chammás cuando en 1869 inauguró en Argentina una pequeña fábrica dedicada a la confección de dulces y confituras.

En la actualidad muchas de las propuestas alfajoreras nacieron como chocolates o bombones para luego convertirse también en alfajor. 

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