Comodoro, a 150 kilómetros del bosque petrificado más grande del mundo
Está ubicado en la localidad de Sarmiento y es de fácil acceso. La ciudad petrolera también cuenta con uno que, hasta el momento, no ha sido explotado para el turismo.
SARMIENTO (ADNSUR) - El bosque petrificado más grande del mundo se ubica a 150 kilómetros al oeste de la ciudad petrolera y a unos 30 de Colonia Sarmiento. Está abierto de lunes a lunes de 8 a 20 horas.
Ocupa unos 300 kilómetros cuadrados, con árboles que fueron verdes hace unos 60 millones de años. Allí se encuentran, convertidos en piedra, desde grandes troncos, miles de ramas, hojas, frutos, astillas y hasta pequeñas semillas de especies que se elevaban hasta un centenar de metros cuando la región era un bosque tropical y pantanoso.
Desde Comodoro Rivadavia, se llega por la Ruta Provincial 20, en la que luego de más de una hora de recorrer el desierto, tras una curva cerrada surge a la vista el verde valle del río Senguer, regado por una red de canales originados en su cauce, y los dos grandes lagos que flanquean Colonia Sarmiento.
La ruta pasa lejos del lago Colhué Huapi pero bordea el Musters, y entre ambos está el acceso a la ciudad, en cuyo valle se cultivan hortalizas y frutas, y se cría ganado ovino y bovino.
Unos 30 kilómetros al sur, por un camino que lentamente deja atrás el verde para internarse en el ocre y rojizo desierto pedregoso, se encuentra el conocido Bosque Petrificado José Ormaechea, en honor al investigador que lo descubrió, en 1927.
El bosque de fósiles se encuentra precedido en ese corto recorrido por las típicas mesetas escalonadas y sierras aisladas de la Patagonia, y un conjunto de leves lomas de estratos rojizos y ocres, con finas franjas blancas, que contrastan con el cielo azul en los días soleados.
El circuito turístico tiene una extensión de unos dos kilómetros y, sin prisa, se puede completar en aproximadamente 3 horas. El recorrido –que es una visita auto guiada- cuenta con media docena de miradores, algunos de los cuales permiten observar en toda su amplitud el espacio llamado Valle Lunar.
En todo el circuito, millares de ramas, troncos gruesos o pequeños y otros restos fósiles de vegetales, de tonos marrones, rojos y amarillos, descansan junto al sendero o dispersos por el valle, salvo algunos que por su tamaño o forma especial fueron colocados en puntos claves para una mejor observación.
El perfecto estado de conservación engaña la vista, ya que parecen rollizos o leños cortados y secados recientemente, en algunos casos con su corteza y ramas diminutas intactas, pero basta tocarlos para sentir la frialdad del mineral o golpear suavemente dos piezas para oír el sonido seco y metálico del choque entre dos piedras.
En algunos troncos cortados transversalmente se ven con claridad los anillos de su crecimiento, mientras en otros la erosión horadó ventanas de variado tamaño o huecos longitudinales que los asemejan a rústicos tubos.
Los senderos turísticos están delimitados con pequeñas piedras o restos de los mismos fósiles y carteles, y los guías destacan que es importante no salirse de ellos aunque el terreno sea de arena firme, porque es peligroso.
Si el impredecible clima patagónico se torna hostil, se puede visitar el centro de interpretación a la entrada de la reserva, donde hay restos paleontológicos y arqueológicos de la región.
Días y horarios de visita: de lunes a lunes de 8 a 20 horas
Costo: Turistas nacionales $110 y extranjeros $180
Cómo llegar: Desde Comodoro son 150 kilómetros por la Ruta Provincial 20.
EL CAMINO AL BOSQUE PETRIFICADO DE COMODORO
A unos 40 kilómetros desde el centro de Comodoro Rivadavia, hacia el norte de Caleta Córdova por la ruta provincial 1, se ingresa al sector de playas que además de ser menos concurridas son también las menos impactadas por la vida urbana. El camino es de ripio, poco recomendable para vehículos bajos. Además, no cuenta con señalizaciones, ya que está a la espera de su traza definitiva.
El camino se inicia bordeando el Pico Salamanca, donde en algún momento, se imaginó crear un circuito guiado de trekking a cargo de especialistas, pero nunca se logró.
Luego de recorrer unos kilómetros se llega al Valle Lunar, donde están las variantes del rojo. También se pueden observar pequeñas cuevas que dejan adivinar ingresos engañosos a las montañas arenosas.
Kilómetros más al norte se ubica el denominado “Monte de los meteoritos”, un nombre que busca describir una composición caprichosa de piedras que como restos de meteoritos se encuentran esparcidas en una planicie.
El siguiente punto de encuentro es el bosque petrificado. El portal de ingreso es una cadena de montañas rojizas erosionadas por el viento y el agua. Unos metros hacia el norte se encuentran, de a poco las primeras piezas que podrían confundirse perfectamente por troncos de árboles hoy inexistentes en una zona donde la vegetación la componen especies achaparradas y verde grisáceas.
Hasta el momento, no se tomó la decisión de intervenir con medidas claras de preservación, no hay guías ni caminos demarcados que den seguridad a los turistas que quieren conocer el bosque petrificado de Comodoro.