Fiorella Sepúlveda es una de las madres que organiza una movilización de la comunidad educativa del Jardín 481, que funciona en barrio La Floresta, en un edificio donde además se emplaza la Escuela 34 y la secundaria 797.
“El jardín estuvo dos años y medio sin actividad –relató la la mamá-, pero el año pasado y por manifestación de los padres, las familias y vecinos del barrio, en septiembre arreglaron a medias la calefacción y los chicos empezaron las clases casi al final del año”.
Sin embargo, la normalidad no duró mucho, ya que si bien habían comenzado el ciclo 2022, “a fines de marzo de este año la caldera dejó de funcionar por completo, por lo que ahora el jardín está cerrado –relató la madre-. Nos estamos organizando para hacer una nueva manifestación esta semana, porque enviamos notas a Supervisión y la Delegación de Obras Públicas y no sé a qué otros lugares, pero no recibimos respuesta ni una solución eficiente, como deberían dar a este problema que nos afecta desde hace años. Hoy las puertas están cerradas”.
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En suma, la mujer dijo que las clases no se dictan de forma normal desde el año 2019. “Es algo tristísimo, porque este año tuvieron dos semanas de clases y se volvió a romper. Nos marginan desde Provincia, pero estamos reclamando con otros papás y mientras tenga la inteligencia y lo voy a hacer mientras tenga la salud para que mis hijos y los futuros niños puedan ir al jardín a aprender. Mi nene no va a ser ningún ignorante, pero yo no sé cómo enseñarle lo que él debería aprender en el jardín, que es algo muy importante”, concluyó.