Compró una casa pero no imaginó con lo que se iba a encontrar en su interior
Previo a mudarse, el nuevo propietario de la vivienda estaba limpiando y halló un baúl en el patio trasero.
ESTADOS UNIDOS - Mark Weisbrod compró una casa en Tucson, en el estado de Arizona, Estados Unidos, para mudarse con su familia. Previo a mudarse, acudió al lugar para hacer una limpieza general y en el patio trasero halló un baúl. Cuando lo abrió no podía creer su contenía.
Anteriormente, allí residía una familia con cuatro hijos. Según indicaron las autoridades a la cadena Fox News, la madre Raquel Barreras (44), era adicta las drogas y junto a su esposo, Martin, no pasaban por un buen momento económico.
Todos esos problemas los canalizaron en sus hijos, a quienes los maltrataron toda su vida. Según los informes de 2010, los pequeños no presentaban signos de abuso, pero no asistían a la escuela con regularidad. Los Servicios de Protección Infantil (CPS) se quedaron a cargo de los hermanos debido a la adicción de sus padres y un año después volvieron con ellos.
De los niños, quien más sufría el maltrato era Roman de tres años: no lo alimentaban y no dejaban que ninguno de sus hermano se acerque. El pequeño se fue debilitando con el tiempo y, según el jurado, le costó mucho fallecer por el hambre. Lo que termina todo el sufrimiento por el que tuvo que atravesar.
Sus padres guardaron los restos en un baúl de plástico donde estaban los juguetes de los chicos y lo dejaron en el patio de su casa. Cuando se mudaron se olvidaron de llevárselo.
Weisbrod encontró el cráneo y los huesos humanos, y lo denunció en la policía, quienes comenzaron con la investigación correspondiente. Un informe de la autopsia concluyó que el niño debió de morir en algún momento entre la primavera de 2013 y enero de 2014, como consecuencia del abandono que sufría.
Lograron determinar también que Barreras fue la que impedía que alimenten a su hijo y la acusaron de asesinato en primer grado y abuso infantil. La defensa de la mujer alegó que ella no estaba en condiciones psicológicas y rechazó las acusaciones al decir que Roman era un niño “médicamente comprometido”. Esperan la sentencia para el 22 julio.
Por otro lado, el juicio contra el padre será el próximo mes de agosto, a quien se acusa también de asesinato en primer grado.