Con protocolos los chicos de la Escuela 39 de Comodoro prometieron la bandera
En un año distinto por el Covid, alumnos de la Escuela 39 de Comodoro Rivadavia prometieron la bandera gracias a un trabajo que realizaron directivos y docentes, respetando todas las medidas de cuidado. La bandera también se promete en pandemia.
En pandemia, con protocolo, pero con la misma emoción de todos los años, alumnos de la Escuela Nro.39 “Sargento Juan Bautista Cabral” prometieron la bandera, bajo estrictos protocolos.
Toda la escuela, tanto turno mañana y tarde, trabajó para que los niños puedan realizar su Promesa de Lealtad. El trabajo no fue fácil, ya que llevó una gran coordinación. Por ejemplo, hubo una reunión por Zoom con equipos docentes de 4to y 5to grado, también reunión con las familias para evacuar dudas y tres zoom de ensayo con la canción “Salve bandera” y la oración de promesa.
Además, todos los alumnos de 4to y 5to grado trabajaron con un Cuadernillo Especial del Día de la Bandera, previo al acto, se solicitó a los padres que envíen un correo confirmando la asistencia y todos los datos personales.
No se dejaron detalles librados al azar. A medida que se recepcionaban las respuestas, se armaban los grupos.
La Asociación Cooperadora también participó de la celebración y obsequió a los chicos tapabocas blancos con el logo de la escuela, la ornamentación y los souvenirs. Mientras que el municipio donó donó los brazaletes y los diplomas.
Los dos días de acto se cumplió al pie de la letra todo lo trabajado. Los chicos se ubicaron cada 2 metros, y solo pudo asistir un adulto por niño. A la entrada le tomaron la temperatura a cada persona que ingresó, mientras otro docente recepcionaba la declaración jurada de presencialidad. Por supuesto, quien entraba también tenía que colocarse alcohol en gel.
Luego otra docente indicaba el brazalete que cada familia debía retirar, y otro acompañaba al familiar a la silla, en esta especie de islas familias.
Para que todos puedan compartir la alegría, un docente filmó y otro sacó fotos. También estaba la que conducía las glosas y la que acompañaba a la bandera.
A medida que se los convocaba cada uno se iba acercando. La familia retiró el souvenir y el diploma por sus propios medios, y así avanzaba el acto.
Entre grupo de grupo, los auxiliares de la educación desinfectaban las sillas y los espacios de circulación. Así, todos trabajaron para que sea una gran fiesta.
Previo a la promesa, un día antes se realizó la ceremonia de cambio de abanderados y escoltas en dos horarios para garantizar el protocolo (reducido espacio). Sin duda, fue una fiesta que nadie olvidará, pero que acerca no solo a la educación, sino también a los valores que inculca la escuela, tan diferente por estos días de pandemia.