Coronaron al poderoso rey tailandés en una excéntrica ceremonia
Vajiralongkorn recibió la corona de oro y de diamantes de kilogramos y todos se postraron ante él. Mirá el video
BUENOS AIRES (ADNSUR) - El rey de Tailandia, Maha Vajiralongkorn, fue coronado oficialmente ayer en una suntuosa ceremonia en el Gran Palacio, asumiendo el papel protagonista en un elaborado rito con siglos de antigüedad que no se celebraba desde hacía, al menos, 70 años.
Vajiralongkorn, de 66 años, fungía como monarca desde que subió al trono, hace más de dos años. Recibió su corona de manos del jefe Brahmin, un sacerdote hindú que actuó de guía en una ceremonia mixta budista e hinduista.
Tras la purificación y el ungimiento llegó la entrega de la gran Corona de la Victoria, de más de siete kilos, 66 centímetros de altura e incrustaciones de oro y de diamantes, que Rama X recibía bajo un exclusivo paraguas de nueve capas que simbolizaba su conexión con la vida celestial.
Una salva de 101 cañonazos proclamaba a los cuatro vientos la consagración del rey, convertido en un devaraja (“rey Dios”) y defensor del budismo.
Su esposa y exguardaespaldas, la reina Suthida, cuyo enlace anunció por sorpresa el pasado miércoles, atendía la ceremonia y se postró para ser bendecida por su esposo, tal como debieron hacerlo todos los súbditos.
La coronación representa una renovación del poder de la monarquía tras la muerte del venerado padre de Vajiralongkorn, el rey Bhumibol Adulyadej, en octubre de 2016, a los 88 años. El acto se celebró en medio de más de una década de enfrentamientos políticos, que incluyeron un golpe de Estado en 2014 y unas polémicas elecciones realizadas hace menos de dos meses.
Vajiralongkorn emitió su primera comanda real, que se supone que debe establecer el tono de su reinado. Sus palabras no distaron mucho de las pronunciadas en su día por su padre. “Perseguiré, preservaré y ampliaré, y reinaré con justicia para el beneficio y la felicidad del pueblo para siempre”, dijo el monarca, según una traducción no oficial.