Coronavirus en Italia: se suicidaron dos enfermeras y crece la angustia por los médicos muertos
El número de personal sanitario afectado por el Covid-19 llega a 5700, y la cantidad de profesionales disponibles para combatir la epidemia disminuye
ITALIA - En el país europeo que más muertes registra por coronavirus, la situación el personal sanitario es crítica, y tanto el contagio del Covid-19 como la angustia que genera el escenario que atraviesan se cobra la vida de médicos, enfermeras y otros trabajadores de la salud. Es que hasta este miércoles son unos 5700 los contagiados con coronavirus entre el personal sanitario, y 29 los médicos que han perdido la vida: los dos últimos son Rosario Lupo, de Bérgamo y Giuseppe Fasoli, médico jubilado que se había presentado voluntario en Brescia. Además, dos enfermeras se suicidaron en las últimas horas, víctimas del estrés, la desesperación y la angustia.
Daniela Trezzi, de 34 años, era enfermera en la terapia intensiva del hospital de Monza. Estaba agotada por el trabajo y con el temor de transmitir el mismo coronavirus que se había contagiado de sus pacientes. La encontraron ahorcada dentro del hospital de esa ciudad, cuyas fábricas habían seguido funcionando, haciendo peligrar la salud pública. “Demasiado alto el precio que estamos pagando. Ya hubo otros suicidios. No la olvidaremos nunca”, dicen sus compañeros.
Silvia Luchetta, de 49 años, trabajaba en el hospital de Jesolo, en el Veneto, era una de las efermeras más activas en la relación con los pacientes, con quienes se comunican en terapia intensiva mostrándoles carteles. “Estas bien?” “Llamó tu hijo” “Estás mejor, te mandamos a otro sector”. Silvia se suicidó arrojándose al mar. A sus pacientes no se atreven a contarles lo que pasó, prefieren decirles que Silvia fue transferida.
En Italia son casi 5.700 médicos y personal sanitario los que se encuentran contagiados con coronavirus por trabajar en los hospitales donde se combate en primera línea esta epidemia, y que también se convierten en focos de nuevos brotes. “Algo no funciona”, dijo el profesor Massimo Galli, primario de enfermedades infecciosas del hospital Sacco de Milán.
La epidemia en Italia
En este país, la epidemia comenzó el 21 de febrero en del hospital Codogno de Lodi, la provincia sureña de la Lombardía. El virus se había infiltrado hacía dos semanas en la zona y los que fueron por problemas pulmonares al nosocomio infectaron a todos: médicos, enfermeros y a los otros pacientes.
Enrico Bucci, profesor de Biología de sistemas de la Universidad de Filadelfia, señaló que “en condiciones normales, al comienzo de la epidemia cada contagiado infectaba en promedio a otros 2,5. En algunos hospitales lombardos la capacidad de contagio se expandió a 6 y 7 enfermos. O sea que un contagiado en Primeros Auxilios contagiaba a otros siete, que en pocas horas se hacían centenares”.
Pier Luigi Lopalco, de la Universidad de Pisa, considera que la normal organización de un hospital no está preparada para afrontar un virus “que se trasmite por vía aérea y con una alta tasa de contagio, que lo convierte en centro de difusión”.
Mientras toda Italia se encierra en su casa, los hospitales, señala Lopalco, “son los únicos lugares donde miles de personas se encuentran en estrecho contacto”.
La solución sería reducir las relaciones interpersonales, impidiendo el traslado del personal de un sector a otro. “En las estructuras especializadas en enfermedades infecciosas las precauciones son la práctica, pero a esto no se presta mucha atención en los hospitales generales”, señaló Giuseppe Ipppolito, director científico del Instituto Spallanzani de Roma.
El profesor Bucci constata que “los médico no están preparados porque hace generaciones que en Italia no se ha visto un epidemia como esta”.
Fuente: Clarín