Cuáles son los 9 alimentos que no hay que guardar en la heladera

A veces los guardamos por tema de espacio, otra porque pensamos que con el frío todo se conserva mejor. Pero lo cierto es que muchas veces ponemos en la heladera alimentos que no van, pero lo hacemos casi sin pensarlo. Si querés ver qué alimentos sí van en la heladera, lee esta nota. Pero si querés dejar de tirar comida, este listado te va a ser muy útil para que nunca más nos olvidemos de qué comidas necesitan refrigeración y cuáles no.

Manteca

Esta es una sorpresa para todos, pero si lo pensamos tiene mucho sentido. ¿Quién quiere un pedazo duro de manteca sobre su tostada? A pesar de que contiene leche pasteurizada, la manteca puede, y debe, vivir en la mesada durante un par de días. ¿Te preocupa que no la puedas comer tan rápido? Poné de a poco.

Los melones sin cortar con piel áspera (como la sandía) deben dejarse fuera para madurar adecuadamente. ¿La única excepción? El melón que se consigue acá, la especie rocío de miel, que en realidad no continúa madurando después de la cosecha y funciona bien en la heladera.

Como los melones, los tomates mejoran cada vez más a temperatura ambiente. Si te preocupa que se suavicen, podés refrigerarlos. O, mejor aún, usarlos de inmediato.

La refrigeración hace que el almidón de las papas se convierta en azúcar, lo que significa una textura arenosa y sabor dulce. En cambio, guardalos en una bolsa de papel en un lugar fresco y oscuro.

¿Viste cuando la cebolla larga esa sustancia viscosa? Bueno, es porque no va en la heladera.

Sabemos que es más fácil guardarlo en la heladera, pero refrigerar ese pan de centeno no es la respuesta. (Se secará y se volverá obsoleto). En su lugar, guardalo en una caja de pan por una semana o congelalo por hasta tres meses.

Las temperaturas frías hacen que los cristales se formen más rápido, y nadie quiere cristales en el té.

Los granos molidos pueden absorber el olor de otros alimentos mientras están en la nevera. ¿Café con sabor a verduras? Mejor no. Mantené la bolsa en la alacena por hasta dos semanas, o en el congelador si almacena a largo plazo.

A diferencia de otras hierbas, esta se marchita en las bajas temperaturas y absorbe otros olores de comida. En su lugar, colocalo en su mostrador en una taza de agua como flores frescas.