De lo Comercial al Arte: "Pintar me acerca a la Felicidad"
Facundo Pérez trabaja como Gerente Comercial y de Marketing de Comercial Automotor la Concesionaria Oficial Volkswagen de Comodoro. Hace algunos años atrás descubrió que más allá de los números y de los objetivos comerciales existía otro mundo: el artístico. La pintura se convirtió en un puente hacia un camino de equilibrio y una conexión verdadera con el presente.
Eran las 18:30 horas de un día de semana y la tarde comenzó a ponerse oscura. Mucha gente emprendió el regreso a casa después de un día laboral y como si un hormiguero hubiera explotado la circulación en las calles brotó repentinamente. Facundo llegó a la entrevista después de un día largo de trabajo. Sonrió de oreja a oreja, se acomodó en la mesa del bar y pidió un café.
En ese preciso instante comenzó la charla con ADNSUR.
De la economía al arte
Su formación es en administración y finanzas, tiene 50 años y gran parte de su vida la dedicó al desarrollo de su profesión y a la actividad comercial minorista. Desde muy joven el trabajo en Buenos Aires y un tiempo en el exterior hasta que hace unos años atrás aterrizó en la Patagonia.
El encuentro con la pintura fue casual y se inició hace unos 4 años. Tras algunos hechos personales en su vida privada que le causaron frustración emprendió una búsqueda interna para estar mejor consigo mismo.
En ese proceso se reconectó con una actividad que tenía de pequeño: el dibujo y allí comenzó todo: “Viendo que esa habilidad me brindaba paz y conexión conmigo comencé a comprarme pinturas y pinceles y a copiar lo que me llamaba la atención”, afirmó Facundo y comentó sobre un pensamiento recurrente que tenía: “si puedo mejorar y cambiar mi mundo interno podré cambiar el externo también”.
Fue así que sus días comenzaron a navegar por diferentes aguas y la pregunta obligada fue: ¿cómo combina el ejercicio de la profesión con esta actividad artística?
Con voz amable y paciente Facundo comenzó a explicar la vorágine laboral en la que se desarrolla diariamente. Planes comerciales, análisis de costos, marketing y estrategias financieras son su día a día.
Siempre deben estar adelantados en el tiempo, preparados para lo que pueda venir y comentó: “Me cuesta mucho estar en el presente porque siempre tengo la cabeza pensando en objetivos a cumplir, sobre todo en economías como las nuestras. Siempre tengo que estar muy atento y por demás, preparando diferentes escenarios ante la realidad económica”
Es ahí donde el dibujo y la pintura toman un rol fundamental y lo anclan en ese presente tan deseado: “Vivimos angustiados por el pasado, porque ya pasó y no podemos cambiarlo, y nos aferramos o vivimos estresados por el futuro, por lo que va a venir, y generalmente lo que va a venir nunca pasa. Entonces creo que la única manera inteligente de vivir es en el presente y es el arte el que me da esta posibilidad”
El ser autodidacta, la observación y la paciencia
Debido al vertiginoso pasar de sus días y a la gran carga horaria que le demanda el trabajo no tuvo posibilidades aún de formarse con maestros, pero eso no le impide llevar adelante actividad artística.
“Soy autodidacta, miro tutoriales, estudio sobre lo que me gusta, trabajo a prueba y error. Trato de pintar lo que me llama la atención. A lo largo de estos años logré apropiarme de algunos conceptos y a sacar lo que realmente quiero”.
En este proceso de aprendizaje comenzó a jugar con colores, a buscar gamas, a trazar líneas y destacó: “Descubrí mi capacidad de observación y profundicé mi mirada. Ahora aprecio detalles que antes pasaba de largo y entiendo lo que es mirar en perspectiva. Veo las cosas con sus luces y sombras”
Por un momento sus recuerdos viajan al pasado, a cuando era chico y compartía las tardes con sus hermanos en las tardes calurosas de Paso del Rey en Buenos Aires: “soy de una generación donde para entretenerse no te conectabas a ningún dispositivo, no había tres televisores en la casa, ni teléfonos celulares, mis viejos nos daban papel y lápiz, así pasábamos las tardes de ocio”, relató.
En aquellos tiempos es posible que la paciencia se practicara de otra forma y hoy al pintar volvió a recuperarla. Una pintura a veces puede llevarle hasta 7 meses. Si no le sale como le gusta comienza con otra, con el paso del tiempo la retomará y podrá finalizarla.
“A la hora de pintar creo que la paciencia es fundamental como en toda actividad, si te invade la ansiedad no va a salir bien o no lo vas a disfrutar. Si te das tu tiempo seguramente estarás más cerca del resultado que deseás”, dijo Facundo.
El ritual de la pintura
El momento de comenzar a pintar es momento de placer. El ritual de desplegar las pinturas y los pinceles, preparar el bastidor. Correr las cortinas para que entre toda la luz del día. El tiempo pasa volando y el artista y puede pasar más de 10 horas pintando: “Es toda una ceremonia un cable tierra, conectarme con mí parte creativa, te corre de estar pensando con la cabeza y te conecta con el corazón que es como realmente deberíamos vivir”, afirmó el artista.
Su primera obra
Aquella primera pintura lo llevó a sus orígenes, a la ciudad de Paso del Rey ubicada al oeste de Caba. Por allí pasaba el tren que dejaba a los obreros de una fábrica textil y el andén se convirtió en la atracción de los más jóvenes que por la tarde paseaban en bicicleta. Un tren con vivos colores, el pasto que nacía entre las vías y el techo del andén que protegía del fuerte sol de la tarde.
De a poco aparecieron otros temas, paisajes naturales y urbanos, objetos y sus hijos. Facundo se animó a más y ya lleva en su haber unas 30 pinturas. De todas guarda un recuerdo sobre el momento en que las pintó. Facundo observa, crea y copia.
Sus estados de ánimo se ven reflejados en sus obras: “Una vez realicé una muestra de mis obras y alguien dejó escrito en el libro de bienvenida -los cuadros claramente estaban pintados por una persona optimista y alegre- para mí fue muy emotivo”, contó Facundo y porque es así como se siente.
Para un artista a veces vender una obra es un tema complicado y Facundo contó con alegría la vez que vendió una suya: “tenía mis cuadros colgados en un hotel y me llamaron, pensé que querían que los baje y con una gran sorpresa descubrí que había un matrimonio interesado en comprar una obra. Se la vendí y le terminé regalando otra”, contó entusiasmado por la anécdota.
Su estilo
El artista tiene estilo propio pero con una gran influencia de sus pintores preferidos: Monet, Picasso, Van Gogh, Quinquela Martín, etc., todos le sirven de inspiración.
Prefiere la pintura realista y cargar sus pinceles con óleo, considera le da más posibilidades a la hora de trabajar los colores y tiene más fuerza y cuerpo. En estos momentos está tratando de profundizar en el cubismo, no es un camino fácil. Reconoció que lo hace sin presiones y con mucho disfrute: “es así como se debe realizar un pasatiempo”, aclaró Facundo.
La entrevista casi llegó a su fin, lo que pretendió ser una conversación sobre el arte se transformó en algo bien profundo sobre la vida misma.
“El éxito es muy relativo, para algunos es el lujo, es dinero y la realidad es que el éxito se trata de lo que te da disfrute, para mí el mejor momento es cuando le pongo toda la energía y el corazón a lo que hago, ya sea en el trabajo o en un pasatiempo”, afirmó categóricamente el empresario.
El rumor de la gente alrededor se fue haciendo más tenue, el día casi llegaba a su fin. Facundo estaba contento, es evidente que el arte le hace feliz. “Vivimos en épocas de mucha ansiedad y de mucha exigencia y eso no te permite entregarte a nada 100%. Yo encuentro hoy en la pintura paz. Hay una definición muy linda de felicidad que dice "no es un lugar a dónde ir ni un camino, es la forma en que lo recorremos “y pintar me acerca a la felicidad”, concluyó Facundo.
Podés conocer su obra en su propia cuenta de Instagram en https://www.instagram.com/facundo.perez.12139/