CAPITAL FEDERAL - Desde marzo, un supermercado, una tienda de electrodomésticos, un kiosco o cualquier persona podrá comprar y vender dólares legalmente como si fuera una casa de cambios. Para hacerlo, deberá inscribirse en un registro online. Así de fácil. Sin embargo, la cantidad de controles posteriores alejarían a las grandes cadenas de la operatoria. Entonces, ¿quién ingresará a este mercado de cambios ampliado?

El súper DNU de Mauricio Macri para "desburocratizar" el Estado dispuso que cualquiera que opere de manera habitual en el mercado de cambios podrá funcionar como agencia de cambios siempre que se inscriba en el "Registro de operadores de cambio". También facultó a los individuos a hacerlo, aunque para eso deben conformar una Sociedad por Acciones Simplificadas (SAS) -de esas que se inscriben online en un día- o una Sociedad Anónima Unipersonal (SAU).

"Un supermercado, una cadena de electrodomésticos, un hotel o cualquier otro comercio podrá adicionar la operación con monedas extranjeras a su actividad principal

La inscripción en el Registro de Operadores de Cambio será online y de acceso público. Cualquiera podrá inscribirse y cualquiera podrá ver quiénes están inscritos. Pero quienes se anoten como operadores deberán reportar a la Unidad de Información Financiera (UIF) cualquier transacción sospechosa, no solo cambiaria. Eso, entienden en el Banco Central, desincentivaría a las grandes cadenas de supermercados y electrodomésticos, por la burocracia que conllevaría. "Una persona hace una compra de 10.000 pesos en el supermercado y deberían reportarlo", explican.

Los supermercados y otros comercios pueden recibir dólares en forma de pago. Suelen hacerlo a un tipo de cambio nada conveniente. Pero eso es muy distinto a comprar y vender dólares, euros o reales. Para la compraventa de divisas, un cajero debería pedir una identificación al cliente, cargar la operación en un registro online y reportar cualquier operación sospechosa, vinculada a la legitimidad del dinero.

Cambio dólar real euro cambio

Con esa limitación operativa, la medida del Banco Central apunta, principalmente, a dos objetivos. El primero es evitar que el turismo extranjero recurra al mercado ilegal.

Un quiosco de la calle Florida podrá convertirse en operación de cambios sin inconvenientes. Su operación comercial habitual es por montos chicos -a diferencia del supermercado o la tienda de electrodomésticos-, y solo debería informar a la UIF las transacciones cambiarias relevantes.

El quiosco del microcentro, entonces, podrá inscribirse y conectarse al registro online del Banco Central para cambiar dólares, euros, reales, pesos uruguayos o lo que sea. Le brindará un servicio al turista, al abastecerlo de efectivo, y las divisas quedarán en el mercado blanco en vez de abastecer a quienes, por la naturaleza ilícita de sus operaciones, solo pueden comprar dólares en las cuevas.

Hace dos meses, el Banco Central "legalizó" arbolitos, aunque no a las cuevas. Facultó a que personas vinculadas a casas de cambio legales realicen operaciones en la calle. Para hacerlo, deben contar con una app que le permita tomar una foto del documento del cliente para cargar los datos posteriormente en el sistema. En el organismo reconocen que la arboleda legal funciona "en muy pocos casos".

Lo mismo sucede en los aeropuertos, donde la oferta de compraventa de divisas es llamativamente limitada. Un bar de Ezeiza o de Aeroparque también podrá cambiar divisas. Claro que, si se tiene en cuenta lo que cobran por un café o un tostado, probablemente no sea el mejor negocio para el turista recurrir a sus servicios.

Los hoteles y las agencias de turismo estaban habilitadas a operar en el mercado cambiario por normas viejas, que ahora se actualizaron. En estos casos, también podrán inscribirse en el registro y ampliarse a una actividad ligada a su habitualidad comercial.

También podrán aprovechar la nueva normativa las casas que trabajan con remesas. Quien envíe divisas de manera habitual a un familiar de otro país podría cambiarlas en el local, sin el paso previo de tener que ir al banco.

Mayor competencia

La segunda razón para ampliar el mercado cambiario está en que muchos pueblos del interior del país solo tienen un banco o deben recurrir al de la ciudad más cercanas. Los pequeños comercios que se inscriban como operadores podrán aumentar la oferta de cambio en esas localidades.

Ampliar la competencia es el fin último de este tipo de medidas. Desde la salida del cepo cambiario, el spread de los bancos -la diferencia entre el precio al que compran las divisas y el valor de venta- se amplió. Si con un dólar a 8 pesos esa brecha era de cinco o diez centavos, ahora promedia los cincuenta centavos.

El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, no es partidario de imponerle topes a los bancos para que bajen tasas, presten más al sector productivo o reduzcan los spreads en el mercado cambiario. Él y su directorio creen que esas mejores prácticas llegarán con más competencia. "Hoy solo pueden operar con cambios los bancos y las treinta casas de cambio del microcentro", describió una fuente.

Así como la legalización de los arbolitos no implicó un cambio rotundo en el bosque del microcentro porteño, el Banco Central no espera que esta medida implique un boom de casas de cambio. "No va a haber una fiebre de venta de dólares, no hay mercado para tantos", razonan.

Los objetivos, entonces, son más concretos: quitarle dólares al mercado ilegal, mejorar el acceso al mercado cambiario al turismo y agregar algo de competencia -modesta- en un sector muy concentrado.

Fuente: TN

ADNSUR está certificado por CMD Certification para la norma CWA 17493 de JTI, octubre 2024-2026. Ver más
¿Querés mantenerte informado?
¡Suscribite a nuestros Newsletters!
¡Sumate acá 👇🔗!
Recibí alertas y la info más importante en tu celular

El boletín diario de noticias y la data urgente que tenés que conocer