Dólar turista: la reacción del argentino que crea y dona manos robóticas para niños
Gino Tubaro se descargó en las redes sociales frente a la decisión del Gobierno de implementar un impuesto del 30% a los gastos en dólares realizados en el exterior. El joven ya lleva donadas, de forma totalmente gratuita, más de 1200 prótesis.
CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) - Frente a la decisión del Poder Ejecutivo de implementar un paquete de medidas que incluye un impuesto especial del 30% a los gastos en dólares realizados en el exterior, Gino Tubaro, el joven creador argentino de manos robóticas fabricadas con impresoras 3D, expresó su descontento en las redes sociales.
"30% más caro los insumos para mis prótesis, 30% más caro el servidor de la plataforma para pedir prótesis por el mundo, 30% más caro la electrónica para las impresoras 3D solares, la prótesis con inteligencia artificial y los insumos de la liga de inventores", publicó el joven en su cuenta de Twitter y aseguró, continúan "100% nuestras ganas de seguir ayudando".
Según publica La Nación, Tubaro ya lleva donadas -de forma gratuita- más de 1200 prótesis de manos con tecnología 3D para niños, con su proyecto Atomic Lab. A sus 18 años empezó a fabricarlas a un costo que en ese entonces apenas alcanzaba los $250. Esa iniciativa le valió incluso el reconocimiento del entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama, durante su visita a Buenos Aires.
El viernes pasado, de hecho, entregó 20 nuevas prótesis 3D y recibe continuamente pedidos de muchos países del mundo. "Soy inventor, me dicen Capitán Atómico, porque transformo chicos en súper héroes", se describe Tubaro en sus redes.
A mediados de este año, el joven contó en televisión que a través de su emprendimiento recibe "pedidos de más de 44 países". "En este momento tenemos 5000 personas esperando la entrega. Necesitamos bancar a los programadores y conseguir materiales para poder invertir y seguir ayudando a la gente", añadió.
Hacer cada prótesis le costaba en julio alrededor de $600. Si se implementa el impuesto impulsado por el Gobierno, que no aplica solo a los gastos hechos en el extranjero sino a cualquier bien o servicio que se compre en dólares vía tarjeta de crédito, deberá recalcular sus costos.