COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – “Yo fui el que hacia acoso entre pares. Cuando nos pusimos a hablar con mis compañeros, yo veía que todos decían “a mí me molestaban”, “a mí me agarraban en el rincón de la esquina y me pegaban” y yo pensaba “que mal estoy, porque yo hacía eso, formaba parte del grupito que molestaba a uno y hacía sentir mal. Por eso abarcar esta problemática me choca y me llega”, dice Matías, un estudiante de 6to año del Colegio Universitario Patagónico (CUP) que integró el grupo de trabajo que abordó el “acoso entre pares”, una problemática frecuente en el ámbito educativo.

Los chicos que el próximo mes se egresarán del CUP, en el marco del trabajo final de la materia Gestión y Mediación Social – Cultural, realizaron un proyecto que incluyó investigación, diagnóstico y actividades de concientización.

Ellos mismos tuvieron que elegir las temáticas y abordaron tres temas que pueden ser tabú en el seno familiar y que requieren mayor esfuerzo preventivo y de concientización en el ambiento escolar: Educación Sexual Integral (ESI), acoso entre pares y abuso infantil.

Esta última semana los chicos contaron a ADNSUR cómo trabajaron los temas y los datos que encontraron en torno a cada problemática.

EL ACOSO QUE ENOJA Y ENTRISTECE

Matías Ocampo y su grupo, integrado por Aaron Arredondo, Abigail Cambareri, Lorena Caniza, Micaela Cárdenas, Thiago Hiayes, Tobías Millán, Matías Carrizo y Javiera Roman Cuenca abordaron una problemática que les tocó a todos de cerca: el acoso entre pares, “algo distinto al bullyng, pero constante y de muchas personas a una sola”, explicó Abigail.

Para poder llevar adelante su trabajo hicieron un diagnostico que incluyó 120 encuestas a chicos de entre 9 y 10 años que asisten a la escuelas 146 y 43. El resultado final arrojó que aún hoy existe mucho acoso entre pares. 

El 75% de los chicos encuestados contó que alguna vez había sufrido, visto o participado de situaciones de acoso entre pares, desde malas palabras, hasta amenazas, golpes, burlas o bromas de mal de gusto.

Lo preocupante es que el mayor porcentaje, un 25% dijo haber sufrido o visto golpes, y el 29% dijo sentirse enojado por esta situación. El 28% triste. 

A diferencia de Matías, a Lorena le tocó estar del otro lado de la problemática, el de la víctima. “Se siente feo porque el que está haciendo acosado se empieza a culpar, se pregunta por qué lo eligieron, qué tiene él que los demás no y no lo logra comprender. Yo era muy chiquita para razonar esas cosas y a pesar de todo eso trataba de encajar, dejaba que pasen esas cosas, pero después razone”, contó con valentía.

Los chicos este lunes, en el CPB de Kilómetro 5, expondrán el resultado de su trabajo. Junto a la narradora Natalia Salvador, los docentes Cristina Rojas y Luciano Rodríguez, el profesor Alejandro Hiayes y el psicólogo Julián Planas brindarán talleres a chicos de 9 a 11 años con el objetivo de cambiar esta realidad.

“Queremos que haya un cambio en los nenes de esa edad, que desnaturalicen la pelea tanto los nenes como los profesores. Porque muchas veces los profesores decían ‘no pasa nada, te esta molestando, es cosa del día, capaz le pasó algo’, pero nosotros decimos 'no, eso tiene que cambiar, tienen que sacar esa manera de ver la problemática tanto entre los nenes como en los adultos'”, indicó Matías.  

LA ESI DE SIEMPRE, PERO COMO NUNCA

Otro grupo integrado por Camila Alanis, Iván Ferreyra, Tais Rivas, Camila Schwarzenberg, Santiago Selán, Camila Vera y Alejandro Vidal, decidió abordar un tema que suele ser motivo de debate constante en la sociedad pero que aún no se profundiza en el ámbito educativo: la Educación Sexual Integral (ESI).

En su diagnóstico los estudiantes descubrieron que el tratamiento en el ámbito escolar se basa principalmente en la educación sobre anticonceptivos, lo que les parece básico, y también alertaron sobre cómo influye la pornografía en el adolescente.

“Internet influye mucho en nuestra perspectiva como adolescente y como personas que se están formando para la vida. Estuvimos hablando en qué nos enseñaba la pornografía y el impacto que tenía en nuestra vida, porque muchos quizás tenemos hermanos menores y no nos gustaría que aprendan sobre educación sexual o sexualidad mediante esos video y esas cosas tan explicitas”, contó Camila Vera.

En su caso realizaron el diagnostico con estudiantes de primer año del colegio. A contrario de lo que ellos pensaban los chicos habían tenido ESI. Sin embargo, la información les pareció insuficiente, alejada de “los cinco ejes de la Educación Sexual Integral”.

“Un gran porcentaje de estudiantes tuvieron Educación Sexual Integral pero a muchos les pareció suficiente, como 'ya está con esto ya aprendí todo'. Pero la ESI abarca muchos temas más que los anticonceptivos y lo que queríamos tratar es eso, poder seguir trabajando en las escuelas y que no parezcan insuficiente”, explicó Tais Rivas.

En las encuestas que realizaron, los chicos no hicieron preguntas respecto a pornografía pero sí sobre qué pensaban sus familias sobre la ESI. “Muchos nos dijeron que sus familias lo apoyaban pero con ellos no hablaban, era como que delegaban el trabajo en las instituciones, pero después los chicos nos decían que habían tenido educación, pero solo sobre métodos anticonceptivos, y ahí nos dimos cuenta que en realidad no tenían una verdadera educación integral; no sabían sobre relación entre pares, sentimientos, higiene del cuerpo y otras temáticas que son muy importantes en la vida de un adolescente. Muchos decían que para ellos es suficiente, pero porque solo vieron métodos anticonceptivos y vimos una falta de interés de las instituciones”.

El 17% de los encuestados dijo no conocer la Educación Sexual Integral, 36% no tuvo nunca una clase y al 42% le pareció insuficiente.

Luego del diagnóstico, los estudiantes buscaron especialistas e instituciones donde realizar su proyecto. Así se vincularon con al Centro de Promoción de adolescente la Esquina, donde la última semana presentaron un jornada taller junto a Renata Hiller, Valeria Molina, Silvia Pino y Macarena López.

En el trabajo buscaron captar la atención de chicos de la misma edad que decían que no les interesaban, y lo lograron.  “El juego genera interés. Algunos nos dijeron ‘me pareció muy divertido’ y como el juego también sirve para poder aprender. Por eso lo llamamos ‘La ESI de siempre, porque siempre estuvo, pero como nunca. No siempre tiene que ser un médico un profesor dando clases de biología”, indicaron.

ABUSO SEXUAL INFANTIL, CONCIENTIZAR PARA ACTUAR

El tercer grupo integrado por Aldana Alanis, Joel Bórquez, Luana Crespo, Lourdes Fernández, Dana Frazzetta, Lara Herrera, Mora Magnani, Maira Mardones y Luciana Marillaff, decidió abordar una problemática más compleja: el abuso sexual infantil.

El resultado fue una jornada que llamaron “concientizar para actuar”, donde asistieron más de 160 personas que conocieron la mirada de diferentes profesionales; entre ellas la trabajadora social Natalia Castro, la psicóloga Yanina Alderete, la docente de nivel inicial María Marta Amador, la profesora de música Claudia Barría, y el docente de teatro Elio Giménez. 

“Elegimos este tema porque nos dimos cuenta que el abuso infantil no se está dando en las escuelas, ni jardines ni primarias, y nos pareció que era una problemática que debía ser abordada. Esto es concientizar para actuar”, explicó Mora.

Y agregó: “nos parece importante que los docentes sepan cómo actuar frente a un caso de abuso y también que los niños sepan darse cuenta si están siendo víctimas de un abuso. Queríamos que las escuelas, los jardines y los niños puedan ser ayudados”.

Luana Crespo, indicó que en el trabajo pudieron ver que “hay mucha conciencia” respecto al abuso infantil. Sin embargo, notaron ciertas desprolijidades. “Todos nos decían que es importante implementar la temática pero vimos que muchas instituciones lo están implementando a través de ESI y otras que todavía no. Además lo primero que se hace es llamar a los padres de los niños que fue abusada y en muchos casos el abuso se produjo en el seno familiar”.

En la jornada del sábado, los chicos con la ayuda de especialistas trataron de mostrar la mejor forma de abordar la problemática. Es que como dijo Luana su objetivo es “generar más conciencia sobre la problemática y que las instituciones sepan cómo ayudar a los niños y niñas”.

NI VAGOS NI IRRESPONSABLES

Lilian Bareiles, docente de Gestión y Mediación Social – Cultural, en diálogo con ADNSUR valoró el trabajo de sus alumnos y el tratamiento de la problemática luego de un año de trabajo. 

“Lo más valioso es la lectura crítica de nuestra sociedad, que los chicos ven que con acciones conjuntas un cambio es posible, porque en el fondo estos proyectos buscan un cambio, una sociedad más justa, más equitativa, más feliz, y ellos ven que con esfuerzo y planificación las cosas son posibles”.

“También luchamos contra esa representación social que estereotipa a los adolescentes que considera que son vagos, vagas, irresponsables, que no les interesa nada más que su celular, salir y tomar. Estamos viendo que laburan por su comunidad, su ciudad, su compromiso y la responsabilidad absoluta".

"A ellos a principio de año les parecía algo imposible de llevar adelante y cuando miran para atrás dicen 'no podemos creer todo lo que logramos', desde lo chiquito, entrar a una institución hasta encontrarse con personas con enorme trayectoria en distintos campos y distintas temáticas que están dispuestos y dispuestas a ayudar”, valoró Bareiles sobre este trabajo que ayuda a entender la mirada adolescente sobre estas problemáticas y algunos desafíos que tiene por delante la educación.  

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