El anuncio de Alberto Fernández sobre la extensión de una cuarentena más estricta se postergó para este viernes
El presidente se reunió en la Residencia de Olivos con el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador bonaerense Axel Kicillof para ultimar los detalles del aislamiento en el área metropolitana.
CAPITAL FEDERAL (ADNSUR) - Desde las 17.30 horas de este jueves el presidente Alberto Fernández mantuvo un encuentro con el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador bonaerense Axel Kicillof en la Residencia de Olivos para tratar de consensuar la dureza de la próxima fase de la cuarentena en el Área Metropolitana que, según trascendió, incluirá fuertes restricciones en el transporte público, el cierre de comercios y actividades y la vuelta atrás del ejercicio al aire libre en la ciudad de Buenos Aires.
Hasta entrada la tarde, las cúpulas de los gobiernos bonaerense y porteño todavía debatían sobre los alcances del anuncio que tendrá lugar mañana viernes y no este jueves como se había adelantado. Según precisó Infobae, una serie de divergencias rodean aún la modalidad de la nueva cuarentena, que vence el domingo.
“Las tres jurisdicciones han acordado en avanzar en mayores restricciones a la movilidad que permitan una fuerte merma en la circulación”, comunicaron desde Presidencia en forma oficial mientras promediaba el encuentro. “Las características de la próxima fase requieren precisiones dada la delicada situación que estamos viviendo y las condiciones que impone la virulencia de la enfermedad. El Presidente, el Gobernador y el Jefe de Gobierno de la Ciudad están comprometidos en alcanzar las mejores soluciones entendiendo que la ciudadanía ha realizado un gran esfuerzo estos meses para lograr los objetivos”, agregaron.
Durante la semana, desde el entorno de Rodríguez Larreta y de sus colaboradores habían dejado trascender que el jefe de Gobierno pretendía esperar unos días para seguir la evolución de los contagios y definir el endurecimiento del aislamiento, decretado por primera vez el 20 de marzo.
De todos modos, tanto el Presidente como el jefe de Gobierno y Kicillof, el principal promotor de la marcha atrás, comparten una creciente preocupación por la suba de los casos de COVID-19 y, particularmente, la ocupación de camas de terapia del AMBA que, según el reporte oficial de anoche, estaba en torno al 52%.
La principal incógnita pasaba por estas horas por el transporte público. Desde Olivos habían consignado horas atrás que una posibilidad era inhabilitar el paso de colectivos desde la Provincia a la Ciudad, y viceversa. La opción habría quedado descartada, aunque entrada la tarde, desde los ministerios de Transporte de Nación, Ciudad y Provincia trabajaban en todos los escenarios. Una señal de que la decisión en torno al flujo de colectivos, trenes y subterráneos todavía no estaba tomada.
La idea, sin embargo, apunta a desalentar y restringir el uso del transporte público para bajar la movilidad en el Área Metropolitana. Una medida, según las tres administraciones, anti popular.
La mayor inquietud que atraviesa en ese sentido a los tres gobernantes es cuál será la reacción social ante el hartazgo por los casi cien días de confinamiento y la crisis económica. Rodríguez Larreta estaba mucho más atento a esa reacción que Kicillof, que sigue hora a hora la evolución de la ocupación de las camas de terapia. Los contagios en el Gran Buenos Aires empezaron a multiplicarse en estos días.
Tanto el jefe de Estado como el gobernador y el jefe de Gobierno apelarán entonces al “último esfuerzo” para concientizar a la sociedad de volver atrás por dos semanas. Hay temor, sin embargo, de un desacato por parte de los vecinos de la Ciudad y la Provincia. Sería, razonan, el peor escenario: pérdida de autoridad ante una inevitable crisis sanitaria.
Fuente: Infobae