El arte de lavar y planchar: la lavandería familiar de Comodoro que trabajan hace más de 30 años
En la actualidad existen cerca de 12 lavanderías en la ciudad petrolera que tuvieron que reinventarse para soportar los coletazos de la cuarentena, cambios de hábito de consumo y laborales. La historia del lavadero "Oso Panda", un negocio familiar dedicado al servicio de los comodorenses.
La pandemia y su cuarentena dejó muchos coletazos en la economía y en las empresas que las conforman. Los cambios de hábito, las nuevas formas de consumir, la menor movilidad hacia el trabajo, y los restaurantes y hoteles durante mucho tiempo cerrados, afectaron de lleno en el negocio de los lavaderos y las tintorerías barriales.
Sin embargo, el lavadero "Oso Panda", ubicado sobre la calle Alvear, logró mantener sus lavarropas encendidos. Vieron en la pandemia una oportunidad para explotar el servicio de lavado y planchado. "La lavandería, por ser esenciales, continuamos trabajando y con la pandemia nos dimos cuenta que tiene sentido cumplir con la actividad. Higienizar y contribuir, por ejemplo, con los centros médicos, enfermeros, los que están en la primera línea como así también con los camioneros", contaron a ADNSUR Martín y Fernanda, el matrimonio que hoy lleva adelante el lavadero.
Durante dos décadas y media, el negocio lo llevó adelante la familia Ibáñez que viven en Rada Tilly, pero en el 2017 "nos ofrecieron la posibilidad de continuarlo", y sin dudarlo dijeron que sí porque "es un servicio, es trabajo y es digno", consideró la joven pareja. Y agradecieron especialmente a Juan Carlos Ibañez, quien falleció el año pasado.
Martín es de Río Gallegos y Fernanda es de Comodoro, tienen dos hijos de 10 y 13 años: "Creo que todos tenemos la posibilidad de crecer si hacemos bien las cosas y apostamos e invertimos más en esta ciudad que un día nos vio llegar. Lo que uno aporta a Comodoro, es una forma de devolverle a la ciudad lo que nos dio cuando nos recibió, con las manos abiertas, con empleo, con estabilidad laboral, y con posibilidades de crecimiento".
TRANSFORMARON EL "VIEJO LAVADERITO"
Cuando pudieron levantar las persianas tras varios meses de inactividad por la pandemia, se encontraron con que sus clientes compraron lavarropas y que en la virtualidad de las reuniones y el home office, ya nadie usaba trajes ni taier, y por lo tanto dejaron de llevar sus prendas.
Sin embargo, el ingenio de Martín y Fernanda hizo que pensaran en hacer lavandería a domicilio, es decir retiraban las prendas de las casas y cuando estaban listas, las llevaban. "Nos llaman y lavamos acolchados o lo que sea, siempre estamos en la búsqueda constante de nuevos productos como así también las lavadoras. Siempre se consigue algo nuevo como para facilitar los procesos de lavado y de higiene", resaltaron.
Hoy en día, el abanico de clientes o de rubros "a los que le cumplimos el servicio va desde un club deportivo, una familia tradicional, hasta una empresa de servicios. En pandemia también trabajamos para los centros médicos, consultorios, y para ellos tenemos destinado un sector separado de lo que son las lavadoras para el resto de la gente, y donde ahí si usamos muchos desinfectantes y jabones potenciados, con alto poder de desinfección y de limpieza".
"Oso Panda" piensa hoy poner una sucursal en Rada Tilly o en Km 4. Trabajan de lunes a sábados con horario corrido de 10 a 20 horas, realizan promociones y también sorteos que se pueden seguir por redes sociales. "Nos parece importante hacer regalos, sorteos o devoluciones, la gente participa mucho, son los mismo clientes y le van comentando a sus familiares".
Martín y Fernanda agradecieron en una mención especial el arduo trabajo y acompañamiento de Olga y Florencia, quienes los acompañan todos los días y trabajan con gran dedicación para que el negocio familiar siga creciendo. También eventualmente reciben el apoyo extra de Gladys y Karina, dos empleadas que siempre están al pie del cañón cuando la tarea diaria desborda.