El camino alternativo de Saavedra y Laprida quedó casi inexistente
El deterioro fue por el temporal y la basura
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Lo que fuera un camino alternativo entre barrio Saavedra y Laprida se convirtió en un cañadón lleno de basura en el que es imposible transitar tanto en vehículos como a pie. El temporal destrozó lo que era una ruta interna, pero la desidia de quienes a diario arrojan todo tipo de elementos le dio el golpe de gracia.
Las grietas aún visibles dan cuenta del paso de grandes volúmenes de agua y lodo. Sin embargo, la reconstrucción del camino alternativo no apareció como prioritaria debido a que era urgente habilitar rutas y caminos principales que habían quedado destruidos.
Con el correr de los meses, se fue recuperando la trama vial, pero este camino quedó en el olvido. Los vecinos de Laprida, Manantial Rosales y Valle C, quienes solían utilizar cada tanto esa alternativa, se resignaron a “dar toda la vuelta”, incluso cuando el camino Roque González fue habilitado.
En momentos de conflictividad social donde el corte de rutas es una forma de protesta habitual o simplemente, ante los habituales congestionamientos del tránsito, la calle entre Saavedra y Manantial Rosales es una alternativa importante para los vecinos. No sólo reduce el tiempo que toma llegar entre un barrio y otro, sino que además, puede ser la única opción cuando está todo cortado.
“Antes pedíamos que pasen la máquina por el mal estado del camino, pero ahora, pedimos que lo tengan en cuenta para reabrirlo en algún momento”, expresó Rosa, vecina de Manantial Rosales que solía circular por allí.
A su vez, cuestionó que “es increíble cómo taparon toda la calle con montañas de basura. Hay escombros, hay de todo”.
Sólo queda un cartel que reza “Ceda el Paso”, como testigo de que ahí hubo un camino. Pero hasta esa señal vial apenas se ve, rodeada también de basura y escombros, al ingresar a la rotonda que une Roque González con Fray Luis Beltrán. Por la tercera salida de esa rotonda, ya no es posible ni siquiera pasar en bicicleta, como se animaban algunos deportistas y aficionados hasta hace unos meses. Era, precisamente, la que llevaba a Laprida.