COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – Comodoro Rivadavia y el viento son casi sinónimos en la Patagonia. El escritor colombiano Gabriel García Márquez alguna vez escribió la novela “El otoño del patriarca” donde habló del “tremendo viento polar de Comodoro Rivadavia que volteó al revés las entrañas del mar y se llevó volando un circo de animales”.
Para sentir el viento no hace falta viajar en el tiempo. Este jueves, luego de varios hermosos días de playa el Eolo nuevamente apareció, trayendo tierra y ese soplido inigualable que sólo conocen aquellos que viven en estas tierras de pampa, cerro y cañadones.
La gran duda siempre ha sido cuánta fue la intensidad más fuerte que tuvo el viento, pregunta que responden artículos periodísticos de los matutinos locales y dos publicaciones históricas, como lo son Crónicas del Centenario y Comodoro 70.
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UN DÍA DE FURIA
Los registros históricos indican que el viento alcanzó los 240 kilómetros por hora en esta ciudad. Fue el 11 de diciembre de 1968.
Esa madrugada el viento sorprendió a la población por su intensidad. Arrastró árboles y autos. Voló techos y hasta tiró paredones como se puede ver en la fotografía tomada por Raúl Lor.
La historia cuenta que ese día se produjeron vuelcos en el Infiernillo y que un avión DC 3 tuvo que ser sujetado por tres camiones luego de que se levantó un metro del suelo en la pista del aeropuerto. Pero eso no fue todo. También se volaron casas de chapa y se produjeron diferentes inconvenientes.
El relato parece tan fantasioso como las novelas del escritor colombiano. Sin embargo, son los testimonios de los archivos históricos.
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Diario Crónica, incluso, asegura, en sus posteriores ediciones, que se tuvieron que cambiar más de 1500 parabrisas, además de una gran cantidad de lunetas y vidrios laterales.
Afortunadamente la tormenta cesó la noche siguiente, y la calma volvió a la ciudad que sabe bien cómo es el viento.