El dólar "blue" se vende a $420 en Comodoro, pero todavía puede escalar más para alcanzar la inflación

El Índice de Precios al consumidor divulgado por el INDEC el viernes 14 de abril, con un 7,7% de inflación correspondiente a marzo, se transformó en el indicador más alto desde abril de 2002. En ese traumático mes, del primer período post convertibilidad, la inflación alcanzaba un 10,4% y el dólar oficial cotizaba a $3, tras la salida de la ley de convertibilidad y la ilusión de que cada billete norteamericano era exactamente a $1, que había atravesado la década del 90 hasta desembocar en el estallido de diciembre de 2001.

La referencia puede ser útil para comparar con la situación actual. Con el dólar rompiendo nuevas barreras y alcanzando los $420 en las últimas horas, la sensación generalizada es de una escalada importante, pero al ponerse en contexto surge la evidencia de que el precio aún está por debajo de otros momentos especialmente críticos de la historia reciente. Esto no quita dramatismo al problema, pero da la certidumbre de que, aún, podría ser peor.

Por ejemplo, los $3 de abril de 2002 equivaldrían hoy, al actualizarse por la inflación acumulada en 21 años, de casi $722, según permite establecer la aplicación www.calculadoradeinflacion.com, que determina un incremento de casi el 24.000%, a un promedio del 2,2% de incremento mensual.

POR DEBAJO DE LAS CRISIS MÁS RECIENTES 

Otro punto crítico es el de octubre de 2020, cuando a raíz de una serie de problemas hubo una corrida que llevó el dólar paralelo a $195. Si ese valor se actualizara por la inflación acumulada desde aquel período, el equivalente actual sería de un dólar de $776, según los resultados que arroja la misma aplicación.

Y si se toma la crisis (hay para elegir, suponiendo que todo el resto sea “normalidad”) de la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía, los $338 del 22 de julio del año pasado, en el punto más dramático de aquellos días tormentosos, debería alcanzar hoy, solamente por la inflación acumulada en estos casi 9 meses, unos $588,33.

 Otro parámetro es la inflación acumulada en lo que va del año, que alcanza el 22%, mientras que el dólar ‘blue’ se actualizó, con el salto de estos últimos días, en un 18%. Hay que hacer la salvedad de que esto incluye la mitad de abril, por lo que si se tomara la cotización a marzo, la diferencia sería aún mayor.

LA SUBA DEL “BLUE” Y SU VÍNCULO CON EL DÓLAR SOJA

Según explicaron especialistas en mercados, la cotización volvió a moverse por dos factores. El primero se vincularía a la alta inflación de marzo, que superó las proyecciones más pesimistas. Y además, por la incidencia del nuevo dólar agro, que paga $300 por cada dólar liquidado por exportadores sojeros u otros productores alcanzados por el tipo de cambio diferencial.

En relación a esa medida, ya se había advertido que parte de la liquidación proyectada se terminaría volcando a la demanda de dólares en el mercado paralelo. Además, el tesoro necesita emitir $100 nuevos por cada dólar liquidado, ya que debe cubrir la diferencia entre lo que paga cuando los compra a los exportadores y los $200 en que los vende a los importadores.

Y aún cuando la emisión busca esterilizarse con la tasa de interés que pagan las Leliqs y los plazos fijos, esa convicción generalizada de que “sobran pesos” tiende a retroalimentar la presión sobre el dólar.

En ese contexto, el gobierno seguirá apostando a mantener el dólar evolucionando por debajo de la inflación (tratando de evitar que a su vez esas subas de la cotización vuelvan a retroalimentar los precios de los productos básicos), a través de distintos instrumentos, para que las actualizaciones del tipo de cambio se mantengan en un promedio del 6% mensual,  si se toman como referencia los casi 8 puntos de marzo y probables 7 de abril.

La cotización de hoy representa un 4% por encima del valor del 31 de marzo último, por lo que todavía habría margen para que el billete llegue a la banda de $418 ó $420 al finalizar este mes. Si ese techo se supera, será porque la inflación se desbordó todavía más de lo que ya se refleja en los últimos y alarmantes indicadores.