El drámatico momento de una nena que quedó colgada de un juego aéreo: "Papi no me sueltes, me muero"
La menor de 12 años sufrió un desperfecto con el arnés dentro de un parque aéreo y su cabeza quedó hacia abajo por al menos 7 minutos, cuando su zapatilla quedó trabada de milagro, lo que le salvó la vida.
Para despedir las vacaciones de invierno, el papá de una nena de 12 años viajó desde La Plata hacia Mar del Plata para disfrutar de una tarde de juegos en el Parque Aerópolis, pero un desperfecto en el equipo de seguridad casi se cobra la vida de la menor.
Una nena de 12 años quedó colgada boca abajo a más de 7 metros de altura, hasta que llegó el personal de rescate, cerca de 10 minutos después.
El accidente quedó registrado en video, durante la tarde del sábado en el parque de atracciones ubicado en Jorge Newbery al 8000, de la mencionada ciudad balnearia. En las imágenes se puede escuchar a la madre que trata de llevarle calma a la nena, mientras personal del parque acercaba una escalera para auxiliarla.
Desde la empresa indicaron que esta preocupante situación duró “solamente cinco minutos”, sin embargo, los padres de la niña indicaron que demoraron alrededor de 20. "Tengo miedo", gritaba la menor muy asustada.
El juego de Aerópolis era una especie de tirolesa donde en uno de los circuitos había que caminar sobre unas maderas ubicadas a más de 10 metros de altura. En el trayecto, Delfina, de 12 años, perdió el equilibrio y quedó colgada boca abajo de su arnés.
“En medio del juego, a unos 15 o 20 metros de altura, mi hija empieza a sentirse mal y se pone nerviosa porque ve que el arnés no la estaba ajustando bien. Se puso a llorar de la desesperación. Yo estaba a unos cuatro metros de distancia más o menos, pero traté de tranquilizarla”, sostuvo el papá.
En un momento, perdió la estabilidad y se cayó. A partir de ahí, comenzó la pesadilla: “El arnés, en vez de cumplir su función para tenerla sujetada verticalmente, se le soltó. Ella se dio vuelta y fue en caída libre, de espalda. Gracias a Dios, tuvo la fortuna de que le quedó enredada la zapatilla en el arnés, que ya estaba completamente salido. Lo primero que me salió en ese momento es tirarme y entrelazar mis piernas entre las suyas, mientras me agarraba con las manos para no caerme”, reconstruyó el padre.
“Hice toda la fuerza que pude para sostenerla. Los padres que estaban abajo empezaron a pedir ayuda, pero no llegaba nadie. Yo ya estaba cansado, mis piernas se aflojaban, todo esto mientras mi hija gritaba ‘Papi, no me sueltes. Papi, me muero’. De repente, había cada vez más gente abajo, haciendo una red humana como para sostenerla por si se caía y amortiguar el golpe. Una cosa muy rústica, pero agradezco la intención”, relató angustiado.