El dramático relato de una mujer que dio a luz con coronavirus: no puede besar a su bebé y solo lo toca con guantes
Vanesa Muro es española y se contagió de su abuela cuando cursaba 37 semanas de embarazo. Tuvo una cesárea de urgencia y recién pudo abrazar a su hijo diez días después.
ESPAÑA (ADNSUR) - Vanesa Muro es española y se contagió de coronavirus mientras cursaba 37 semanas de embarazo. Recién pudo abrazar a su hijo Oliver cuando tenía 10 días. Durante todo ese tiempo, permaneció separada de su bebé para evitar cualquier riesgo de contagio. Ahora están juntos en su departamento de Madrid, epicentro de la pandemia en España, y cuentan los días para que finalice la cuarentena para poder besarlo y tocarlo sin guantes.
Vanesa se contagió de su abuela de 87 años, que murió una semana después. No hubo tiempo para el duelo, tuvo que someterse a una cesárea de emergencia sola: a su esposo, también positivo, se le pidió que se quedara en casa.
No poder tener contacto con su piel para evitar contagiarlo "es duro", admitió Vanesa en una entrevista con la agencia de noticias AFP. "Él te agarra el dedo, el pobre, y agarra el plástico, no te agarra a ti, pero bueno, ya es un día menos, hay que pensarlo así porque sino te deprimes", señaló la mujer. de 34 años
Un parto adelantado por la pandemia
Vanesa y su pareja Óscar Carrillo se preparaban para un parto por cesárea a partir del 16 de marzo, pero el brote de la COVID-19 aceleró todo.
La abuela de Vanesa, de 87 años y a quien veían a diario, dio positivo al virus y luego murió. Con un embarazo de riesgo, a Vanesa también le hicieron la prueba. Estaba infectada.
De inmediato, "Óscar me llevó (al Hospital Universitario La Paz) y evidentemente no pudo ni pasar, me dejó en la puerta de urgencias y ya ahí me quedé", relató Vanesa.
Los médicos adelantaron la cesárea. Fue "un cúmulo de sensaciones, brutal" para Vanesa, entre el "miedo" a contagiar el bebé, la separación de su marido y el ser atendida por médicos enfundados en trajes especiales para evitar una infección.
Para Óscar, "fue la hora y media más larga de su vida", sin saber lo que pasaba. Fue "duro", agregó.
Al final, el 13 de marzo, nació Oliver, saludable con 3,6 kg y 50 cm. Inmediatamente lo metieron en una incubadora y lo aislaron. Hasta que no diera negativo en dos tests de coronavirus no lo juntaron con otros neonatos.
Tras 48 horas de recuperación en el hospital, en un aislamiento casi total porque el personal sanitario entraba lo menos posible a la habitación por la falta de trajes protectores, Vanesa pudo irse a casa, pero sin Oliver.
"Parece una tontería, pero tenerlo aunque fueran siete pisos más abajo, parecía que estaba más cerca que cuando estaba en mi casa y el niño en el hospital", recordó Vanesa.
Ambos recibieron el acompañamiento de una psicóloga del hospital, que les mandaba fotos y videos de su hijo.
Hasta el 23 de marzo, Vanesa y Óscar no pudieron tener en sus brazos a su bebé. Y para hacerlo, tuvieron que primero calzarse guantes y mascarillas.
"Campeón, que ya nos vamos a casa, eres un muñeco", fueron las primeras palabras de Vanesa a su hijo en el emotivo encuentro.
"Fue increíble", apostilla el padre. "Fue como si naciera también ese día", secundó su esposa.
Ya pasaron los primeros 14 días desde que dieron positivo al coronavirus, pero ante la imposibilidad de someterse a otro test que confirme su recuperación, guardan otros 14 días de cuarentena por seguridad.
"Yo aún no he tocado a mi hijo sin los guantes (...) estamos como locos esperando que termine la cuarentena, para poder tocarlo, darle un beso", dijo Óscar junto a Vanesa.
Además, los padres primerizos no pudieron contar con ayuda familiar. Los suegros de Óscar "viven muy cerquita" pero por el confinamiento obligatorio decretado en España "es como si estuvieran a kilómetros".
"Es duro, pero va a pasar. En nada (Oliver) va a tener un mes y ya saldremos a la calle. Conocerá a los abuelos, a los tíos. Y todo esto quedará en eso, en una pesadilla que habremos pasado", concluyó Vanesa.
Fuente: TN