El inquietante relato de una joven sobre el espíritu que la persigue: "Veía una..."
La joven dio detalles sobre los reiterados momentos "paranormales" que vivió y su historia se viralizó. Incluso su hermana logró grabar.
Nicolás Maggi es un periodista que suele utilizar su cuenta en “X” para contar historias paranormales que le llegan de todo el país. Y un relato reciente, que surgió a partir del contacto con el protagonista de los hechos, le puso los pelos de punta a más de uno.
La historia se registró en una casa en Argentina hace unos años. “Soy de Mendoza, pero actualmente estoy viviendo en España. Tengo algunas historias de cuando vivía allá. En realidad son un cúmulo de sucesos que pasaron a lo largo de mi niñez y adolescencia”, escribió.
La joven aclaró que con su familia vivieron en dos casas y en ambas ocurrieron hechos inusuales. “Yo teniendo ya unos cuatro años, empecé a decirle a mis papás que veía una vieja arriba de la heladera. Me imagino que no debe haber sido muy agradable, pero en ese momento no fue mucho más allá”, recordó.
Sin embargo, esta situación se reiteró cuando se mudaron a otra casa. “Ahí empezaron a pasar más cosas. Había huellas como de pies de niño en el techo de la cocina. Muchas veces escuchábamos pasos”, dijo.
Pero las sensaciones que generaban en el lugar no solo las percibía la familia, relató “A veces venía gente que no sabía nada y nos decía que cierta zona de la casa tenía mucha mala vibra. El ambiente era muy frío y oscuro”, manifestó.
Incluso, su hermana menor, también comenzó a ver a la “vieja” arriba de la heladera. Pero la situación más tétrica llegaría un viernes. Cuando cerca de las 3 de la mañana, la tele se prendió sola, fui a apagarla y volvió a la cama.
"Me acosté pero me empecé a sentir mal. Me dio muchísimo frío y se me aceleró el corazón. De a poco empecé a sentir que en la cama de al lado se movían y daban vueltas. No me animé a mirar. Me tapé la cabeza con mi sábana y empecé a sentir que me respiraban en la nuca. Me quedé paralizada. Por suerte, escuché que mi papá llegaba de su asado de los viernes. Simplemente salté de la cama a buscarlo, sin mirar atrás. Me salvó la llegada de mi viejo”.
Los años pasaron y la familia siguió viviendo estos hechos extraños. La joven reconoció que cuando se mudó a España ya no sintió más la presencia. Pero su familia, incluso su hermana, grabó cómo en aquella casa los cajones del baño se abren sin que nadie los toque.
“Para mí es algún espíritu que acompaña a algún otro miembro de mi familia. No parece malo, pero sí travieso”, concluyó.