El relato de la comodorense que no puede salir de Italia por el coronavirus: “Esto es un pueblo fantasma”
Natalia Nucciarone es abogada, viajó a Europa hace unos meses para tramitar la ciudadanía italiana y debido al avance del COVID-19 - que ya mató a 633 personas en ese país - se ve imposibilitada para salir de Rímini. "Desde el viernes ya no puedo salir. Estoy atrapada en esta situación, no le tengo miedo, pero me han limitado todas mis libertades”, afirmó.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Natalia Nucciarone es comodorense y hace unos meses viajó a Italia para tramitar la ciudadanía. Cuando decidió ir a trabajar a España, comenzó a expandirse el coronavirus en Europa, y ahora tiene prohibido salir de la ciudad. La joven, actualmente vive en Rímini -una ciudad ubicada al norte de Italia-, y relató cómo es vivir en el epicentro del COVID-19 que ya provocó 8000 contagiados y 633 muertos.
“Yo vine acá a hacer la ciudadanía y no tenía mucha idea de cuánto tiempo iba a estar, en el transcurso de estos meses surgieron complicaciones para conseguir trabajo”, contó. Por ello, decidió ir a hacer la temporada de verano a Españ. “No pensaba por ahora volver a Argentina porque es caro el pasaje, cuesta unos 600 euros”, dijo a Actualidad 2.0.
Asimismo, Natalia confirmó que Italia fue declarada zona roja. “Ahora es grave la situación porque ayer el presidente habló y anunció que no se puede salir ni entrar de una ciudad a otra. Desde el viernes ya no puedo salir”, aseguró.
Hay controles del ejército y sólo se puede salir con una justificación laboral. “Yo si quiero puedo volver a Argentina porque tengo la nacionalidad pero no puedo moverme a otro país", indicó.
CIUDAD FANTASMA
La joven comodorense además destacó que ha cambiado por completo la vida cotidiana: “Es una ciudad fantasma, no hay nada, se ven algunos autos que se entienden van a los trabajos, cuyas oficinas están a puertas cerradas. No hay supermercados, se cierran todos los bares y comercios”, agregó.
Y manifestó su preocupación: “La sociedad está muy pasiva, los italianos son muy conservadores. Si esto se extiende más, me preocupa porque no nos están dando ningún apoyo económico. No están repartiendo comida, tampoco higiene, ni vitaminas, directamente nos pidieron que nos quedemos en las casas pero sin un plan”, detalló.
Por último, Natalia aseguró que está esperando cobrar un dinero que le deben por haber repartido algunos catálogos, lo que le permitirá pagar el alquiler y subsistir. “La única manera de poder salir es con un contrato de trabajo en España. Estoy atrapada en esta situación, no le tengo miedo, estoy tomando vitamina C y limpiando, pero me han limitado todas mis libertades”, afirmó.