CAPITAL FEDERAL - Daniel Jensen inició hace algunos días a través de las redes sociales la búsqueda de los receptores de órganos de su hijo Bruno, que falleció el 5 de octubre, a los 18 años. Esteban Lubochiner Tebu, que había recibido un riñón, lo llamó y tuvieron un emotivo encuentro.

La emoción comenzó mucho antes del encuentro. Esteban recuerda que al llamar al padre de Bruno,"me largué a llorar... no podía parar... y le dije: 'soy yo... soy el receptor del riñón derecho de su hijo'”, según reseña Clarín.

Daniel Jensen es padre de Bruno, un chico de 18 años que murió el pasado 5 de octubre, y que, en medio del dolor por la pérdida, decidió donar sus órganos y regalar vida a quienes estan esperando un trasplante.

Días después, Daniel inició una búsqueda: quería conocer a los receptores de los órganos donados, sabiendo que cuatro personas salvaron sus vidas con los dos riñones y el hígado de Bruno. su único fin era poder abrazarlos, y abrazar así una vez más a su propio hijo. Diez días después, este vecino de General San Martín La Pampa, recibió un llamado de Esteban, y confirmaron que era el receptor de uno de los riñones de Bruno.

“Me largué a llorar.... no podía parar.... y le dije: soy yo..... Soy el receptor del riñón derecho de su hijo......No podía parar de llorar. Me invadió una emoción que no era dolor, sino emoción y cuidado de no lastimar a un padre que estaba sufriendo y a la vez agradecerle una y mil veces el acto altruista que habían tenido”, contó Esteban a Clarín.

Esteban, el receptor del riñón derecho de Bruno, relató que fue "trasplantado el 6-10-18. Tenía miedo de quien era mi donante, su historia, su personalidad, su bondad o malicia... Ese miedo me hacía no querer saber nada de mi donante”. Entonces su hija le mandó una captura que recibió con el llamado de Daniel en las redes. Esteban reside en la Ciudad de Buenos Aires. Como el donante era de La Pampa, llamó con la idea de descartar que fuera el receptor de algunos de los órganos de Bruno.

Daniel le contó que la decisión de la donación fue de Bruno quien siempre dijo: “Para qué me voy a llevar órganos que pueden salvar a otros si a mi ya no me servirán!..” Esteban también le preguntó a Daniel si Bruno era un hijo amado. Le contaron que sí. Ese día, Daniel y Laura (la mamá de Bruno) fueron al colegio secundario donde iba Bruno y los compañeros los recibieron con carteles llenos de mensajes cariñosos.

Los sueños de Bruno

Jensen le contó a Clarín los sueños de Bruno. Quería ser veterinario, volcarse a la genética y tener una cabaña, una estancia dedicada a la producción de ganado. Pero todo se frustró. A Bruno le detectaron, a los 17 años, una malformación arterio venosa. Llegó de urgencia a dos complejas operaciones, las que superó con éxito. Le colocaron placas en una parte del cráneo y siempre contaba los días para volver a jugar al fútbol: ese era Bruno”, cuenta su padre.

Pero esa malformación reapareció. Y hubo una nueva operación, ahora programada, el 2 de octubre. No volvió en sí después de la intervención. Pudieron someterlo a otra operación, pero podía tener graves secuelas: su familia recordó el pedido de Bruno, que no quería estar postrado en una silla de ruedas. El 5 de octubre Bruno falleció.

Incertidumbre ante el encuentro: ¿seré digno?

El encuentro del lunes fue acordado 48 horas antes. Para Esteban se dispararon mil preguntas. “¿Quién era yo, el receptor? ¿Era merecedor de portar ese riñón? Y yo pensaba: ¿la familia me odiará , sentirá rechazo por tener un órgano de su hijo? ¿Me recibirán con cariño? ¿Seré digno de su memoria y de su acto de amor? ¿No estaré cometiendo el error de incentivar el dolor y quizás el odio de la familia hacia mi?”.

El encuentro La cita fue en un bar, frente a la casa de Esteban. Fue en las mesas de la calle, para que el trasplantado no usara barbijo. “Nos abrazamos fuerte...Con Laura, la mamá de Bruno nos abrazamos muy fuerte y lloramos mucho. Yoryi, mi mujer también se abrazó con ella y lloraron ambas. Luego abracé a Daniel. Lo abracé muy fuerte. El me confesó que no le quedaban lágrimas para seguir llorando....”, contó Esteban a Clarín.

“Siento amor por Bruno, amor, dolor y tristeza por Daniel y Laura. Es un sentimiento ambiguo pero humano. Soy el honrado receptor del acto de amor de Bruno Jensen y su familia y espero honrar su memoria a través de mis actos”, escribió Esteban en las redes sociales.

El padre de Bruno reiteró sus mensajes a los otros receptores: “Puede ser que por sus mentes y corazones pasen sensaciones iguales a las que pasó Esteban, y tal vez por eso no se animen a dar ese gran paso que dio él. Gracias a ‘algo‘, él lo dio, y ninguna de las partes nos arrepentimos. Tal vez ésto, te ayude a dar ese paso y te atrevas a llamarnos”.

Les pidió a esos receptores desconocidos que se conecten con Esteban: “Y que él les diga quienes somos y qué queremos”, dijo Daniel Jensen, sin perder la cautela a pesar de la ansiedad de conocer a quienes recibieron órganos de su amado hijo Bruno.

Fuente: Clarín

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