COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) - Calles vacías, persianas cerradas y un horizonte incierto para algunos rubros, principalmente aquellos vinculados a grandes aglomeraciones de gente, como pueden ser conciertos, espectáculos deportivos u otro tipo de eventos culturales.

Más allá de la actividad, a un mes y medio del inicio del aislamiento, la crisis económica que ya se vive obligó a reinventarse a muchos estudiantes y trabajadores para llevar el mango a la casa. 

Ese es el caso, por ejemplo, de Javier Reales (53), quien por estos días dejó la maquina fotográfica y volvió a realizar aquel oficio que aprendió de joven, cuando vivía en Córdoba.

Junto a sus hijos fabrica tapabocas y los vende por internet a través de una fan page que crearon en Facebook y un perfil de Instagram bajo el nombre Cosiendo redes”.

“Con esta crisis, porque me quede sin laburo hace poco, surgió esto. Tenía mis maquinas de coser archivadas, nunca las vendí, dije algún día me pueden servir y hoy estamos haciendo tapabocas. La venta va muy bien, tampoco es un lujo, pero para pucherear viene bien”, explicó a ADNSUR.

Emprendedores que se reinventan en tiempos de cuarentena

Javier en Comodoro es más conocido como “Mota”. Muchos lo han visto en los partidos de Gimnasia y Esgrima, en la Liga Nacional de Básquet, pero también en torneos de handball. 

Según contó a ADNSUR, reinventarse es algo que ha tenido que hacer toda su vida; la última vez comenzó hace pocos meses, cuando se quedó sin trabajo en una empresa de servicios petroleros que perdió una licitación con una compañía que opera en yacimiento.

En ese momento, Javier tuvo que reinventarse y el hobby de la fotografía, que lo había acompañado desde chico, comenzó a ser una alternativa laboral, principalmente en eventos deportivos.  

Emprendiendo le fue buscando la vuelta. Sin embargo, antes de terminar de despegar, a mediados de marzo, explotó la crisis del coronavirus, que ya hacía temblar China, Italia y España, y comenzaba a sonar más fuerte en Estados Unidos, hoy el principal país afectado, que tiene más 60 mil fallecidos y 1 millón de infectados.

Para Javier fue un nuevo golpe, pero lejos de quedarse quieto, y con el impulso de sus hijos e hijas, puso manos a la obra, volviendo a aquellos tiempos de costura en tierra cordobesas, donde también vivió.

“Yo me fui a Córdoba en una época muy dura, el 89, y allá un día tuve que comer", recordó en diálogo con ADNSUR. "Vino mi primera hija y en un lugar pedían un costurero. Fui y me presente. Yo sabia algo de costura porque mi vieja en la época de YPF compró una máquina, la famosa Singer, automatica, que era una revolución y la vendían con un curso. El tipo venía al domicilio y yo estaba al lado de mi madre porque siempre me interesaron estas cosas. Entonces tenía una idea, pero jamás había tocado una máquina, hacía más que nada el mantenimiento, pero ante la necesidad fui y me presente como costurero cuando pedían uno”.

Javier trabajó entre tres y cuatro años cosiendo. Incluso se compró su propia máquina, pero luego la vida dio un giro de 180 grados: dejó la región Centro y se vino otra vez a la Patagonia, pero más al sur de donde nació.

En Tierra del Fuego fue donde encontró trabajo en la empresa de servicios petroleros, pero nunca olvidó su máquina. Así cuando comenzó el aislamiento, ya instalado en Comodoro, decidió sacarla y aprovechar las telas que alguna vez había guardado en su estadía por la provincia del sur.

Candela, una de sus hijas, licenciada en Comunicación Social le hizo todas las redes, mientras que Dalma, Francesco, Bianca y Claudia, su señora, lo ayudan en el día a día con los cortes, la logística y el control. Así juntos en familia se reinventan para encontrarle una vuelta a la crisis.

Dalma y Francesco son dos de sus hijos que le ayudan en la actividad.
Dalma y Francesco son dos de sus hijos que le ayudan en la actividad.

LA ESTUDIANTE EMPRENDE 

Victoria Seleme tiene 22 años, estudia psicopedagogia en Buenos Aires y también entendió que este era un buen momento para emprender. 

Lejos de quedarse estancada decidió aprovechar su regreso a la ciudad por la cuarentena y darle una vuelta de tuerca a la farmacia que tiene la familia para insertarla en el mundo de las ventas online.

“Lo empezamos a hacer para darle una movida más y pensando en la gente que no iba a tener tanto acceso por las restricciones. Me interesa el mundo de los productos y lo de Instagram. Soy chica y los vemos todos los días, entonces se me ocurrió hacer la tienda nube”, explicó a ADNSUR.

En forma autodidacta, Victoria creó Beauty by La Farmacia y comenzó a realizar la página web, utilizando tutoriales, metiendose de lleno en todo el mundo online, y por supuesto las redes sociales de la tienda. De este modo abrió a la red de locales a una nueva experiencia, con posibilidad de compra on line, contacto personalizado e información útil para usuarios.

La gente se enganchó a la iniciativa y de alguna forma también fue un horizonte para ella en medio de este parate. Creó cuentas en redes sociales y desafió el espacio vacío que dejó la cuarentena.

“El objetivo era que la gente lo conozca, que si tienen dificultades puedan acceder a eso. Tuvimos varias ventas. Pero la verdad a mi tambien me alivió un montón poder hacerlo, porque entre eso y la facultad estuve enfocada 100% y así se hace más llevadero”, reconoció la joven que luego del aislamiento volverá a Buenos Aires, pero ya dejando algo hecho para que la farmacia siga creciendo, ahora en forma online.

Emprendedores que se reinventan en tiempos de cuarentena

REINVENTAR EL RUBRO PARA REIMPULSAR LAS VENTAS

Christian Ordoñez (48) también tuvo que buscarle una vuelta de rosca a su rubro. En su caso es diseñador industrial, recibido de la Universidad de Arquitectura de Córdoba y ante la baja de ventas, producto del aislamiento, decidió fabricar una cabina de desinfección. 

Es una forma de buscarle una vuelta a todo lo que se viene porque lo estamos viviendo a nivel económico”, explicó el comerciante a este medio. 

Christian asegura que las ventas están en cero. En su local tenía algunas ventas pautadas antes de la cuarentena y se cayeron, y quienes habían pedido presupuesto cancelaron todo para más adelante, “salvo aquellas personas que tienen mucha urgencia para terminar una obra y dejar un alquiler”. 

Por supuesto, mientras tanto siguen corriendo los gastos. Por esa razón, decidió incursionar en los túneles de desinfección y la respuesta fue positiva. Hasta el momento ya tuvo pedidos de Energías del Sur, de Río Gallegos, entre otros lugares. 

“La urgencia de todo esto hace que uno se salga de los canales normales de un producto nuevo. Esto no le dio tiempo a nadie, pero vamos bien, es una alternativa a todo esto que va pasando. Pero hoy estamos en el mismo barco que todos”, sentenció ente emprendedor que al igual que otros comodorenses le está tratando de buscar la vuelta a la crisis que produjo el aislamiento.

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