Un trabajador comunitario toca la puerta de una casa en un barrio de Comodoro o en medio de Buen Pasto y descubre una patología que esa persona no sabía que tenía. Esto produce un cambio en la vida de ese poblador, porque no solo le lleva salud, sino contención, acompañamiento en el tratamiento y una evaluación integral, describe María Rosa Cerdá, actual supervisora de Trabajadores Comunitarios de Salud en Terreno del área programática sur.

La tarea de los trabajadores comunitarios es silencioso pero preponderante, son el primer nivel de atención, donde se ve al individuo de forma integral desde la salud, trabajan desde la prevención a través de los programas para concientizar y detectar personas con alguna enfermedad “A través de los programas que llevamos al terreno, como un control de presión arterial podemos conocer a las personas y así evitar que se enfermen o en su defecto si ya está enferma, pueda llevar su tratamiento, su diagnóstico y el trayecto de vida que tiene el individuo” explica la supervisora.

LA SALUD EN EL TERRITORIO

Cada uno de los agentes sanitarios en terreno tiene 130 familias o más a cargo, es decir que está en contacto con todas esas personas, para colaborar en mejorar su salud. Están presentes en 12 de los 13 Centros de salud provinciales, pero además en los puestos sanitarios de Ricardo Rojas, Aldea Apeleg, Buen Pasto y Facundo, como en los hospitales que dependen el área. En la ruralidad se visita a las familias cada 6 meses, dependiendo de las posibilidades de llegar que existan.

Cada uno de los agentes sanitarios en terreno tiene 130 familias o más a cargo, es decir que está en contacto con todas esas personas, para colaborar en mejorar su salud.

En cambio en la ciudad las visitas se hacen con más frecuencia porque tienen el objetivo de acercarse a las familias y trabajar con ellas, saber qué están necesitando en función de la problemática que cada una posea “Se trabaja con ellos según la enfermedad, la alimentación,  medicación y la actividad física, como otros factores, los educativos por ejemplo, para que las personas posean una mejor calidad de vida “así se trabaja con todas las patologías” define María Rosa.

Cada agente tiene una planilla donde registra a la familia, allí se anota el estado de salud, la educación, actividades laborales que realiza, con el fin de realizar una evaluación y acercarse estratégicamente para llevar soluciones a distintas problemáticas. “En el terreno nos encontramos con muchísimas problemáticas, uno golpea una puerta y se abren muchísimas situaciones, nos encontramos con distintas realidades, siempre en una casa hay una persona que tiene un derecho vulnerado” revela Cerdá.

Tenemos para evaluar las situaciones, los agentes comunitarios poseen herramientas como los factores de protección y de vulnerabilidad. “Los primeros son aquellas posibilidades que le va a permitir a una persona, salir de esa situación, algo positivo que tenga en la familia, como sus afectos, por ejemplo, y los factores vulnerables, son aquellos que tenemos que fortalecer. A veces el problema es un turno para realizar el control sano de un niño, pero otras veces es más complejo” indica.

La ciudad hoy cuenta con 27 agentes sanitarios, que están presentes en los centros de salud provinciales de 12 de los 13 que hay en la ciudad.

COMODORO CON DÉFCIT DE TRABAJADORES COMUNITARIOS

La ciudad hoy cuenta con 27 agentes sanitarios, que están presentes en los centros de salud provinciales de 12 de los 13 que hay en la ciudad: Palazzo, Restinga Allí, Caleta Córdova y Standart Norte. En la zona sur, en el barrio 30 de octubre, San Cayetano, Jorge Newbery y Pietrobelli, Quirno Costa, José Fuchs y algunos más. En ciudadela actualmente no pueden cubrir la demanda porque falta recurso humano.

En Comodoro – según el último censo – hay una población de más de 220mil personas, sin embargo María Rosa expresa que a partir de los datos que se emanan de la municipalidad creemos que hay 300mil personas. “También imaginemos que hay alrededor del 27% de esas personas que tiene necesidades económicas insatisfechas y esto está muy relacionado con la salud, porque esa cantidad de personas no tienen trabajo estable, ni obra social, tampoco prevención de la salud, tenemos que llegar a esas personas, por eso necesitamos 150 o 200 trabajadores en terreno. Hay un desfasaje muy grande” evidenció.

Para lograr esa cantidad de profesionales, se requiere que abran el curso de 9 meses para ser trabajador comunitario o la Tecnicatura en Salud Comunitaria, ambas opciones no existen en la ciudad, lo que genera que el desfasaje continúe hacia el futuro. “Se está trabajando para habilitar ambas opciones, pero aún no hay novedades” comenta la supervisora. Actualmente cada agente en terreno tiene 130 familias a cargo en la ciudad, por día solo llega a visitar 4.

“Nunca llegamos a abarcar a la cantidad de gente que precisa este servicio” revela la trabajadora comunitaria comodorense, que durante la pandemia desarrolló actividades en los barrios, para detectar casos positivos, insistieron en el lavado de manos y el uso del tapabocas, para prevenir el virus, como lo hacen hoy, aunque la pandemia poco a poco desaparezca.

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