Entre Diadema y Santa Cruz: la vida de los pumas en la Patagonia sur
Este domingo se celebra el Día Internacional del Puma, felino que se ve en forma frecuente por esta zona de Chubut y Santa Cruz. En el Parque Patagonia, que se encuentra en la vecina provincia, la Fundación Rewilding Argentina trabaja en la conservación y restauración de las especies autóctonas, entre ellas el puma. Se trata de un trabajo de seguimiento que permite verlos en su habitad natural. En esta crónica te contamos cómo es la vida de este animal que hace poco tiempo preocupó a los vecinos de Diadema. También te despejamos algunas dudas, entre ellas si te acata o te teme. Una historia de garras y dientes.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR) – El biólogo Emiliano Donadio aún recuerda el día que se cruzó frente a frente con un puma. Apenas unos metros de distancia había entre ellos. Él sabía que no debía darle la espalda, que debía mostrar su presencia y espantarlo para que se fuera. Sin embargo, ese día la mirada del felino lo hizo dudar; el puma tenía no le quitaba los ojos de encima, la tensión se hacia sentir y Donadio no dudó: le tiró con sus binoculares para espantarlo. El resultado: el felino huyó.
Cuenta el biólogo que ante la presencia de un puma se debe mostrar presenciar, tratar de parecer más grande, no darle la espalda y mirarlo. Si el puma no se retira lugar, hay que agitar los brazos, gritarle y si hace caso omiso tirarle una piedra. Como él no tenía piedra, le tiró los binoculares. “No le tiré a pegar porque estaba muy cerca. Le tiré al costado y el puma cuando vio el binocular volando se fue. Cuando me acerqué me dí cuenta que tenía una vicuña recién casada. Estaba cuidando su presa, seguramente después volvió a comerla”, recordó sobre esta experiencia frente a frente con un puma.
Donadio es licenciado en Biología por la Universidad Nacional de La Plata, y especialista en Zoología y doctorado en Ecología por la Universidad estatal de Wyoming, Estados Unidos.
Nacido en San Martín de Los Andes, hace un año y medio es el director científico de la Fundación Rewilding Argentina, entidad que tiene cuatro proyectos en el país; uno de ellos a 12 kilómetros de Camarones, Chubut, y otro en el noroeste de Santa Cruz.
Emiliano es el encargado de diseñar, implementar y monitorear los proyectos relacionados a ecología y conservación de fauna.
“Yo fui investigador asistente del Conicet hasta febrero de 2019 y en marzo renuncié y me fui a trabajar a la fundación porque vi que podía tener un mayor impacto en la conservación de la vida silvestre”, cuenta a ADNSUR. “Básicamente me toca diseñar, implementar y monitorear los proyectos de conservación. Hoy tenemos cuatro que involucran ecología, conservación y restauración: uno al noroeste de Santa Cruz por Cueva de las manos; otro en la costa de Chubut que se llama Patagonia Azul; el proyecto Ibera que es la bandera de la fundación y después el proyecto del Impenetrable, en el centro norte de Chaco”, detalló.
Según explicó el biólogo, los proyectos tienen por objetivo restaurar la fauna patagónica para que puedan tener una abundancia que le permite cumplir con su rol ecológico. Además, apuntan a mantenerse a largo plazo. Y para cumplir ese objetivo es fundamental el rol de la comunidad. “Nosotros trabajamos con las comunidades locales de manera que se involucren creando una alternativa económica, que sea sustentable a largo plazo y que tenga que ver con el ecoturismo y la conservación de fauna".
"Entonces restauramos especies, trabajamos para que aumenten sus números y a la vez trabajamos con las comunidades para que saquen proyectos de eso. Por ejemplo, una de las actividades que pueden hacer es traer turistas para que observen fauna como se hace en África”.
Donadio asegura que en Argentina cuesta que la gente se apropie de estas ideas porque desconoce la magnitud de las especies. Por ejemplo, dice que el guanaco “existe solo en unos pocos países de Sudamérica, entonces para cualquier extranjero es una especie única como lo sería para nosotros ir a Australia y ver canguros, o ir a África y ver leones”.
CONSERVAR EN PATAGONIA
Guanacos, maras y choiques son algunos de las especies en conservación en esta parte de la Patagonia. También el puma, protagonista principal de esta historia por el Día Internacional de la especie que se conmemora hoy.
Para poder saber de ellos la Fundación utiliza cámaras trampas que permiten entender por dónde se mueven, sus periodos de actividad durante el día y la abundancia de la especie en la zona.
Por ejemplo, en los últimos meses una cámara trampa mostró lo que sucedió en torno a la marcación de un puma hembra. En el video se ve el momento en que orina y luego comienzan a aparecer los machos tras su huella.
Para que el trabajo sea completo a los animales también se les coloca collares con tres tipos de componentes: radio VHF, donde cada animal tiene su propia frecuencia a través de la cual puede ser rastreado; GPS que permite tomar localizaciones de la posición del animal cada 3 horas; y un tercer componente satélital que obtiene toda la información de los puntos de GPS y así tener un seguimiento en tiempo real sobre su movimiento.
Sobre los primeros resultados de la experiencia en la zona sur de la Patagonia, Donadio, dice al respecto. “Los pumas parecen ser relativamente abundante en Santa Cruz, pero no en la zona de Chubut donde trabajamos. En el noroeste salen frecuentemente en las trampas, en el sur de Chubut no salen tan frecuentemente. Pero hay toda una historia de control de Puma en Chubut. Mientras que en Santa Cruz hubo una historia de control de puma pero ahora no tanto; o los ganaderos se están dejando de criar ovinos o se están dedicando a crear vacunos, pero ahora no tienen tanto conflicto con la especie”.
Para conocer mejor a la población hace un año la fundación inició en Santa Cruz un trabajo de control a través de collares. Mientras que en Chubut se espera comenzar antes que termine el año. El horizonte es poder obtener los mismos datos que se encontraron en San Juan luego de tres años de investigación.
“En San Juan pudimos aprender varias cosas”, asegura el investigador. “Primero en qué área se maneja, cuántas hectáreas utiliza para vivir, pero también pudimos aprender si comparten los territorios o se superponen bastante, qué es lo que pasa, y mucho sobre la dieta; porque pudimos ver dónde cazó, qué fue lo que cazó, si mata más hembra o más machos, un juvenil, cada cuánto y en que lugares, o sea un montón de la ecología del puma”, sentenció.
La entrevista va llegando al final y al ser consultado sobre la peligrosidad del puma para la comunidad, teniendo en cuenta que hace pocos meses los vecinos de Diadema estaban preocupados por la presencia de esta especie en la zona, el investigador fue contundente. “No son para nada peligrosos. En Sudamérica casi no hay registros de ataque, hay algunos en Estados Unidos, pero no es frecuente, no hay nada que temer. Pero si hay un protocolo para espantarlo porque no son agresivos, es más tienden a huir porque no quieren saber nada de los seres humanos”.
“Lo importante es no darle nunca la espalda, no salir corriendo, tratar de parecer más grande de lo que uno es para intimidarlo. Con eso debería alcanzar, pero si el animal no se retira, hay que gritarle o puede servir tirarle una piedra. En realidad sirve, lo sé por experiencia”, sentencia entre risas, este biólogo que encabeza el trabajo que estudiará a los pumas de la Patagonia.