Es de Comodoro, hace alta costura y diseñó un vestido de novia para Nicole Neumann
Carla Ciafardini tenía 16 años cuando empezó a coser junto a su madre, siguiendo la herencia de su abuela. Diez años después fue convocada por una publicación nacional para confeccionar un vestido de novia, eligiendo a Nicole Neumann como modelo. “Para mi es un logro muy grande, hay gente que cose años y ahí queda”, dijo a ADNSUR la joven, feliz, pero también agradecida a sus padres, a quienes adoptó desde niña y honró poniéndole el apellido a su marca.
Cuando terminó la secundaría en la Escuela de Kilómetro 5, Carla Ciafardini no sabía qué hacer. Quería seguir estudiando pero no sabía qué. Así, luego de mucho pensar terminó eligiendo Formación Docente. Sin embargo, al poco tiempo se dio cuenta que no era lo suyo y decidió volcarse al hobby que heredó de su madre y su abuela: la costura.
Pasaron 10 años de aquellos tiempos de libros y búsqueda, Carla encontró su horizonte, y encontró su aguja en el pajar: recientemente fue elegida por una publicación nacional para confeccionar un vestido de novia, y su modelo fue nada más y nada menos que la bella Nicoles Neumann, un icono de la moda argentina.
La joven, la última semana, recibió a ADNSUR en su taller de Kilómetro 8 y no ocultó su felicidad por el presente que vive. Pero para llegar a este presente tuvo que atravesar un largo camino.
Carla (26) comenzó a coser a los 16 años, cuando todavía no terminaba la secundaria. Su madre, Nancy, recientemente se había jubilado de la docencia y quiso volver a su viejo amor, la costura. Para hacerlo primero hizo un curso y tiempo después abrió un taller en su propia casa del barrio Juan XXIII.
Carla se sumó a ese espacio como una adolescente que busca pasar el tiempo y sin querer se enamoró de lo que hacía. “Yo de chusma me metí con ella y se me hizo tan fácil que empecé a meterme cada vez más. Cuando terminé la secundaria me puse a estudiar educación especial, no me gustó y dejé. Así que me puse a hacer cursos cortos de esto”, cuenta a la distancia.
Carla primero hizo Corte y Confección y luego Lencería. Mientras tanto, ayudaba a su madre en el taller NyC Creaciones que funcionaba en la cocina de su casa.
Tiempo después decidió estudiar a distancia, no quería alejarse de sus padres. Para hacerlo eligió la Escuela Hermenegildo Zampar, toda una referencia para quienes se quieren dedicar a la moda.
Así, cuando su madre decidió dejar la costura, ella eligió seguir y rebautizó el taller, con un nombre muy especial que sintetiza parte de su historia: De Ciafardini, algo que cuenta con emoción. “ Para mi la marca es muy importante porque es parte de mi historia. Yo elegí ser Ciafardini. Por eso me encanta cuando me dicen Carla Ciafardini. Para mi es muy importante porque yo elegí a los que son mis papás hoy. Nací en Tucumán, mis papás se separaron y me vine con mi mamá biológica cuando tenía 9 años, pero por distintas circunstancias yo me adueñé de mi tía. Ella es mi mamá, yo la elegí. Por eso no me quise ir y por eso le puse el apellido de mi tío, mi papá, porque yo lo adopte”, dice con una gran sonrisa en el rostro.
Hace dos años Carla tiene su propio taller. El mismo funciona en el frente de la casa de sus padres, en Kilómetro 8. Allí pasa cada tarde diseñando, moldeando, cosiendo o bordando, mientras combina su trabajo con sus tareas de madre.
Es que hace un año y medio Augusto llegó a su vida, y por estos días es frecuente ver al pequeño corretear entre máquinas y telas, una aventura única para él. Mientras tanto, su madre hace sus productos. “Yo hago de todo: sombreros, boinas, pero me especializo en alta costura: vestidos de novia, fiestas, bordados. Eso es lo que más me encanta", dice con seguridad.
VESTIR A NICOLE
El año pasado todavía no comenzaba la pandemia cuando a Carla le llegó una invitación que le movió el piso. Era un día cualquiera y al levantarse revisó su celular y se encontró con una grata sorpresa, la invitación para participar de una gran convocatoria. “Surgió todo de la nada. Justo me pasaron muchas cosas malas en ese tiempo y un día me levanté, entré a Instagram y ví que me comenzó a seguir la revista Nubilis, que yo ya la seguía, obviamente, porque para los diseñadores salir ahí es como guau. Dije, ah, me sigue y pasa una hora y me preguntan si les puedo pasar un número para poder charlar conmigo. Así que me llamaron, me dijeron que le gustaba el perfil, que me habían estado investigando, y fue empezó todo”:
La invitación consistía en realizar un vestido de novia que luego saldría publicado en la revista anual de la marca. Para participar Carla tenía que viajar a Buenos Aires, donde se iba a encontrar con su modelo: “Chechu” Bonelli o Rocio Guirao Diaz. Sin embargo, la pandemia cambió todo y el certamen se pospuso.
Con la incertidumbre a cuestas, Carla no sabía que podía pasar con el certamen. Sin embargo, hace dos meses la llamaron y le contaron que se iba a hacer a distancia, y tenía que elegir su modelo: Barby Franco, Ingrid Grudke o Nicole Neumann. Ella no dudó.
“Elegí a Nicole porque es muy yo, me gusta su personalidad. La verdad es que en un principio iba a viajar a Buenos Aires, pero justo fue la pandemia. La idea era estar, tener la foto, vistiendo a la modelo y no se pudo, pero mejor, porque me tocó terrible modelo”, dice con alegría.
Para confeccionar su vestido Carla no tuvo condicionamientos. La idea era que muestre su marca, su toque y lo que era capaz de hacer. Así, eligió desde el ramo hasta el tocado, y al vestido por supuesto le puso mucho brillo, algo que la caracteriza. “A mi encantan los brillos y la tela brilla un montón. Me encantan las transparencias. La idea era que sea jugado pero no tanto, y romántico, porque me encanta lo romántico”.
Finalmente el libro fue publicado y junto a ella hay decenas de diseñadores de toda Argentina, muchos que ella admira profundamente. Por eso no duda en admitir. "Para mi esto es un logro muy grande, hay gente que cose de años y ahí queda. Entonces es poner los pies sobre la tierra y de acá seguir subiendo, porque de acá de Chubut fuimos elegidos tres nomás: Marcela Saenz y Sabrina Quintana”.
Carla admite que se sintió muy cómoda haciendo el vestido, el cual está a la venta. No solo porque la modelo fue Nicole sino también le gusta trabajar con novias, ya que “detrás de cada una hay una historia personal”.
La joven admite que disfruta de este buen presente, por supuesto no se olvida de sus padres, y lejos de conformarse quiere por más. “Se que todo lo que tengo acá es gracias a ellos. No fue que yo cosí y al otro día me pude comprar una máquina. Todo esto lo hicieron ellos, yo solo puse las manos. Así que están felices, y yo también, pero quiero expandirme, trabajar más como marca, buscar algún lugar más grande, quiero seguir trabajando con las novias, quinceañeras, y quizás también la sastrería. La verdad es que todo me gusta, entonces no me quedó con lo que hay, siempre busco algo más”, dice esta joven diseñadora que se animó a soñar y terminó vistiendo a una de las grandes modelos de Argentina.