La resolución del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires de que las actividades escolares se hagan “de conformidad con las reglas del idioma español”, prohibiendo el uso del lenguaje inclusivo, provocó adhesiones de varias personalidades de la cultura y también una petición en Change.org.

Gran cantidad de personalidades de la cultura, entre ellas el lingüista Pedro Luis Barcia, la presidente de la Academia Argentina de las Letras, Alicia María Zorrilla, los historiadores María Saenz Quesada, Luis Alberto Romero, José Emilio Burucúa y Eduardo Lázzari, el ex rector del Nacional Buenos Aires y de la Escuela Normal Superior N: 1 Gustavo Zorzoli, Jorge Norberto Butera, ex rector del Normal Mariano Acosta, la filósofa Diana Cohen Agrest, Laura Rizzi, ex vicedirectora de la Escuela Superior en Lenguas Vivas N°1, apoyaron la medida tomada por el Ministerio de Educación porteño en un texto titulado "Un paso importante. Faltan muchos más", donde exhortan, además, a otras jurisdicciones y a la Nación a seguir el mismo camino, según detalla Infobae este sábado. 

Quienes firman el documento, destacan que “desde un punto de vista institucional y republicano”, el idioma “es una de las marcas de identidad de una Nación y por ende, representativo de las sociedades de cara al mundo”.

El texto, en el que aclaran que "la segunda consideración es de orden lingüístico”, fue subido a la plataforma Change.org  para que puedan adherir docentes, estudiantes, padres y ciudadanos en general.

Los firmantes creen que "las lenguas tienen normas”, y explican que, en el caso del castellano, éstas son regidas “por la Asociación de Academias de la Lengua Española, entre ellas, la Real Academia Española de la Lengua y la Academia Argentina de Letras”. Además, recuerdan que todas ellas “se han expresado reiteradamente, con variados fundamentos, sobre el rechazo al denominado ‘lenguaje inclusivo’”.

"Es inaceptable que la escuela, que tiene por función la transmisión de lo excelente de la cultura, permita estas deformaciones que implican, además, una confusión de ámbitos, introduciendo en el aula registros del habla que corresponden a la calle, a grupos o a modas pasajeras”, suman. 

Y añaden: “Los niños y adolescentes están adquiriendo no solo el buen uso de la lengua, sino también están recibiendo de sus docentes los fundamentos en los que se basa cada idioma. No es posible que se los sumerja en un lenguaje lleno de signos extraños al alfabeto, que no tiene normas claras ni siquiera para quienes pretenden utilizarlo. Con ello se crean confusiones innecesarias y deformantes. Del ridículo no se vuelve. Y muchos adultos ya han caído en él”.

En el texto mencionan incluso "los magros resultados de las evaluaciones de los últimos años en lectura, comprensión y expresión oral y escrita” y resaltan la necesidad de ocuparse de la “formación docente, en la que hace tiempo ya que la gramática ha dejado de ocupar el lugar fundamental que debiera tener”.

En ese sentido, consideraron "lamentable que las autoridades nacionales del área habiliten o defiendan la deformación del idioma en nombre de consideraciones ajenas a lo académico” a raíz de las declaraciones del ministro de Educación de Nación en defensa del lenguaje inclusivo.

“Por eso -concluyen-, el mensaje final va dirigido a los responsables del ámbito educativo no solo de la Ciudad, sino de todo el país. El paso que acaba de darse en CABA es importante, aunque no suficiente.”, aclaran. Por eso mismo, exhortan a seguir “trabajando para mejorar la calidad de la educación de los argentinos”.

TEXTO COMPLETO DE LA DECLARACIÓN 

UN PASO IMPORTANTE. FALTAN MUCHOS MÁS

"El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires dispuso que las actividades escolares y de comunicación institucional, de los niveles de enseñanza obligatorios (inicial, primario y secundario), se hagan “de conformidad con las reglas del idioma español, sus normas gramaticales y los lineamientos oficiales para su enseñanza”.

Esta medida implica la prohibición del uso de la “x”, de la @ y de las palabras con e características del llamado «lenguaje inclusivo».

La medida es coherente y merece nuestra aprobación por varios motivos.

En principio, desde un punto de vista institucional y republicano, porque el idioma es una de las marcas de identidad de una Nación y, por ende, representativo de las sociedades de cara al mundo. En nuestro país, el idioma oficial distintivo es el castellano o español.

La segunda consideración es de orden lingüístico. Las lenguas tienen normas. Estas son de orden académico y de uso. En cuanto a las primeras, en el caso del castellano, son regidas por las Academias que integran la Asociación de Academias de la Lengua Española, entre ellas, la Real Academia Española de la Lengua y la Academia Argentina de Letras. Todas se han expresado reiteradamente, con variados fundamentos, sobre el rechazo al denominado «lenguaje inclusivo». Cierto es que el hablante medio no tiene fácil acceso a esas normas. Solo lo tienen a través de la escolarización, siempre y cuando los docentes las conozcan y las usen cabalmente. De ahí la importancia de la medida tomada. Es inaceptable que la escuela, que tiene por función la transmisión de lo excelente de la cultura, permita estas deformaciones que implican, además, una confusión de ámbitos, introduciendo en el aula registros del habla que corresponden a la calle, a grupos o a modas pasajeras.

Finalmente, haremos hincapié en el orden pedagógico. Los niños y adolescentes están adquiriendo no solo el buen uso de la lengua, sino también están recibiendo de sus docentes los fundamentos en los que se basa cada idioma. No es posible que se los sumerja en un lenguaje lleno de signos extraños al alfabeto, que no tiene normas claras ni siquiera para quienes pretenden utilizarlo. Con ello se crean confusiones innecesarias y deformantes.

Del ridículo no se vuelve. Y muchos adultos ya han caído en él.

Sumado a esto, sirvan como ejemplo los magros resultados de las evaluaciones de los últimos años en lectura, comprensión y expresión oral y escrita.

Y, en esto, nadie puede hacerse el distraído.

Respecto de lo expresado, es necesario que se dirijan las miradas hacia la formación docente en la que hace tiempo ya que la gramática ha dejado de ocupar el lugar fundamental que debiera tener. Así estamos.

Es lamentable que las autoridades nacionales del área habiliten o defiendan la deformación del idioma en nombre de consideraciones ajenas a lo académico.

Por eso, el mensaje final va dirigido a los responsables del ámbito educativo no solo de la Ciudad, sino de todo el país. El paso que acaba de darse en CABA es importante, aunque no suficiente.

Es fundamental que sigamos trabajando para mejorar la calidad de la educación de los argentinos".

La declaración la firman Pedro Luis Barcia, María Sáenz Quesada, Luis Alberto Romero, Diana Cohen Agrest, Gustavo Zorzoli (ex Rector del Colegio Nacional de Buenos Aires y de la Escuela Normal Superior N: 1), Eduardo Lázzari, José Emilio Burucúa, Jorge Norberto Butera, ex Rector del Normal Mariano Acosta; Alicia María Zorrilla, presidente de la Academia Argentina de Letras; Norma Sbarbati Nudelman, presidenta de la Comisión de Educación. Academia Nac. de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales; Ana María Ravaglia, ex subsecretaria de Educación de Capital, asesora de la comisión de Educación del Senado; Alfredo Vítolo, secretario de Asociación Civil Profesores Republicanos; Guillermo Mitzraji, presidente de la Asociación Civil Profesores Republicanos; Liana Pividori, docentes por la Calidad Educativa; María Inés Vallarino, ex Rectora Escuela Normal N° 5; Oscar Andrés de Masi, arqueógrafo; Antonio Raúl de los Santos, profesor de la Facultad de Medicina de la UBA; Nina Tau, ex profesora de Historia del Arte en los Institutos de Bellas Artes; Rubén Miguel Pappacena, ex Perito Anticorrupción CSJN; Ricardo Antonio Romano, maestro normal nacional; Eugenio Armando Commenge, agrimensor; Gustavo Gagna, doctor en Veterinaria y profesor de Biología; Pablo Yurman, profesor Universidad de Rosario.

También la firmaron Beatriz Della Ragione, médica Pediatra; Julián Schvindlerman, profesor Universidad de Palermo; Graciela Róvere, Economista, UBA, PR; Jorge Luque, ex rector Fundador de la NEA (Nueva Escuela Argentina); Daniel Altamiranda, profesor de Literatura Inglesa y de Literatura estadounidense, UCA; Analia Olga Molten, cardióloga, periodista en Salud (Santa Rosa - La Pampa); William Denis Grant, profesor de Inglés; Eva Foppoli, profesora en Ciencias de la Educación, ex Supervisora de Nivel Primario CABA; Marcela Pirovani, bibliotecaria; Raúl Viglizzo, Profesor en Letras; Estela Emanueli, docente; Anita Bottasso, Profesora de Inglés; Gloria Tassara. Psicóloga y Profesora, ex Vicerrectora Escuela Normal N° 3; Mercedes Couto, docente; Delia Ferradas, profesora en Letras; Roberto Rivara, profesor en Letras; Jorge Cohen; Luis Leiva Fernández; Julián Schvindlerman, profesor Universidad de Palermo; Graciela Róvere, economista, UBA, PR; Alicia Vicente, traductora pública, exdocente UBA, miembro de PR; Enrique A. Bour, UBA, PR; Sergio R. Borisonik; Sergio P. Suárez, abogado y docente; Eduardo Barreira Delfino; Marta Nercellas, abogada penalista; Juan Martin Odriozola, abogado, profesor UBA, P.R; Liuba Lencova Besheva, abogada, traductora pública; Carlos Ernesto Rossi. Docente; Sandra Lavigne, profesora de Inglés.

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