Grietas de más de 4 metros en Tres Pinos
En ese barrio periurbano de la zona sur de Comodoro Rivadavia los vecinos luchan contra el aislamiento y la lejanía.
COMODORO RIVADAVIA - En ese barrio periurbano de la zona sur de Comodoro Rivadavia los vecinos luchan contra el aislamiento y la lejanía. Las calles Amanecer y Ricardo Alcoleas quedaron bloqueadas por grietas de entre cuatro y ocho metros de profundidad y 50 de largo que se formaron en cada una de esas arterias. Además, el sector donde se encuentra la vecinal está cubierto de más de un metro de barro y varios vehículos quedaron dados vuelta.
Juan Rodríguez todavía no podía creer los destrozos que ocasionó el temporal de lluvia que desde hace nueve días, en forma intermitente, castiga a la ciudad. En la peor jornada, la del jueves 30 de marzo, vio cómo la fuerza del agua arrastró su vehículo más de 50 metros y lo dejó dado vuelta con el parabrisas, los vidrios y la carrocería seriamente dañada, según indicó a diario El Patagónico.
También fue testigo de cómo todo el ingreso al barrio Los Tres Pinos se cubrió de un espeso barro y el interior de su casa se convirtió prácticamente en una pecera, con muebles flotando bajo un metro de agua.
“El agua se vino y se llevó auto, todo. Ya saqué el agua, pero me quedó todo percudido, manchado, no sirve nada. Perdí heladera, lavarropa... la cocina zafó. Pero quedé en bolas, sin trabajo, sin nada” lamentó el hombre, padre de tres nenes.
El barrio periurbano de la zona sur de Comodoro Rivadavia ayer intentaba recuperarse del temporal. Aunque en el fondo los vecinos sabían que va a llevar tiempo, principalmente por los destrozos que ocasionó en algunas calles y sectores que prácticamente quedaron atrapados en el barro. Solo pedían que esta vez la lluvia (volvió a comenzar jueves y se extenderá hasta el sábado) no castigue tanto como en las dos primeras jornadas en la que dio vuelta vehículos, inundó sectores y destruyó calles.
Javier Alvarez, un vecino del sector y trabajador de la empresa Burgwardt, el jueves a la mañana ya cerraba el ingreso al barrio, en el sector donde vive Javier, para que no ingresaran vehículos y evitar así quedar encajados. Es que producto del temporal esa calle quedó prácticamente intransitable.
Mucho peor era el paisaje en las calles Amanecer y Ricardo Alcoleas, que quedaron prácticamente bloqueadas por grietas de entre cuatro y ocho metros de profundidad y 50 de largo que se formaron en cada una de esas vías.
José Raúl Olavarría, presidente del barrio, que llevo a un equipo de El Patagónico hasta la calle Amanecer, explicó que esa arteria tiene una grieta de cuatro metros de ancho por cien metros de largo y con una profundidad de seis a ocho metros. Mientras que Arcolea que cubre el sector conocido como 32 viviendas petroleras también tiene unas grietas inmensas con portones adentro, paredones, postes de alumbrado público y pilares de luz todo electrificado, detalló.
Este jueves sobre esa calle precisamente trabajaba personal de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada que intentaba reconectar el servicio de agua potable para abastecer el barrio. Para alcanzar el objetivo se pretendía unir la red afectada sobre la calle Arcolea con otro sector y de esta manera cerrar el circuito que permitirá suministrar el recurso, por estos días más que valioso.
La ayuda desde la Vecinal
A la falta de agua se sumaba la interrupción del servicio de luz en algunos sectores. Para poder hacer más amena la espera para la restauración de los servicios, la Asociación vecinal y un grupo de vecinos trabajan desde que inicio el temporal juntando alimentos, agua y recibiendo otro tipo de donaciones. Tienen que hacerlo en Rancho Los Nietos, propiedad de Olavarría, ya que la vecinal quedó cubierta por el barro y se hace imposible ponerla en funcionamiento.
Allí sobre calle Los Ocasos, cerca de veinte personas trabajan continuamente divididos por turnos, atendiendo desde primera hora de la mañana a 22. En el lugar se reciben y se distribuyen las donaciones y además se preparan viandas. Mirta, una de las vecinas que ayer estaba en el lugar, aseguró que por día cocinan 170 viviendas, aunque el máximo fue de 250 viandas.
El trabajo es conjunto ya que como no tienen leña, unos vecinos de barrio Los Bretes que tienen gas se encargan de llevarles agua y de cocinar las tortas fritas con los ingredientes que les dan desde la vecinal.
Pese al trabajo y al esfuerzo, los vecinos admitieron que no dan abasto y hasta el momento solo en dos oportunidades recibieron ayuda del Centro de Acopio y Distribución que se instaló en el Predio Ferial, desde donde el municipio se expide todo lo recibido.
Por esta razón, piden a la comunidad la donación de harina, pañales, azúcar y leña, algo fundamental para un barrio que no tiene servicio de gas ni cloacas. Por supuesto también necesitan agua como sucede en casi todos los barrios de la ciudad. "Esto es fundamental. Nosotros hemos podido rescatar un poco de agua que aportaron donaciones y otro poco que nos dieron en el Predio Ferial: cinco litros de agua para todo el barrio. Pero la gente viene a buscar acá", señaló Olavarría, presidente de esa barrio que cuenta con más de 20.000 personas y que resultó seriamente afectada por el temporal.