SARMIENTO - Según explicó el intendente de Sarmiento, Ricardo Britapaja, allí hay familias en situación de extrema vulnerabilidad a las cuales se les deben reparar techos y reponer mobiliario.

En la tormenta se debió asistir con gran cantidad de leña, nylon y colchones. Si bien hubo autoevacuados, muchos vecinos no querían dejar sus casas y se turnaban los integrantes de las familias para ir al Gimnasio Municipal a descansar unas horas, alimentarse, bañarse.

Se trabaja en mejorar las calles porque hay mucho barro. El sector más perjudicado es el productivo, ya que aún permanecen 25 mil hectáreas inundadas. Muchos ganaderos todavía no pueden llegar a sus campos porque los caminos están destrozados. El intendente describió que “había ríos que bajaron muy rápido y desaparecieron badenes y alcantarillas”.

Con gestiones de Provincia ante Nación, se busca conseguir alimento para vacas y ovejas. Muchas pasturas que estaban guardadas para este ganado quedaron bajo el agua. Un viejo poblador de la zona perdió gran parte de su ganado ovino en el lago Colhué Huapi. Los animales estaban agrupados en el lago seco que en pocas horas terminó inundado. Siguen dentro del agua y barro. De las 800 ovejas que tenía ya perdió más de 300 y siguen los esfuerzos para rescatarlas.

“Se pudieron sacar algunos animales chapoteando en el barro, una cosa terrible. Para colmo están a 1.500 metros de la orilla”, graficó el intendente. Otro ganadero contó que a su vivienda llegaban los cilindros de gas de un vecino que vive a cinco kilómetros, flotando, arrastrados por la corriente. “El agua trajo un nivel de fuerza terrible que destrozó todo”.

Fuente: Jornada

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