Idearon una ingeniosa solución para arreglar el techo derrumbado de su escuela: "Gracias a los políticos"
Ante la falta de respuesta, los estudiantes y docentes tomaron una decisión para poder llamar la atención. El techo acumula excrementos que “caen sobre la cabeza de los alumnos, directamente”, detalló la directora.
“Por fin tenemos techo gracias a los políticos”, señala un cartel colocado en una pared de un colegio de Rosario, cuyo techo sufrió un derrumbe y nunca lo arreglaron.
Ante la preocupante situación, alumnos y docentes idearon una ingeniosa propuesta que incluye reciclaje: utilizaron folletos y pegatinas de candidatos y precandidatos provinciales de todos los colores y partidos para armar un “techo” provisorio.
La situación no daba para más. Los estudiantes cursan esquivando excremento de palomas desde mayo, cuando el techo de la biblioteca se desplomó en pleno horario de clases y cayó sobre mesas y libros. En ese momento había un puñado de estudiantes, que sufrieron heridas mínimas y se llevaron un gran susto.
“La idea surgió de parte del personal de la escuela, viendo el material del que están hechas esas propagandas con las fotos de los candidatos”, explicó la docente Mónica Lorezatto en díalogo con Vía Rosario.
“Nos pareció una buena idea porque, primero, está la foto de cada candidato y segundo, que es de un material que seguramente debe tener un costo altísimo, siendo algo que para ellos es momentáneo y después están tirados por las calles contaminando”, detalló.
La educadora explicó que luego del incidente, desde el Ministerio de Educación quitaron el resto del cielo raso para prevenir nuevos desmoronamientos y después “solamente promesas e intentos de hacer un cielo raso que hasta el momento no se ha concretado”.
Esto genera varios problemas para la comunidad educativa del lugar, que sufre el frío y las dificultades con respecto al sonido entre las aulas, que dificultan el dictado de clases. Además, la presencia de comunidades de palomas viviendo en el techo generan montones de excrementos que “caen sobre la cabeza de los alumnos, directamente”.
La actividad que llevaron adelante fue colectiva y pudieron participar todos los alumnos y docentes que quisieran acercarse y colaborar. “Los que más estuvieron fueron un grupo de sexto año que son los chicos de mayor edad y con el tamaño físico para realizar la actividad”, cerró Lorenzatto.