Informe: casi la mitad de alumnos de una universidad patagónica son pobres
La tendencia refleja inclusión educativa, pero también profundiza las alarmas sobre el impacto de la pobreza en el acceso a la educación superior.
La Universidad Nacional de Río Negro (UNRN) publicó un informe elaborado por la Oficina de Aseguramiento de la Calidad (OAC) que expone una situación preocupante: el 46,6% de sus estudiantes proviene de sectores con los ingresos más bajos del país. Este documento, titulado "Estudiantes UNRN por quintil de ingreso 2009 – 2024", presenta un escenario desafiante en el que la pobreza afecta directamente al ámbito educativo universitario.
Según el análisis, alrededor del 25,5% de los alumnos provienen de hogares que reportan ingresos promedio de $154,476, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) para el segundo trimestre de 2024. Esta concentración de estudiantes de bajos recursos refleja un avance hacia la democratización educativa, pero también evidencia las dificultades económicas que atraviesa la comunidad estudiantil.
El contexto de la UNRN se enmarca dentro de una tendencia generalizada en Argentina. Un informe reciente de la consultora exQuanti, basado en estadísticas del INDEC, estima que el 48,5% de los estudiantes universitarios en todo el país vive en condiciones de pobreza. Esto representa un incremento significativo respecto a 2023, cuando el 30,7% del alumnado se encontraba en situación de vulnerabilidad.
El aumento de la pobreza entre los estudiantes coincide con la inestabilidad económica y los cambios políticos recientes. Si bien más jóvenes de sectores vulnerables acceden a la universidad, esto plantea un nuevo desafío: garantizar que puedan completar sus estudios en un contexto de recursos limitados.
Históricamente, la expansión de la matrícula universitaria en Argentina ha permitido que más estudiantes de bajos ingresos accedan a la educación superior. Entre 1996 y 2023, el número de universitarios provenientes de estos sectores se triplicó, gracias en parte a políticas públicas orientadas a la inclusión. Sin embargo, la OAC advierte que aún persisten barreras económicas y estructurales que afectan el desempeño académico y la tasa de graduación.
“Es fundamental implementar políticas que compensen las desigualdades iniciales para que los estudiantes con menos recursos puedan completar su formación”, señalaron desde la OAC. Agregaron que la modificación de la Ley de Educación Superior en 2015, que estableció el ingreso libre e irrestricto, puso a las universidades en una situación compleja, ya que el financiamiento sigue siendo insuficiente.
El informe también subraya que menos del 1% del PBI argentino se destina a las universidades públicas, lo que limita las posibilidades de atender las necesidades crecientes de nuevas cohortes.
Con información de Cipo360, bajo supervisión y edición de un periodista de ADNSUR.