Insólito: la Municipalidad lo multó por arreglar la vereda

RÍO GALLEGOS (ADNSUR) - Un contratista de Río Gallegos (Santa Cruz) ganó -en un concurso de compras-el trabajo de hacer a nuevo la vereda de una empresa en pleno centro, pero cuando estaba por comenzar con la obra, aparecieron inspectores del Municipio, le cobraron dos cánones y le labraron una multa.

“Parece que la culpa es mía por querer hacer las cosas bien”, dijo el contratista, quien fue al Municipio a dar aviso del inicio de obra y adelantó que por recomendación realizará un amparo en la Justicia.

“Leyendo el Código de Edificación, se me pide que haga el aviso de obra, que los trabajos los haga con celeridad, que tenga cuidado con los peatones, que deje señalizado dónde voy a trabajar y deje un paso para no generar inconvenientes al peatón”, explicó a La Opinión Austral.

“Me cae gente del departamento de Ingeniería y me dicen que sí, que tengo que pagar por el uso de la vía pública y un canon para las inspecciones de la obra que tiene que hacer el Municipio”, relató y reprochó el pago del canon por el uso de la vía pública alegando que se trataba de la vereda y no de otra obra, los inspectores le indicaron que estaba usando una máquina que ocupaba lugar.

Sebastián aseguró que siempre cumplió con “todo lo que me pide el Código de Edificación. Nunca dejé escombros, limpié rápido, señalicé con las cintas de peligro y los conos, todo lo que me piden para la tranquilidad de quien me contrata y de la Municipalidad, pero ellos insisten”.

Asimismo, recordó que hay ordenanzas viejas que premian al frentista que arregla su vereda. “Eso es lo que corresponde, dar un beneficio o un premio del 20% de los impuestos a quienes cuide su vereda. Pero me dicen que no”, protestó.

“Es un castigo a quienes quieren embellecer el frente o hacerlo nuevo. La empresa, con el presupuesto acotado que tiene, trata de hacer toda la vereda nueva para seguridad del peatón y para embellecer la ciudad”.

Ahora los trabajos quedaron suspendidos y la vereda quedó a medio hacer. El contratista habilitó la mitad y la otra quedó con una cinta de peligro. “Generaron más inconvenientes y más dificultades, porque es una zona céntrica”, diijo.