Por milenios los científicos se han interesado por saber más sobre la conocida y misteriosa “Estrella de Navidad” o de Belén. Revisaron las historias bíblicas buscando un paralelismo y la explicación astronómica sobre el misterioso suceso. Desde eclipses, conjunciones únicas, dobles, triples, múltiples, novas y cometas, todas suenan como posibles respuestas al origen de la arcana “estrella”.

Una de las teorías más fuertes relaciona este evento de hace más de dos mil años, con la conjunción entre los planetas Júpiter y Saturno, que en perspectiva desde la Tierra se ve como un gran punto de luz en el cielo.

Ambos planetas ya se pueden ver desde hace semanas de manera bastante próxima entre sí, en el cielo del atardecer. A primera hora de la noche podrás distinguirlos, notarás como cada día que pasa los dos puntos luminosos están cada vez más cerca entre sí. Es necesario recordar que una conjunción se trata en realidad de un efecto de perspectiva, lo que hace que un observador parado en la Tierra los perciba “pegados”, la distancia real entre estos planetas será de casi 800 millones de kilómetros.

CÓMO VER LA CONJUNCIÓN 

Se podrá observar en ambos hemisferios, si usas un telescopio o unos prismáticos mucho mejor, así podrás diferenciar un planeta del otro cuando estén muy pegados, aunque es un evento que se puede ver a simple vista también, en este caso notarás un gran punto de luz (llamado también “el planeta doble”, en vísperas de esta Navidad 2020.

Encontrar a Júpiter no es muy complicado, porque se trata del astro más brillante del cielo nocturno (sin contar a nuestra Luna, claro). Una vez identificado mira hacia su izquierda, encontrarás cerca otro punto de luz (pero un poco menos brillante), ese compañero es Saturno.

Si te tomás un instante cada noche de diciembre para ubicar estos dos planetas en el cielo, resulta muy interesante ver cada día como los dos puntos de luz están más próximos. Finalmente este 21 de diciembre de 2020, llega el momento en el que la separación angular de estos gigantes gaseosos será de tan sólo 6.11 minutos de arco.

Después del atardecer podrás encontrar la gran conjunción cerca del horizonte hacia la dirección oeste, necesitarás no solo que el cielo esté despejado sino que tu punto de observación sea lo suficientemente alto, como para que una construcción o un árbol no te tape del show.

Si bien cada aproximadamente dos décadas se da la conjunción entre estos dos planetas, la de este 2020 se destaca por su gran cercanía. Estarán tan próximos que necesitarás de un telescopio o prismáticos para lograr diferenciar uno del otro, en el momento de máximo acercamiento. Mirando hacia el mismo punto podrás ver los característicos anillos de Saturno y al gigante Júpiter con sus bandas nubosas. Esta gran conjunción es muy especial, porque se repetirá con estas características recién el 15 de marzo de 2080 y según los astrónomos habría que retroceder hasta el 4 de marzo de 1226, para ver una alineación más cercana entre estos dos cuerpos celestes.

LA HISTORIA BÍBLICA 

La Estrella de Belén es un icono religioso muy importante para la fe cristiana, por tradición suele adornar millones de pesebres alrededor del mundo cada año en Navidad. Esto es así porque, en el evangelio de San Mateo relata como unos magos de Oriente (los tres Reyes Magos), llegaron a Belén para adorar a Jesús recién nacido guiados por esa enigmática “estrella". El texto bíblico cuenta que, la luz señaló el pesebre donde se cobijaba la sagrada familia junto a Jesús de Nazaret, hace más de dos mil años.

La explicación científica sobre la llamada estrella de Belén o de Navidad, es un tema bastante controvertido, porque es directamente la fecha exacta del nacimiento de Jesús la que aún se discute. Grandes estudiosos aseguran que no ocurrió hace 2019 años exactamente, los Evangelios colocan el nacimiento de Jesús en el momento que el emperador César Augusto ordena un censo de población, esto ocurre entre los años 8 y 6 a.C. Este dato es fundamental a la hora de buscar eventos astronómicos responsables de la “luz guía”.

Es oportuno recordar que los tres Reyes Magos eran sabios religiosos, estudiaban el firmamento y conocían los sucesos que podían ocurrir en cielo futuro. Eran venerados como magos (astrónomos y astrólogos babilonios), estudiaban los planetas y las estrellas, interpretaban la simbología de los cuerpos celestes y los sucesos cósmicos.

En aquel momento un evento poco frecuente era considerado un presagio, de hecho hoy en día existen muchas religiones y culturas que asocian los fenómenos naturales extremos o poco frecuentes a profecías y actos divinos. Asumiendo entonces que existió realmente esta “estrella”, tuvo que haber sido un destacado suceso en el cielo como para llamar la atención y dejar un mensaje claro en los Magos.

El astrónomo británico David Hughes de la Universidad de Sheffield, en Reino Unido, sostiene la teoría de la conjunción muy próxima Júpiter-Saturno se da sólo cada 900 años, o sea que para los astrónomos de Babilonia hace 2 mil años debe haber sido un gran presagio, la señal de algo muy importante.

Fuente: Meteored 

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