La deuda que espera al gobernador de Chubut que asuma en 2023
La renegociación del bono de 650 millones de dólares trajo un oxígeno financiero de dos años, pero los vencimientos vuelven a impactar desde 2023 y especialmente desde enero de 2024. Sumar recursos y ordenar las cuentas, la clave para evitar volver al quebranto dentro de un año y medio.
Después del alivio temporal de los vencimientos de deuda que plantea el bono BOCADE, que en total significa postergar pagos por 169 millones de dólares entre el año pasado, el corriente y el próximo, Chubut tendrá que afrontar nuevamente los vencimientos que empezarán a crecer desde 2024. Quien gane las elecciones de 2023 y asuma el 10 de diciembre en Fontana 50, deberá prever que en enero lo espera la primera de 4 cuotas por 34 millones de dólares que deberá afrontar ese año.
La renegociación alcanzada por el gobierno actual, por el bono colocado en el año 2016, por un valor total de 650 millones de dólares, posibilitó un 'alivio' transitorio en las cuentas públicas chubutenses. El pago de sueldos en término y cierta previsibilidad en el manejo de la economía provincial contrasta hoy con el clima de ahogo financiero de un año atrás. No es mucho, pero al observar el camino transitado desde 2019, es bastante mejor.
Esto no implica que se dejó de pagar los vencimientos trimestrales, pero estos han impactado en proporciones muy inferiores a las que traían hasta el año 2020, cuando el gobierno tuvo que empezar a pagar los sueldos de empleados públicos en cuotas, con los conflictos y una grave crisis social alcances aún están vigentes.
Sin embargo, el alivio de estos tres años posibilitó un “reordenamiento”, como definió días atrás el ministro Oscar Antonena, al defender su gestión en el manejo de la deuda y la política salarial que hoy propone a los gremios estatales, que en la mayoría de los casos terminaron aceptando más por necesidad de no seguir perdiendo ante la inflación, que por convicción.
El contraste de los números es claro: de vencimientos que impactaban en pagos de entre 30 y 40 millones de dólares por trimestre, que se descuentan directamente sobre las regalías petroleras, a partir de la renegociación Chubut comenzó a pagar cuotas mucho más bajas: durante 2021, fueron 4 pagos de 14,4 millones de dólares cada uno, para totalizar 57,7 millones de dólares durante el año pasado.
Sin la renegociación, los vencimientos del año pasado hubieran demandado el pago de al menos 150 millones de dólares, es decir una gran proporción de los 376,2 millones de dólares que recaudó por regalías petroleras.
Los pagos que hay que hacer en 2022 y 2023
El alivio temporal empezará a decrecer paulatinamente desde este año. Según los términos de la renegociación del BOCADE, durante 2022 los vencimientos trimestrales serán algo mayores. Este año, en enero ya se pagó un vencimiento por 21,7 millones de dólares y esperan otros por montos similares, con puntuales pagos en abril, julio y octubre.
Al día de hoy, la deuda por el bono todavía asciende a 600 millones de dólares, lo que significa que hasta ahora se pagaron casi 230 millones de dólares en concepto, solamente, de intereses, entre fines de 2016 y octubre del año pasado.
Con las 4 cuotas de este año, Chubut pagará un total de casi 86 millones de dólares, lo que resulta más alto que el año pasado, pero todavía por debajo de los pagos anuales hasta 2019. En 2023, el último año de la gestión de Mariano Arcioni, el impacto de la deuda volverá a notarse, ya que el total a afrontar será de 120 millones de dólares, en cuotas trimestrales de 30 millones de dólares.
Tal vez para entonces, en el inicio de la tercera década del siglo 21, pueda determinarse con precisión en qué se gastaron los casi 1.000 millones de dólares que la provincia habrá completado para entonces, además del pago de salarios y la distribución de una parte a los municipios, según se acordó en el año 2017.
La deuda para el próximo gobierno… y el de 2027 también
A partir de 2024, las cuotas del préstamo volverán a subir. Quien gobierne Chubut desde diciembre de 2023 deberá prever que el 26 de enero siguiente deberá prescindir de ingresos por 34,5 millones de dólares; el 26 de abril de ese año, el pago será de 34,1 millones; de 33,6 en julio; y de 33,1 millones en octubre, para totalizar desembolsos por 135,3 millones de dólares.
En 2025, los vencimientos serán similares, para totalizar otros 127,6 millones de dólares de cancelación. En 2026, 120 millones y casi lo mismo se prevé en 2027, último año de esa nueva gestión, cuando los pagos deberán cubrir 119,8 millones de dólares.
En síntesis, si las regalías se mantienen en los valores actuales, cada tres meses la provincia perdería un mes completo de los ingresos petroleros, ya que ese recurso es la garantía directa para el pago del BOCADE y el monto de las cuotas se descuenta antes de que la liquidación llegue a las arcas provinciales. Si el precio del crudo bajara, obviamente, la incidencia de la deuda será todavía peor.
Cuando asuma el gobernador en diciembre de 2027, ya sea que repita el de 2023 o haya un recambio, todavía tendrá por delante vencimientos de 112 millones de dólares en ese año y 83 millones en 2028. Hacia 2029, la deuda comenzará a extinguirse, con pagos por 9,8 millones de dólares. Y el 26 de julio de 2030, si todo va bien, Chubut terminará de pagar el bono, que ese año insumirá otros 4,7 millones de dólares.
El ‘salvavidas’ de siempre
Esta prospección permite entender por qué las cuentas públicas podrían volver a transitar por un estrecho pasillo en los próximos años, mientras que el margen de maniobra de los próximos gobiernos dependerá, una vez más, de lo que aporten las regalías petroleras.
La ‘buena noticia’ en ese aspecto es que varios especialistas vaticinan que los precios altos del petróleo permanecerán durante un ciclo de 5 años. Sin embargo, hay varios reversos para esa moneda. Uno se vincula a la volatilidad, ya probada, del precio del petróleo, capaz de trepar de un mes al otro, como de caer estrepitosamente en cuestión de días, como ocurrió en 2020 con la pandemia.
La otra salvedad es la circunstancia actual. El presupuesto 2022 ha estimado recursos de regalías por 59.000 millones de pesos, lo que al tipo de cambio oficial, con el que se prevé que cerrará este año, en torno a los 150 pesos, la recaudación debería ascender a unos 400 millones de dólares.
Ese cálculo está basado, según se lee en el presupuesto, en la estimación de que el barril de petróleo será liquidado a un valor referenciado en el crudo Brent “menos 5 dólares”. Transcurridos ya los tres primeros meses del año, esa hipótesis todavía no se verifica: las liquidaciones de regalías se hacen muy por debajo de esa estimación, tal como se evidenció en el reclamo que pretende impulsar Chubut junto a Neuquén.
Por otro lado, habrá que esperar a que el “reordenamiento” que busque hacerse en estos dos años permita contar con una mayor afluencia de recursos, tanto de coparticipación federal como de impuestos propios. De lo contrario, el futuro volverá a vincularse con los sombríos tiempos del pago escalonado de salarios a empleados públicos y una provincia, que todavía no despegó, otra vez paralizada a lo largo de una década.