La devaluación: el dólar y su impacto en la vida cotidiana
En agosto de 2015 un salario de 15.000 pesos equivalía a 1.500 dólares por mes, en la actualidad ese mismo monto en pesos representa apenas 395 dólares
COMODORO RIADAVIA - (ADNSUR/EL ANÁLISIS DE LA NOTICIA - Por Raúl Figueroa) - Con cada variación del dólar y los nuevos techos que sigue perforando, la preocupación por el impacto en el costo de vida se acrecienta, considerando además la pérdida del poder adquisitivo de salarios e ingresos en general. Las facturas de servicios públicos como electricidad y gas ya reflejan los incrementos aprobados durante la primera mitad de este año, mientras que ahora se suma la perspectiva de nuevas variaciones por la dolarización de tarifas y la presión sobre éstas por cada corrida cambiaria.
Con una devaluación cercana al 90% desde mayo, el impacto en los precios se seguirá sintiendo en los valores de los combustibles, tarifas en general y alimentos, al tiempo que los salarios que ya tenían un nivel de retraso y que en algunos casos pudieron reabrir paritarias para llegar a la meta del 25% en el año, ya empiezan a quedar nuevamente rezagados frente a una inflación que hoy se calcula cercana al 35%.
Las tarifas de electricidad, por ejemplo, pueden superar los 4.000 ó 5.000 pesos, según se trate de viviendas con consumo medio y éste se haya visto incrementado en el invierno por el uso de artefactos eléctricos para la calefacción, en complemento con el gas (ya que en aquellos sectores donde no se cuenta con gas, la factura de electricidad puede superar holgadamente los 10.000 pesos). La gestión realizada ante CAMMESA para retroceder el nuevo aumento, dispuesto desde el 1 de agosto, no tuvo resultados positivos, por lo que quedará pendiente de discutir si la SCPL podrá absorber los aumentos en el precio de la energía mayorista (alrededor de 30 millones de pesos por mes) sin trasladarlo nuevamente a las tarifas domiciliarias, ante la negativa que ya se anticipó desde el poder concedente a esa posibilidad.
Devaluación versus ingresos
Uno de los tantos memes que ilustra por estas horas el duro momento social y económico registra en una cuenta sencilla el deterioro del ingreso salarial: mientras en agosto de 2015 un salario de 15.000 pesos equivalía a 1.500 dólares por mes, en la actualidad ese mismo monto en pesos representa apenas 395 dólares, considerando un tipo de cambio de 38 pesos por dólar.
Esa realidad no mejora en Comodoro Rivadavia, pese a que según un informe del Ministerio de Trabajo se cuenta uno de los promedios salariales más altos del país, con un monto de remuneración de $31.738 durante (el informe es de agosto de este año, pero con datos de 2016), es decir, “un 56% por encima del promedio nacional ($20.295)”.
Sin embargo, el mismo informe ministerial refleja una contracara, que en todo caso habrá que ver en qué medida se profundizó en el último año: al comparar 2016 contra 2015, señala que en Chubut “el salario real tuvo una caída del 8,8%”, lo que duplicó a la caída del salario en el resto del país.
Vale recordar también que una medición elaborada por la ATECH en base a una metodología de la Facultad de Cs.Económicas de la Universidad de la Patagonia, la canasta básica de Comodoro Rivadavia superaba hasta fines de julio de este año los 40.000 pesos mensuales.
En el plano provincial, la devaluación tiene dos caras: la mejora del dólar eleva los ingresos por regalías, pero incrementa también la obscena deuda externa que ahoga a las cuentas públicas. Con un agravante descripto este jueves por el subsecretario Luis Tarrío: “mientras la mejora de regalías por la devaluación del peso la vemos dentro de 45 días, el incremento de la deuda en dólares ya lo empezamos a pagar desde ahora”, graficó el funcionario provincial.
En ese contexto, la ciudad será este viernes sede del Foro Patagónico, para expresar el rechazo a políticas nacionales que impactan especialmente en esta región: la eliminación del fondo sojero, el recorte pendiente sobre asignaciones familiares y otros derechos adquiridos, formarán parte del pliego de reclamos, además de la defensa de la universidad pública y un planteo contra la destrucción de puestos laborales.
Habrá que ver si el poder central da señales de saber escuchar, mientras intenta hablar a los mercados y tranquilizarlos, sin que hasta ahora ese diálogo tampoco haya sido demasiado fructífero.