La historia de Adriana, la mujer que apostó por el trabajo de gasista como estilo de vida
Habló con ADNSUR, donde contó sus comienzos y también remarcó el apoyo fundamental de la comisión de gasistas de la ciudad para poder desempeñarse.
La historia de Adriana, la mujer que apostó por el trabajo de gasista como estilo de vida. Habló con ADNSUR, donde contó sus comienzos y también remarcó el apoyo fundamental de la comisión de gasistas de la ciudad para poder desempeñarse.
“Lo que siempre me gustó fue el tema de las obras, la construcción. Viendo eso, empecé dibujando planos, fui e hice un curso de AutoCAD y empecé a trabajar para gasistas matriculados, maestros mayores de obras, arquitectos e ingenieros. Fui conociendo un poco lo que es obras, yendo a tomar medidas para realizar los planos y demás. Después, investigué, di con el curso de gasista y le di comienzo. Fue hace dos años”, contó a este medio.
Respecto a sus primeros trabajos, aseguró que fue “a los tropezones como todo, cuando uno empieza a hacer algo nuevo y le fui agarrando la mano”.
“Ya estoy confiada, realizando instalaciones desde cero, reconexiones, reparaciones de artefactos, cambios de artefactos. Es un trabajo un poco forzado, algunas veces sucio, pero es un trabajo muy gratificante: poder darles a las familias que están pasando frío, necesidades, ver esos resultados”, explicó.
Respecto a la cantidad de mujeres que realizan este oficio, indicó que no es la única. “Tengo entendido que hay más, pero no sé cuántas en total”, mencionó Adriana.
Además, señaló que “muchas señoras me llaman a mí para hacer el mantenimiento de los termotanques porque se sienten más confiadas, más a salvo de que entre una mujer a trabajar y también por apoyarnos. Por tener ese apoyo, saber que hay mujeres que lo pueden hacer; eso les gusta y agradecen también.”
También indicó que tuvo buenas experiencias en su trabajo; únicamente sufrió una situación de machismo durante el curso que estaba haciendo. “Decían (los compañeros) que una mujer no podía, que el que tuviera uñas largas (yo nunca tuve uñas largas) entendía que ese palo era para mí, pero me lo tomé a risa. Ahí tuve que demostrar que en ambas cosas estaba capacitada, al igual que toda persona. Hubo algún chiste, pero nunca me lo tomé a mal. Fui la única mujer que terminó el curso”, señaló.
En tanto, valoró que “con los profes quedé sorprendida por el apoyo; después de los cursos, al empezar a trabajar se puede seguir contando con ellos, hacer las consultas e incluso me asistieron en el momento en que no sabía resolver algo que se había complicado. Un apoyo incondicional de los profes y de la Comisión de Gasistas Matriculados de Comodoro Rivadavia, que sin ellos no podría estar realizando este trabajo”.
LA IMPORTANCIA DE SU MENSAJE
“Hay mujeres que no se creen capaces por una cuestión cultural. En mi caso, siempre me gustó la obra de la construcción. Mojar ladrillos y alcanzarlos o acercar material, pero hasta ahí era la participación como ayudante, nada más. Pero creciendo y creciendo, todo se aprende, todo se logra. Incluso hago algunas changas de plomería. Voy y reparo una grifería de la canilla, un sifón de la mesada, una mochilita de baño; me gano la vida de esa manera”, contó Adriana.
“Otra cuestión muy importante para las mujeres es que se nos complica mas teniendo hijos poder asistir o tener u trabajo en relación de dependencia cuando hay que estar 8 horas en un lugar y tenés que poder pagar una niñera para poder ir a trabajar”, indicó.
“Por ese lado, yo lo vi como algo muy positivo porque soy mamá de una nena y necesitaba tener un trabajo con el cual pudiera cuidar yo a mi hija y también ganarme la vida. De esta manera, dibujando planos, haciendo trabajos independientes logré esto. Si bien varía, porque no hay un sueldo fijo, no hay estabilidad económica. Hay rachas buenas y otras no tanto. Pero hay que salir a buscar el mango, haciendo un poco de plomería, de gas. Cualquier mujer puede hacer cualquier cosa, siempre y cuando tenga buena salud”, señaló. Por último, dejó su teléfono ante cualquier trabajo de gas o plomería: 2974625378.