La historia de Mariela, la docente de Comodoro que lava acolchados para atravesar la crisis
El atraso en el pago de los salarios, sumado a la crisis que trajo consigo la pandemia de coronavirus, obligó a muchos a buscar salidas creativas para obtener algún ingreso. Con ayuda de su hija adolescente, Mariela convirtió el lavarropas de su casa en el medio con el cual llegar a fin de mes. "Alcanza para el día a día, pero las deudas, los compromisos financieros, se siguen acumulando", relata.
COMODORO RIVADAVIA (ADNSUR / Escuchá la entrevista) - Mariela Saldivia es docente de Ciencias Sociales de primer año de una escuela de la zona norte de Comodoro. Tiempo atrás comenzó a realizar lavados de acolchados para poder atravesar la crisis en la que se vió inmersa, no sólo a causa de la pandemia por coronavirus, sino principalmente por el retraso en el pago de salarios por parte del Gobierno de la Provincia. En diálogo con Actualidad 2.0, contó como empezó con este emprendimiento -que lleva adelante su hija adolescente- que la ayuda a llegar a fin de mes, pero no a cubrir todos sus compromisos financieros.
"La situación viene complicada mucho antes de la pandemia. Al ver los retrasos de uno o dos meses, del aguinaldo, la cláusula gatillo que no se pagó, empezamos a ver como podíamos resolver esta situación económica familiar", relató Mariela a Actualidad 2.0.
Cuenta que vive sola con su hija adolescente, con quien comenzaron a idear una forma de lograr llevar algo de dinero a la casa. "Empezamos a buscar qué teníamos en el hogar para iniciar esta ayuda económica, para no tener que ir a buscar nada afuera, que podíamos hacer con lo que teníamos", resumió.
Así fue como, aprovechando la gran capacidad de su lavarropas, de 13 kilos, pensaron en lavar esas piezas que no entran en cualquier máquina, pero que son comunes en todas las casas. "Bueno, si se lava el de la casa podemos lavar otros", contó Mariela que fue el pensamiento que compartieron, y entonces "comenzamos a lavar cubrecamas, acolchados, frazadas, como para poder ayudarnos, con el plus de ir a buscar y a llevar a los domicilios".
Además de ayudar con la idea, su hija se transformó en una pieza fundamental del nuevo emprendimiento. "Ella estudia en una escuela técnica con formación de informática, y se organizó para hacer publicaciones, la página, ella hace esa parte, atiende los llamados, agenda a las personas, les informa cuanto tiempo demora el lavado, anota donde hay que buscarlo, ella se dedica a eso", contó.
"Fue muy bueno; tuvimos una muy buena llegada, pero eso no suple totalmente lo que es el sueldo de un docente, o de ninguna persona que no se dedique únicamente a esto. Es bueno para el sustento día a día, pero se van juntando los compromisos, los pagos, las deudas... esto hace que uno busque otras alternativas", apuntó.
"Vivo sola con mi hija. Mi único sustento es mi salario como docente", mencionó, agregando que, como muchos de sus compañeros, no tiene un segundo empleo por las demandas propias del trabajo docente.
"Nosotros nos abocamos solamente a la docencia; eso significa que en un período normal, cuando uno llega a la casa sigue trabajando en lo que tiene que ver con docencia, con tareas, correcciones trabajos prácticos, entonces no da el tiempo para tener un trabajo extra. Cuando surge este problema salarial, sumado a la pandemia, las cosas se complicaron para muchísimos docentes que no tienen otra entrada q su salario", reseñó
"Teníamos compromisos financieros, créditos, tarjetas que no se pagaron, los servicios, estábamos ajustándonos muchísimo el cinturón", sostiene.
En cuanto a la posibilidad de que los docentes dicten clases virtuales desde sus domicilios, Mariela señaló que -en su caso- no es posible. "Tengo serios problemas con internet, en el sector donde vivo, por la calidad del servicio y la cantidad de personas que se conectan simultáneamente en ciertos horarios, habitualmente no hay buena señal, y los datos móviles del celular se van muy rápido cuando se usan para esto".