La historia de Mario Moisés Morón, el médico que fue pionero en la cirugía en Comodoro
Mario Moisés Morón fue uno de los pioneros de la medicina en la ciudad, cuando aún estaba por hacerse. Prestó servicios en el Sanatorio Napolitani, el Hospital de Petroquímica, Clínica Pueyrredón, entre otros centros asistenciales, dejando gratos recuerdos de su paso.
Nació en La Plata en 1928 y 31 años después llegó a Comodoro Rivadavia, invitado por un médico amigo que buscaba un cirujano para la Asociación Española, el sanatorio que estaba por inaugurar sus consultorios y del que terminó siendo director honorario.
"Dr. Morón usted le salvó la vida a mi querido hijo José Luis de una peritonitis”, comentó Rosa Sáez Guajardo cuando ADNSUR confirmó su deceso, en la red social Facebook. “Excelente persona, amable, cordial, humano”, agregó Hilda Vera. “Un modelo de ética moral y profesional. Hizo de la profesión un culto a la empatía para con sus pacientes y sus respectivas familias”, sumó Liliana Fernández.
Este miércoles falleció Mario Moises Morón, uno de los cirujanos que fue pionero en la medicina de Comodoro. El especialista dejó un gran legado en la ciudad y una herencia familiar que forma parte de la vida misma de esta urbe. Acaso, ¿quién no conoce a un Morón en estos lares?.
Mario Moises llegó a la Patagonia en 1959, desde La Plata, la ciudad donde nació el 22 de septiembre de 1928. En su libro “Encuentros”, cuenta que nació en la casa de sus abuelos maternos, ubicada en la calle 44, entre 4 y 5.
Allí vivió los primeros cinco años de su vida, hasta que se mudó a la calle 11, entre 53 y 54. Más tarde llegaría su mudanza a la Patagonia, el lugar donde forjó su vida.
Mario Moises estudió en la Escuela Primaria Francisco A. Berra y el Colegio Nacional de la Universidad. En 1949 ingresó a la Universidad de La Plata para estudiar Medicina y ese mismo año comenzó a concurrir al hospital policlínico, en el servicio de Clínica Médica, ad honorem.
Amante del deporte, Mario fue un destacado atleta de Waterpolo, disciplina en la que se consagró campeón argentino con Estudiantes de La Plata, el club de sus amores, del que su abuelo fue vicepresidente. Pero además fue un amante del fútbol, el rugby y la pelota paleta, aquel deporte que de alguna forma lo trajo a Comodoro Rivadavia.
“Goyo” Sandoval, un médico amigo, jugador de pelota paleta, fue quien lo invitó a venir a la Patagonia. Necesitaba un cirujano para el sanatorio que iba a inaugurar la Asociación Española de Socorros Mutuos y pensó en aquel fanatico de la pelota paleta.
Por ese entonces, Mario Moises ya compartía la vida con Dolores Ocampo, aquella artista plástica que reflejó su arte en diferentes paredes de Comodoro Rivadavia y fue una referencia en la antigua Escuela Arte.
Cuando llegó a la Patagonia Morón tenía 31 años y ya era padre de Mario Andres, María Dolores y María Cecilia. Cuenta la historia que ese mismo día operó a una mujer de una apendicitis aguda. La intervención fue en la antigua Clínica Napolitani. La Española aún no se había inaugurado.
El 7 de noviembre de 1963, Mario Moises y Dolores Carmén Ocampo se casaron. Con orgullo cuenta que tuvieron 8 hijos en 10 años. Hoy al momento de su muerte, la vida le había dado 26 nietos y más de 10 bisnietos.
Morón llegó a ser director médico de la Asociación Española, y años más tarde fue elegido director honorario. En su larga y rica trayectoria también prestó servicios en el Hospital de Petroquímica donde estuvo más de 15 años, según contó.
“Atendía consultorio por las tardes: lunes, miércoles y viernes; y operaba los jueves por la mañana”, cuenta en el libro, donde narra que en esa época no había otro cirujano, por lo cual debía operar con el médico de guardia.
Finalmente, Morón se retiró en la Clínica Pueyrredón, donde dejó gratos recuerdos, al igual que en otros asistenciales, donde realizó diferentes intervenciones, inclusive decenas de partos que lo tuvieron como protagonista.