Pirulín Pirulero estaba ubicada en San Martín 346. Sus grandes ventanales invitaban a ingresar a un mundo de fantasías para niños y grandes. La juguetería se fundó en 1972 y durante 35 años sus dueños, Eligio Bretal y Gabriel Aguirre, invirtieron para brindar felicidad a miles de familias comodorenses.

El color azul predominaba en todo el edificio. Los juguetes invadían los pasillos y sus empleados, vestidos con el impecable guardapolvo azul a tono, daban la bienvenida a los clientes con sonrisas.

 Ony Sánchez trabajó casi 30 años en Pirulín. En diálogo con ADNSUR, contó que allí "todos se sentían parte de un equipo” y señaló que fue un logro de sus dueños, ya que supieron transmitir el amor por el oficio. “Gabriel Aguirre era un poco parco y serio; siempre estaba observando a los chicos, cómo se movían dentro del local, qué les gustaba. Era una persona atenta con su gente y si alguien pasaba por una situación difícil, ahí estaba Gabriel para ayudar”, añora  Ony.

La juguetería era representante de grandes marcas y una de sus  características, además de tener los últimos productos y una excelente atención al cliente,  eran las tarjetitas estampadas en los paquetes.  “Tenían un significado muy lindo, porque eran dibujadas por niños, pero a su vez Gabriel o Bretal las imprimían en Buenos Aires y eso se mandaba a una escuelita diferencial de Comodoro y los niños las pintaban como ellos querían. Eso era lo lindo, porque era pintado con lápices de color, de los que se usan los colegios”.

LAS FIESTAS Y LAS FILAS

En Navidad, Reyes, el Día del Niño; todos deseaban ver el envoltorio azul y blanco con algún obsequio de Pirulín. Durante las fechas especiales había fila de gente esperando para entrar y los empleados trabajaban hasta la madrugada.

“Para fechas especiales en Pirulín contrataban más personal, llegaban a ser más de 30 personas atendiendo. Gabriel Aguirre se caracterizaba por contratar estudiantes y tenían un argumento válido para ello. Decía que había que darle la oportunidad a los jóvenes que estudiaban y en las vacaciones querían ganarse el mango”, sonríe Ony porque reconoce que los empleados más antiguos a veces no tenían ganas de lidiar con la inexperiencia de los más jóvenes.

“En Reyes estábamos hasta las 3 de la mañana. Cuando empezó la juguetería era furor, queríamos cerrar y había 20 personas afuera haciendo cola”, recuerda Ony Sánchez.

“Es que ir a Pirulín Pirulero era como ir a Disneylandia”,  afirma sonriendo Mariela Calvo, una comodorense que guarda intactos los recuerdos del local. También es el caso de Laura English, que nació en el 82 y nos contó: “venía Papá Noel  y si venía paquete azul de Pirulín Pirulero sabíamos que un era juguete y el juguete que habíamos pedido”.

Sol Baztán es mamá hace unos cuantos años, y disfruta de los recuerdos de su niñez: “Para mí era todo un paseo  salir a tomar un helado a la noche al centro y pasar caminando y entrar a la galería. Y aunque estuviera cerrado se veía hermoso: una podía imaginar lo que había abajo,  todos los estantes llenos de juguetes. Sigo soñando con que algún día vuelva Pirulín Pirulero”, confiesa. 

Mirar por un largo rato su vidriera era como un viaje  para los de la generación de los 70 y 80. ¿Quién no pasó largos minutos imaginando juegos  con todo aquello que se veía a través del vidrio? En Pirulín los clientes eran los niños y las niñas. Pirulín Pirulero, un portal para las  fantasías...

LOS JUGUETES DE LA ÉPOCA

Gabriel Aguirre compraba en esos años juguetes que no llegaban ni siquiera a Buenos Aires. Había muchas marcas que recién se comenzaban a ver en las revistas, un poco en televisión y en propagandas. Fueron representantes de Matell desde el inicio, porque era el local más importante de la Patagonia.

Los empleados de la juguetería. Fuente: Ony Sánchez

Las pistas de Scalextric, los ladrillitos Ducky, las tacitas de té de porcelana y las bebotas eran los juguetes más solicitados de la época. Además, todo lo que era maquetas para armar aviones,  castillos,  casas, los autos de colección y empezaban los primeros a control remoto. 

¿Volverá a abrir Pirulín Pirulero? Es el deseo de muchos comodorenses desde que cerró sus puertas en el 2007.

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